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Los ataques a tiros y las peleas por el manejo de la barra

No es la primera vez que el frente de la propiedad de los padres del ex jefe de la barra de Newell´s es blanco de balazos. Hay otros antecedentes. En uno de ellos un cuñado de Diego Panadero Ochoa quedó cuadripléjico

Antes de las elecciones que se realizaron en Newell’s en diciembre de 2008, y terminaron con el fin de la era Eduardo López al frente de la presidencia del club, Ochoa sufrió un atentado a balazos en la panadería de sus padres, ubicada en Vera Mujica al 3800, tras juntar avales para la oposición. Durante el ataque, su cuñado Mariano Vaccaro, entonces de 27 años, quedó cuadripléjico. En ese momento, la barra brava rojinegra estaba en manos de Roberto «Pimpi» Caminos.

Seis meses después un nuevo ataque sufrió el frente de la propiedad. En mayo de 2009 una moto ingresó por Vera Mujica en contramano y disparó contra el frente de la propiedad, esta vez no hubo heridos.

La madrugada siguiente al día en el que López perdió las elecciones, en diciembre de 2008, los integrantes de la barra, conocida entonces como “la hinchada que nunca abandona”, pasaron por el club con un semirremolque y robaron todo lo que hallaron a su paso. A los pocos días, Ochoa encontró a Alberto “Tato” Caminos –hermano de Pimpi– en la puerta del Bar del Lago, frente a la cancha, y lo molió a trompadas. “Lo rompió todo”, contaron las fuentes rojinegras. Ese día Tato había ido al club a negociar en nombre de Pimpi con los nuevos dirigentes.

El 26 de enero de 2009, Pimpi y algunos seguidores coparon el club durante un reempadronamiento de socios, en una causa por la que luego Pimpi cayó detenido y fue condenado con sus hermanos Tato y Juan Ramón, alias Rengo, tras negociar un procedimiento abreviado.

En 2010 el ataque a un colectivo que traía a la barra brava de Newell´s al ingreso de la autopista Rosario Buenos Aires donde mataron al adolescente Walter Cáceres, de 14 años en la emboscada. Según los investigadores ese ataque estaba dirigido al Panadero. Por este hecho llegaron a juicio cuatro hombres, entre ellos Claudio «Pájaro» Cantero, aunque todos fueron absueltos. Solo uno de ellos fue condenado por otro hecho.

En marzo de 2010, mataron a Roberto «Pimpi» Caminos en la puerta del bar  Ezeiza, en Servando Bayo al 1400. Le pegaron cinco tiros cuando estaba en la puerta. Por el crimen fueron condenados  Carlos “Betito” Godoy y René Ungaro, ambos penados con 11 años de prisión y Emanuel Suárez sentenciado a 6 años y 6 meses como partícipe secundario. Si bien en un primer momento a Ochoa le tomaron una informativa y la causa no avanzó en su contra, el entonces juez de instrucción Javier Beltramone lo desempolvó y reactivó el caso en su contra. El panadero llegó a juicio como instigador del crimen, lo condenaron a 11 años de cárcel, en febrero de 2017. La sanción se unificó con una condena previa por tenencia de arma en 13 años y 4 meses y en mayo de 2018 la Cámara Penal confirmó el fallo.

Pero ya en 2010 la cosa para el Panadero en la barra se complejizaron, fue víctima de un ataque en plena tribuna durante un partido entre Newell’s e Independiente. Por el caso sus ex laderos Matías Pera y Maximiliano «Quemadito» Rodríguez fueron vinculados a la investigación. Pera fue el único condenado por robo agravado en ocasión de espectáculo deportivo a 3 años de prisión condicional.

Al mes siguiente  Matías Pera fue atacado a balazos en la plazoleta Rodolfo Walsh en zona sur, y no dudó en apuntar a Ochoa como autor intelectual.  Jonatan «Cachorra» Cresciente fue condenado a 8 años y 8 meses entre otros delitos por las lesiones que le ocasionó a Pera.

El quemadito y el panadero

Rodríguez rompió con el panadero tras el episodio ocurrido en el paravalanchas conocido como la entangada. Los últimos días de diciembre de 2011 en Villa Moreno atacaron desde un utilitario a Facundo Osuna, aparentemente el encono vino por un encontronazo dentro de una discoteca. Esa situación derivó en una balacera al Quemadito el 1 de enero de 2012 dónde terminó hospitalizado y su padre con un grupo de personas fue a la canchita de fútbol Oroño, ubicada en Moreno y presidente Quintana en busca del atacante y terminaron matando a Jere, Mono y Patóm tres pibes que nada tenían que ver con el hecho. El caso terminó en duras condenas para el padre del Quemadito y su grupo de atacantes.

Pero el Quemadito no zafó, le imputaron la tentativa de homicidio a Osuna y terminó preso en la cárcel de Coronda. Pero la Cámara Penal modificó la calificación a lesiones graves y recuperó la libertad. El 29 de enero de 2013 recibió un tiro en la pierna en la puerta de la casa de su novia, en la zona sur, lesión por la que debió movilizarse con muletas. El 5 de febrero de 2013 fue asesinado de un disparo en la cabeza con un arma calibre 9 milímetros en la esquina de Corrientes y Pellegrini, cuando caminaba con su novia. Por el crimen fueron condenados  Héctor David Rodríguez, alias Porteño, a 16 años y 6 meses por la tentativa de homicidio de enero de 2013 y el homicidio. A Sergio Acosta, apodado Chuno, a 14 años y 6 meses como cómplice primario. A Marcelo Romano, sindicado como el entregador a 13 años de prisión, y Walter Acosta a 6 años y 6 meses como partícipe secundario del crimen.

En marzo de 2016 la Cámara Penal revocó el sobreseimiento que le dictaron al Panadero Ochoa en la causa por el homicidio del Quemadito por instigador y esa investigación aún sigue abierta en su contra.

Balearon casa y negocio de la familia del Panadero Ochoa, ex barra de Newell’s

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