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Los bailes en el Club Sportivo Servando Bayo

La institución de Echesortu cuenta actualmente con casi 300 socios, disciplinas y juegos de mesa.

El Club Sportivo Servando Bayo conserva la mística de un típico club de barrio. Combina los rasgos antiguos que lo distinguieron en los años de apogeo social, con obras que lo van adecuando a los tiempos modernos que corren. En la institución de Barrio Echesortu, famosa por sus bailantas y sus espectáculos durante más de cuatro décadas, abundan los espacios amplios para que los casi 300 socios practiquen disciplinas, para que los vitalicios despunten el vicio del casín y de otros juegos de mesa, y para que alumnos de distintas escuelas de la zona realicen actividades en el Centro de Educación Física Nº 6 “Pedro Candioti” que funciona dentro mismo de la entidad ubicada en San Luis 4471.

Desde hace 5 años, también Servando Bayo ofrece el servicio de alquiler del remodelado salón de fiestas “New Event”, con capacidad para 200 invitados para todo tipo de eventos: casamientos, cumpleaños, agasajos, despedidas y reuniones empresariales.

El Club Servando Bayo fue fundado un 8 de julio de 1928. Y a poco de cumplir 88 años de vida, los socios se preparan para celebrar un nuevo aniversario con un tradicional almuerzo. Atrás quedaron los años de las populares bailantas de cumbia que se organizaban los fines de semana en la pista de baile del patio del club. En diferentes épocas, Teté Turcutto, Salvador Gammarota y Ercilio Gianserra estuvieron al frente de la movida tropical y de los espectáculos musicales que distinguieron a Servando Bayo en las décadas del 70 y 80.

Fueron tan populares y multitudinarios los bailes en el Servando Bayo, que en un ranking de asistencia de público terminó en el segundo lugar detrás del club Comunicaciones de Buenos Aires, ganándole a instituciones de primer nivel como Newell’s Old Boys, Gimnasia y Esgrima y Provincial.

Además de los 400 alumnos de colegios de la zona que semanalmente realizan actividades físicas en las instalaciones del Servando Bayo, cerca de 300 chicos desarrollan disciplinas amateurs como gimnasia rítmica, patín artístico, básquet recreativo y fútbol cinco. Hace pocos años, el club llevó a cabo una obra de importancia en el patio: una carpeta de cemento alisado que permite la realización de actividades al aire libre, como patín y básquet. Y sobre la izquierda, donde estaba la antigua cancha de bochas, un imponente tinglado espera la finalización de obra de un piso de mosaicos para que las chicas puedan desarrollar gimnasia rítmica en un nuevo espacio.

Una vieja heladera comercial de madera, un mostrador en forma de ele para acodarse a ojear el diario, apurar un café o saborear un aperitivo, y un escurridor de copas de vidrio marcan las características del típico buffet de club de barrio. Arriba, sobre un tirante de hormigón que cruza el amplio salón a lo ancho, puede leerse “Bienvenidos a Servando Bayo”.

En el salón anterior al clásico buffet, lugar de paso de socios y visitantes, aparece un espacio adonde los vitalicios del club asisten, puntual y religiosamente todas las tardes: el casín es un juego de mesa de billar, que se realiza con tres bolas, cinco palos y cuyo objetivo es pegarle a la bola contraria y tratar de hacer puntos volteando los palos con o sin carambola.

Servando Bayo, célebre por sus bailes de antaño, por aquellos espectaculares sábados de esplendor, sostiene su vigencia con distintos rasgos sociales y deportivos, en base al esfuerzo de una comisión directiva y de un grupo de socios que trabaja desinteresadamente por el bienestar de una institución que representa a la historia misma de muchísimos vecinos de Barrio Echesortu.

Noches de esplendor

En el patio del club, a la derecha de la cancha de fútbol de césped sintético, aparece un viejo escenario que ha sido testigo de la historia misma del Servando Bayo. Allí se subieron artistas de la talla de Sandro, Palito Ortega, Leonardo Favio, María Marta Serra Lima, Juan Ramón, Horacio Guarany, Rimoldi Fraga, Dyango y Jorge Corona, entre otros.

“En el año 71 vino a cantar Sandro y había 8 mil personas en el club. No cabía un alfiler y estábamos todos apretados. Y como no podía pasar por la puerta principal, lo hicieron ingresar por la casa de una vecina, Doña Rosa, cuya medianera daba directamente con el escenario.

Ahí había una puerta y lo hicieron pasar. Fue una noche inolvidable”, rememoró con nostalgia don Ricardo Correa, casero del club desde hace 45 años.

También don Ricardo fue testigo de la visita de Susana Giménez al Servando Bayo.

“Recuerdo que hizo un sketch con un vecino que era taxista. Estuvo muy divertido. La gente la pasó excelentemente bien”, recordó sobre la presencia de una de las divas del mundo del espectáculo nacional.

La noche que estaba programada la actuación de Los Palmeras, se cortó la luz en todo el barrio Echesortu y recién volvió a las 4 de la madrugada.

La historia terminó con el malestar del público por aquel show que no pudo realizarse a raíz del corte del suministro eléctrico que afectó a toda la zona. Volaron mesas, sillas y cajones por el patio del club.

Don Ricardo, testigo de mil anécdotas en el Servando Bayo, se asemeja a una institución dentro de la misma institución.

“Es que llevo 45 años en el club. Acá conocí a mi señora, me casé, crié a dos hijos y actualmente mis nietos andan corriendo por aquí.

Hasta mi viejo murió en este club”,expresó el histórico casero y bufetero de la entidad situada en la zona oeste de Barrio Echesortu.

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