Un decreto del gobierno santafesino fue interpretado como la habilitación, entre otras actividades, de las celebraciones religiosas, pero hubo una marcha atrás con la explicación de un error en la redacción. La Iglesia redentor de San Lorenzo le buscó la vuelta entonces, y abrió su templo como bar, rubro que sí esta permitido con el debido protocolo. Desde el escenario, y antes de los rezos entre mesas, uno de los pastores, con vestimenta de mozo, desafió al mandatario Omar Perotti: «¿Ahora sí podemos abrir»? Antes, y durante la reunión de este jueves, habían protestado por una supuesta discriminación de fe en relación a las medidas de contención de la pandemia.
Fieles, comensales o ambas cosas, cientos de personas asistieron este jueves al templo de la Iglesia Redentor. “Queremos ejercer nuestro derecho constitucional de practicar nuestra fe. Nos preocupa que cercenen nuestros derechos”, arengó desde el escenario el pastor evangélico Daniel Cattaneo, líder de esa orden.
La celebración gastronómica-religiosa se produjo el día en que la orden Redentor cumplió 75 años de existencia en San Lorenzo.
Decreto confuso sobre la mesa
El gobierno santafesino autorizó, en el camino de apertura de actividades que marcan la evolución de las fases de cuarentena por la pandemia, la apertura de templos y reuniones de hasta 10 personas. Un decreto de principios de esta semana pareció extender el permiso hasta 350 fieles. En seguida, la Casa Gris salió a corregir una redacción confusa del decreto pertinente. Aclaró que tanto los encuentros religiosos, como la apertura de casinos, serán más adelante, una vez que se estudien en profundidad los protocolos para esos casos.
La Iglesia Redentor no esperó, y cambió de rubro para sortear las restricciones sanitarias. Los pastores de la congregación se vistieron de mozos y portaban en cada bandeja una biblia. «No sólo de pan vivirá el hombre», justificaron el menú.
“¿Ahora sí podemos abrir, gobernador Perotti?”, desafiaron los mozos-pastores al mandatario provincial en alusión al decreto 487/20 de la discordia.
La congregación evangélica asentada en San Lorenzo buscó justificación del atajo para retomar las reuniones en el artículo 14 de la Constitución Nacional. “Todos los habitantes de la Nación gozan de los siguientes derechos conforme a las leyes que reglamenten su ejercicio… de profesar libremente su culto; de enseñar y aprender”, recitaron.
