El secretario general del gremio La Bancaria y del Movimiento Sindical Rosario expuso un balance de un año al que calificó de complicado, dadas las luchas y reclamos. Criticó las medidas económicas y advirtió que los conflictos se resuelven con movilización y en la calle. De cara al 2017, Layús prevé que continuará la negociación por la reapertura de paritarias y aspira a la unidad de una CGT en Rosario.
—¿Cuál es el balance del gremio para el 2016?
—Fue un año complicado. Tenemos un gobierno con una impronta neoliberal. Estamos cumpliendo un año y días de una gestión que comenzó con 32 cesantes del Banco Central, y una represión a una protesta el mismo día que asumió Macri en el Congreso de la Nación. Después de 64 días de instalar una carpa logramos reincorporar a los cesantes y firmar las paritarias del año.
A nivel local hemos logrado, producto de la lucha, la reincorporación de cerca de 30 trabajadores que pretendían ser desafectados de distintas entidades bancarias. Logramos que el banco Galicia no cumpliera su objetivo de abrir una sucursal en horario extendido, de lunes a viernes de 9 a 19, y sábado de 9 a 13.
En el marco del Movimiento Sindical Rosarino, del que formamos parte, estuvimos presentes en cada conflicto defendiendo a los trabajadores metalúrgicos, de alimentación, correo, telefónicos, Ansés, empleados de comercio, entre otros.
—¿Qué expectativas tienen para el 2017?
—Si no cambia el plan económico las expectativas serán las mismas. Tenemos un modelo económico basado en la apertura indiscriminada de importaciones, con devaluación y endeudamiento externo. A esto se le suma el tarifazo que no cesa y un pronto aumento del combustible que genera una suba de otras cuestiones vinculadas.
El año que viene nos va a encontrar realizando medidas de fuerza por la reapertura paritaria. Este año logramos reabrirla y conseguir un resarcimiento salarial que compense la inflación. Conseguimos un bono de entre 8 y 12 mil pesos para diciembre, una suma fija de 7.600 pesos para el 5 de enero y un incremento del 4 por ciento del salario. También habrá un adelanto de 2 mil pesos no remunerativos para los primeros 4 meses, más un 10 por ciento de aumento en cada salario. Todo esto se logró gracias a movilizaciones, paros de 2 o 3 horas y asambleas.
—¿Cuáles son los principales problemas a solucionar?
—Tienen que cambiar las medidas económicas. La apertura de importaciones trajo despidos en el sector privado que se suman a los del sector público de los primeros meses de gestión.
—¿Cómo es la relación con las grandes centrales obreras?
—El Movimiento Sindical Rosarino está articulando movilizaciones. La última fue en el marco de la marcha federal a principios de septiembre. Entendemos que los conflictos se dirimen con movilización y en la calle.
Buscamos la unidad de la CGT Rosario, priorizando una CGT que no dependa de la conducción central de Buenos Aires y tenga jurisdicción firme y clara respecto a lo nefasto de este modelo.
—¿Cómo analizan la gestión de Cambiemos durante el primer año de gobierno?
—Desde el lado de los trabajadores, empleo y cuestión social, este gobierno tiene un rotundo aplazo.
Queremos destacar que nunca hay que olvidarse que se están cumpliendo 15 años de las trágicas jornadas del 19 y 20 diciembre que dieron lugar al estallido social que se llevó la vida de decenas de jóvenes. Durante esos días se aplicaban recetas económicas neoliberales de ajuste. Ahora no hay señales de reactivación, el consumo está planchado y se notó los días previos a las fiestas de Navidad. Todo tiene una consecuencia.