Los cuatro policías detenidos en los allanamientos ordenados por fiscales provinciales en el marco de la causa por asociación ilícita de Esteban Alvarado, Luis Quevertoque, Javier Makhat, Cristian “Chamuyo” Di Franco y Gustavo Spoleti, ya habían sido relacionados en causas anteriores con el principal implicado. Entre las sospechas que surgieron a lo largo de estos últimos años no sólo se resaltó la relación con Alvarado sino también la entrega de terrenos, autos y el poder de decidir quiénes manejarían el territorio para la venta de estupefacientes.
Quevertoque, Medina y Alvarado
Gustavo “Gula” Pereyra fue jefe de la Brigada Operativa de la descabezada Secretaría de Delitos Complejos –que estuvo a cargo de Ana Viglione y Andrés Ferrato quienes terminaron enfrentando una causa por falso testimonio–, el uniformado quedó vinculado a la investigación de la banda de los Monos y fue absuelto en el juicio oral y público que se llevó adelante por asociación ilícita de esa banda en abril de 2018. En una de sus declaraciones durante ese debate, Gula prendió el ventilador y contó que “estuvo preso por hacer lo que tenía que hacer”. Dijo que enviaba información a sus jefes a través de mails donde mandaba data sobre investigaciones vinculadas al narcotráfico y la División Judiciales que tuvo gran protagonismo en la pesquisa a la banda de Los Monos a cargo del juez Juan Carlos Vienna.
Gustavo Pereyra no se calló nada: brindó datos con lujo de detalles y dejó en claro que sus superiores en la Secretaría de Delitos Complejos Ana Viglione y Andrés Ferrato lo desconocieron: “Estuve preso por hacer lo que tenía que hacer”, aseguró y habló de los mails donde mandaba información a sus superiores sobre investigaciones de narcotráfico y la División Judiciales de la que dijo que “estaban haciendo una recaudación y lo querían poner a Esteban Lindor Alvarado y a Luis Medina para que manejaran toda la zona. Porque (el jefe de la Brigada Operativa de Judiciales, el subcomisario Luis Quevertoque – detenido este jueves –, en su momento, era socio de Alvarado, eran vecinos, fueron cuñados”, aseguró.
El 15 de marzo de 2013 le mandó un mail a su superior donde le informaba sobre la Brigada de Judiciales. Se creó por disposición del jefe de la URII, aunque no sabía quién lo asesoraba, qué función iban a realizar o quién les acercó los nombres, según averiguó. Llamaba la atención la poca experiencia de los integrantes de ese grupo, afirmó, y detalló quiénes eran. De Quevertoque dijo que estuvo varias veces involucrado en hechos de robo de piratería del asfalto y era amigo de (Luis Alberto) Gastaminza, a quien describió como “un ex policía que se pasó a la vereda de enfrente”.
En otro de los mails habló de una investigación que llevada adelante un comisario inspector de la entonces Agrupación Unidades Especiales de la localidad San Javier en 2010. “En ese momento había un avión tirando droga en la zona de Helvecia. Había escuchas entre (Ariel) Lotito –otro de los integrantes de la División– y Quevertoque, quienes los fines de semana concurrían a la zona, donde tenían sus novias”, dijo Pereyra.
Makhat
Javier Makhat fue jefe de inteligencia del Área de Drogas de la Policía de Investigaciones (PDI), en noviembre de 2018 en el marco de la causa que investigaba el crimen de Lucio Maldonado en la quinta a nombre de los hijos de Alvarado encontraron documentación de propiedades, recibos y servicios. Lo que derivó en un procedimiento en un departamento en Condominios del Alto. La sorpresa que se llevaron en el lugar fue que en la propiedad habitaba el comisario. También dos cocheras, donde había un auto de la PDI y una camioneta de la Policía.
Makhat dijo que habían comprado esa propiedad a un hombre con los ingresos suyos y de su pareja. En aquel momento no se lo vinculó formalmente a la causa por asociación ilícita a la cabeza de Estaban Alvarado pero este jueves fue detenido.
En tanto, en la declaración de Gula Pereyra en el juicio Los Monos también se refirió a Makhat y mostró pruebas. El 13 de abril de 2013 Pereyra le escribió a Andrés Ferraro, su superior: “Andrés, haciendo averiguaciones me entero que en la Dirección está el oficial Macat (sic). De muy buena fuente me dijeron que es un soldadito de Esteban Alvarado”.
Pereyra también relató que Alvarado habría donado tres lotes en un barrio de la localidad santafesina de Roldán a Makhat, al comisario Gonzalo «Chino» Paz –ex jefe de Drogas y luego jefe de la Unidad Regional de San Lorenzo- y a Cristian “Chamuyo” Di Franco.
Di Franco
Chamuyo Di Franco es hermano Sergio Di Franco, el ex jefe de la división Cuerpos de la Unidad Regional XVII imputado por matar de un balazo en la cabeza a Juan Cruz Vitali, el 12 de mayo pasado frente a la casa de su tía de Capitán Bermúdez tras evadir un control de seguridad vial a la salida de un boliche. Chamuyo recibió un ascenso a comisario supervisor en mayo de este año. La Fiscalía investigaba la procedencia de un terreno en Roldan que sería del uniformado y estaría vinculado a Alvarado, indicaron en diciembre de 2018 una fuente del caso en una nota publicada en el portal sanlorencino Pregón.
Spoleti
Gustavo Spoleti es otro de los jefes policiales detenido. Obtuvo el cargo de Director General de Policía en febrero pasado, pero no estaba en funciones; ya había sido investigado por la Justicia en causas que van desde enriquecimiento ilícito hasta connivencia con el narcotráfico.
En el 2004 y siendo oficial quedó a cargo de la seccional 2ª de Capitán Bermúdez, luego quedó al frente de fugaz Patrulla Urbana que se armó tras el amotinamiento policial que le siguió al crimen del policía Diego Navarro, en 2005. Luego fue el titular de la Dirección de Drogas Peligrosas de la Unidad Regional II (URII) Departamento Rosario hasta 2012, cuando fue apartado tras el crimen del sargento Carlos Honores y pasó a ser jefe Agrupación de Unidades Especiales de la URXVII de San Lorenzo.
El sargento Carlos Honores, tenía 46 años, y trabajaba en la división Sustracción de Automotores de la URII cuando el 5 de enero de 2012 estacionó una Toyota Hilux en una estación de servicio de Circunvalación y avenida 27 de Febrero. Luego se conocería que la Hilux estaba a nombre de Esteban Alvarado. Honores había sido citado por un tal Miguel. Dos conocidos se acercaron y tras una discusión, el sargento terminó con dos disparos. Honores corrió casi una cuadra hasta meterse en una casa mientras que sus atacantes huyeron en la 4×4, reconstruyeron las fuentes.
El sargento fue trasladado a un centro de salud adonde ingresó con dos impactos de bala, uno en el abdomen y el otro en el pecho, los cuales comprometieron el hígado, colon, páncreas y tórax. En tanto, la Toyota fue ubicada horas después en la zona de Cabín 9, incinerada y con dos armas calibre 9 milímetros y 32 en su interior. Honores falleció tras agonizar tres días. Desde ese día, fuentes extraoficiales hicieron mención a un posible ataque “por mucho dinero en el medio”.
Casi dos meses después, un anónimo con dos CD con filmaciones llegó al edificio de los Tribunales Provinciales, lo que originó una investigación. En dicha misiva, hecha con computadora, se denunciaba una supuesta vinculación del personal policial con quioscos de drogas, el robo de automotores, y se vinculó el crimen de Honores con el negocio de las drogas y con el homicidio de Carlos Fajardo ocurrido en Carcarañá en diciembre de 2011 cuando su cuerpo fue hallado torturado y maniatado en el baúl de un auto a la vera de la ruta Nacional 9.
“Spoleti reconoció ser amigo de Honores, y por eso lo exiliaron a la regional San Lorenzo”, describió un comisario provincial en esa oportunidad.
También en mayo de 2011, Spoleti y su antecesor como jefe de Drogas Peligrosas Alejandro Franganillo habían escoltado a su jefe política, la jueza Laura Cosidoy –cuestionada por su actuación en la última dictadura y declarada “amiga” de Leopoldo Fortunato Galtieri mientras éste era jefe del II Cuerpo de Ejército– cuando declaró como testigo en el juicio Díaz Bessone por delitos de lesa humanidad.
En 2013, Spoleti hizo careo en un juicio por comercialización de drogas con la luego condenada Norma Acosta, la viuda de Miguel “Japo” Saboldi, uno de los tres muertos en el incendio intencional ocurrido en abril pasado en la Alcaidía de Rosario, quien lo acusó de “engarronarla” en la causa y de intervenir en la muerte de su marido.
Pasaron tres años hasta que Spoleti volviera a las crónicas policiales. En junio de 2016 Juan José Muga estaba siendo juzgado en el fuero Federal como cabecilla de una banda dedicada a la venta de drogas cuando planteó que le armaron la causa. Según declaró había denunciado ante la ex jueza federal Cosidoy la relación entre un grupo de policías de la ex Drogas Peligrosas provincial y las estructuras del narcotráfico local y, llamativamente, fueron esos mismos uniformados los que definieron que fuera preso en un oscuro operativo.
Muga aseguró que en 2012 los policías santafesinos le plantaron 43 kilos de marihuana por una venganza y su abogado defensor brindó los nombres de los integrantes de la Policía antinarcóticos que según Muga “manejan el narcotráfico” en la ciudad, muchos de los cuales fueron detenidos por sus vinculaciones con la banda de los Monos, y otros que aún están en actividad. Apuntó en forma concreta al “cabo de Gendarmería Bael que con su cuñado Luis Medina manejan el narcotráfico”, en relación con el empresario asesinado en diciembre de 2013 junto con su novia, Justina Pérez Castelli, en el acceso sur.
Muga recordó que la ex magistrada le pidió además “una lista de policías de Santa Fe” involucrados. El hombre lo hizo y dijo haber anotado: Cristian Floiger, Guillermo Cardini, Gustavo Pereyra, Juan Marcelo Maciel, Ángel Abaca (todos involucrados en la megacausa Monos), Gustavo Spoleti, Oscar Romero, Fernando Romitti, Alejandro Franganillo y Gonzalo Paz. Estos últimos cinco llegaron a ser jefes de Drogas en el sur santafesino y en el caso de Romitti fue titular provincial de la repartición. Según Muga, todos ellos tenían “estrecha vinculación” con Luis Medina, aunque no se conoció si la justicia federal realizó una investigación con estas acusaciones.
En 2017, la causa de Spoleti sobre enriquecimiento ilícito que lo investigaba por la titularidad de unas propiedades desde 2008 fue archivada por falta de pruebas y a finales de 2018 en el juicio de la causa conocida como Los Patrones donde terminaron condenados los jefes de Los Monos Ariel Máximo “Guille” Cantero y Jorge Emanuel Chamorro como líderes de una organización que desde la cárcel digitaban la comercialización de estupefacientes volvió a aparecer su apellido. En el debate, el fiscal federal Federico Reynares Solari, señaló durante el juicio a ambos narcotraficantes, que Chamorro mantenía contacto con “un jefe de policía de San Lorenzo”, señalado como Gustavo Spoleti.
El fiscal leyó un mensaje de texto, enviado desde el celular de Jorge Chamorro, que rezaba: «Voy a ver una casita y hablar con spoleti q es el jefe de san Lorenzo» (sic). En el mismo teléfono, secuestrado en un operativo policial en septiembre del 2012, figuraban contactos que presumen ser de personal de diferentes comisarías de la Unidad Regional II de Rosario.
Es por esto que el Tribunal Oral Federal Nº 3 de Rosario ordenó ampliar la investigación por posible connivencia policial, para demostrar una cobertura que tenían las organizaciones delictivas en cada uno de sus búnkeres en Rosario y la región.