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Los dilemas del gas de Vaca Muerta

Por la suba de la producción, en verano sobrará gas hasta tanto se construyan gasoductos y terminales de GNL para exportar, aunque en invierno se seguirá importando. Algunos desarrollos se verán postergados

 

El incremento de la producción de gas de la provincia de Neuquén ya se enfrenta a un cuello de botella que amenaza con demorar el desarrollo de algunos yacimientos, aunque abre un gran abanico de oportunidades en el mediano plazo.

Por caso, el complejo de Compañía Mega, que recibe 40 millones de metros cúbicos diarios de gas de los 70 millones que produce la provincia, para separar los líquidos y enviarlos a Bahía Blanca, ya está al límite de su capacidad. Y sus planes de duplicar las instalaciones están condicionados por la demanda. Hasta que no se construya el gasoducto hacia Rosario o se monten terminales de licuefacción para exportar por barcos, habrá un excedente de producción en los meses de verano.

Además por la baja de los precios en boca de pozo en dólares, producto del impacto de la brusca devaluación de este año, algunos proyectos se verán postergados. Por caso, esta semana YPF anunció durante su presentación del plan de inversiones para los próximos 5 años en Nueva York que durante 2019 destinará al desarrollo del crudo una parte importante de los desembolsos que tenía pensados para el gas.

La petrolera bajo control estatal destinará el año próximo 3.400 millones de dólares a la producción de hidrocarburos (69% no convencional 31% convencional), con el objetivo de aumentar un 9% su extracción de crudo en 2019 y un 4% la de gas.

De esta forma, postergará yacimientos de tight gas que no son rentables como Río Neuquén y Sierra Toledo/Loma Barrosa.

En febrero, YPF pondrá en funcionamiento una barcaza de licuefacción de gas que procesará hasta 2,5 millones de metros cúbicos diarios (MMm3/d) con destino exportador. Pero el gran objetivo es montar una terminal en Bahía Blanca con una capacidad de 20 millones de m3, que demandaría cuatro años de construcción.

En la industria petrolera las compañías coinciden en que Vaca Muerta es demasiado grande para el mercado local y que su desarrollo estará atado a la posibilidad de llegar con precios competitivos al exterior. El gas neuquino tiene varios destinos a explorar: Chile, donde esta semana se retomaron las ventas; otros países de la región como Brasil; y hacia otros continentes vía barcos metaneros.

La parte más rica del gas, los líquidos, también permitirán desarrollar la industria petroquímica que hoy tiene epicentro en Bahía Blanca.

Esta semana el presidente Mauricio Macri volvió a colgarse de Vaca Muerta con un curioso acto en el puerto bonaerense en el cual “despidió” el barco regasificador que desde 2008 tenía montado la firma norteamericana Excelerate para importar gas en los meses más fríos del año. Sin embargo, la compañía mantendrá operativo el otro buque que tiene amarrado en Escobar. Además, la Secretaría de Energía ya piensa en pedirles a las compañías generadoras de electricidad que el próximo invierno contraten otro barco regasificador para suplir los combustibles líquidos que queman las usinas térmicas. ¿Hará Macri un acto de bienvenida al nuevo buque?

El energético es el único sector de la economía que hoy aporta signos positivos a la gestión Cambiemos. Sin embargo, si se ve la otra cara de la moneda, a la alta rentabilidad de las empresas se le contrapone los mega tarifazos que –de la mano de la devaluación– hicieron inviable la aplicación del sendero creciente del gas en boca de pozo que pagan los usuarios residenciales y comercios.

La herencia de Juan José Aranguren estalló en pedazos cuando se descontroló el dólar, lo cual no sólo impactó en la famosa deuda entre las distribuidoras y las productoras, sino también en la millonaria suma de subsidios a las petroleras beneficiadas por el Plan Gas.

Como es característica de la gestión de Mauricio Macri, la deuda de tal descalabro la deberá pagar el próximo gobierno. (Por Vaconfirma.com.ar)

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