Las imágenes de decenas de estudiantes de rodillas y con las manos en alto, detenidos este viernes tras disturbios, causaron revuelo en Francia, cuando este sábado se renovarán las protestas de alto riesgo de los “chalecos amarillos” para las que se van a desplegar casi 89.000 policías.
Los estudiantes, críticos con las reformas educativas del gobierno de Emmanuel Macron, se sumaron a la ola de descontento que recorre Francia y bloquean desde comienzo de la semana un centenar de centros de educación.
En un instituto de Mantes la Jolie, un suburbio al oeste de París, 150 estudiantes fueron arrestados frente al centro educativo después de que los manifestantes se enfrentaran con la policía y quemaran dos automóviles.
“Nada justifica esta humillación”, reaccionó el presidente del Partido Socialista, Olivier Faure, quien llamó a no atizar el fuego en un país al rojo vivo por la crisis desatada hace tres semanas por el movimiento de los “chalecos amarillos”, quienes protestan por el aumento del precio de los combustibles y del costo de vida.
El ministro francés de Educación, Jean-Michel Blanquer, anunció este viernes que se investigará la detención masiva de jóvenes supuestamente implicados en protestas organizadas junto a un liceo en Mantes la Jolie y consideró “chocantes” las imágenes de decenas de ellos obligados por la policía a arrodillarse.
Inusual despliegue policial
El clima social y político que se respira en el país galo es extremadamente tenso.
Las protestas comenzaron el 17 de noviembre en oposición al aumento de los impuestos a los combustibles, pero desde entonces se convirtió en un amplio movimiento contra Macron, en lo que es hasta el momento el mayor desafío de su presidencia.
Para la movilización nacional de este sábado, las autoridades francesas dispusieron un dispositivo “excepcional” para evitar que se repitan las escenas de violencia de la semana pasada que dieron la vuelta al mundo, con coches incendiados, vidrieras destrozadas, y lanzamiento de todo tipo de objetos.
Muchos de los “chalecos amarillos”, llamados así por las prendas fluorescentes de seguridad que llevan puestas, se manifiestan sin violencia pero algunos se radicalizaron y sobre todo miembros de grupos de extrema derecha y extrema izquierda irrumpieron en las protestas y se enfrentan a la policía.
Un total de 89.000 policías estarán movilizados en todo el territorio, de los cuales 8.000 estarán desplegados en París, donde la Torre Eiffel y decenas de tiendas de los Campos Elíseos cerrarán por precaución, al igual que los principales museos, incluido el Louvre.
Además, por primera vez en más de una década, se desplegarán en la capital francesa vehículos blindados de la gendarmería.
Los manifestantes están furiosos por el aumento del costo de la vida, atribuido a los impuestos considerados excesivos, y acusan a Macron, un ex banquero de inversiones, de favorecer a los ricos con su política de gobierno.