Los 18 policías acusados por los asesinatos de Emanuel Medina y David Campos entraron esposados y sin uniformes a la pequeña sala de los Tribunales. El único imputado bajo la figura de homicidio calificado y los 17 por su encubrimiento se sentaron a centímetros de sus familiares. Dieciocho veces dijeron “me abstengo”, para negarse a hablar. En la audiencia imputativa el fiscal contó con detalles cómo persiguieron a las víctimas durante media hora, cómo les dispararon, y cómo adulteraron la escena del crimen para simular un enfrentamiento. El fiscal fue tajante: los fusilaron. Después de cinco horas de discusiones técnicas el juez decidió a favor de su pedido: 60 días de prisión preventiva para todos. Aunque las cinco mujeres que estuvieron en el operativo gozarán de domiciliaria.
La jornada arrancó a las 13 de ayer en la sala 1, que quedó chica para tantos acusados: diez agentes del Comando Radioeléctrico y ocho de la Policía de Acción Táctica (PAT). En la habitación contigua, de idénticas dimensiones, familiares de Ema y David observaban lo que ocurría al lado, por una pantalla gigante. Allí, además de silencio, se respiraba dolor.
El fiscal de Homicidios Dolosos Adrián Spelta acusó solo a Alejandro Rubén B. de ser el autor del doble homicidio, calificado por abuso de función o cargo en su carácter de miembro integrante de las fuerzas públicas con falsedad ideológica. Y a los 17 agentes restantes les achacó encubrimiento doblemente agravado (por la gravedad del delito) y por ser funcionarios públicos, además de falsedad ideológica.
Como todos se abstuvieron de declarar, Spelta presentó la evidencia que fundaron sus acusaciones con un Power Point. Reconstruyó la persecución vehicular del 23 de junio pasado desde que se inició (a las 10.40 de la mañana en Grandoli y Gutiérrez de zona sur) hasta su fatal desenlace, media hora después, en Callao al 5700 de barrio Las Delicias. El seguimiento de los GPS le permitió determinar en minutos, segundos y milésimas de segundos el orden en que los ocho móviles participaron de la cacería hasta llegar al lugar donde asesinaron a Alejandro Emanuel Medina, de 32 años, y David Ezequiel Campos, de 28.
El acta policial
Ese día, el acta policial decía que los ocupantes del Volkswagen Up huyeron, chocaron y abrieron fuego. También, que en el auto encontraron dos armas. El dermotest le dio positivo sólo a David. Pero el peritaje sobre el revólver que según los policías portaba indicó que ninguna de las dos vainas que tenía percutadas les correspondía. El fiscal fue concluyente: o se la plantaron o le adulteraron el barrido electrónico. O las dos cosas.
El fiscal aseguró que la Policía secuestró 9 vainas de armas oficiales, pero que dispararon muchas más. En principio, porque sólo las víctimas sumaban 12 balazos de entrada, más otros seis en la ventanilla polarizada del auto.
De las vainas que se incautaron, siete salieron del arma de Alejandro B., único imputado de homicidio, y las otras dos aguardaban el resultado de una pericia: o las disparó el agente Marcelo Adolfo E. o salieron del arma de Leonel Emiliano M. Por ahora, sólo quedaron imputados de encubrimiento.
“Lo quemaron boludo”
En relación con las secuencias de disparos, Spelta aportó una prueba novedosa, basada en el análisis de los GPS y una filmación que presentó como evidencia. Estas imágenes muestran el móvil del Comando 6425 que llega a la escena a las 11.09.57, “un minuto y medio después que los tiradores”, aseguró el fiscal. En el audio se escucha: “Lo quemaron boludo” y luego cuatro disparos más, que según Spelta se detonaron para simular un enfrentamiento.
Más despacio se oye: “Eran dos y uno venía hablando por teléfono”, en relación con las víctimas. El fiscal pidió peritajes telefónicos para demostrar que nadie habla por celular en medio de un tiroteo.
“No condice lo que dicen los policías con la prueba objetiva”, dijo Spelta para volver a remarcar la excesiva cantidad de disparos policiales sobre dos personas que ya estaban inmovilizadas tras el choque: “Los fusilaron”.
Les creía
“Cada vez que llego a la escena de los hechos, les creo. Siempre les creo, desde la primera palabra que me dicen”, confesó Spelta, quien siguió como ofendido: “Yo no esperaba esto. No esperaba estar ante una adulteración de la escena. Su declaración es todo lo contrario a lo que realmente existió. Sin embargo fueron ellos los encargados de adulterar una escena. Para defender a un compañero. Pero, además, para incriminar a dos inocentes”.
De esa manera pidió prisión preventiva para todos tras advertir no sólo la expectativa de pena en caso de condena, uno a perpetua y los otros hasta 12 años de prisión, sino porque si pudieron encubrir una escena donde mataron a dos personas también pueden entorpecer la investigación.
A todo se opusieron los defensores, aunque sin éxito. El juez Carlos Leiva validó la imputación, desestimó la existencia del enfrentamiento y ordenó que todos continúen presos. Las cinco mujeres, en sus casas, porque una está embarazada, otra amamantando y las demás tienen hijos menores de cinco años.
“Contento”
“Contento”. Eso fue lo primero que dijo Germán, hermano de David Campos, al terminar la audiencia que siguió con atención desde la sala contigua junto con sus padres y su hermana y el papá y los hermanos de Emanuel.
“Estamos muy conformes con lo que hizo el fiscal y con el mismo juez, que dijo que no hubo enfrentamiento sino un fusilamiento. Se empieza a comprobar la versión que dijimos los familiares desde el primer momento. Que les plantaron armas, que les pusieron pólvora en las manos”, dijo.