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Los incendios complican el censo del yaguareté en corredor jujeño-salteño de las yungas

La evaluación del estado de situación de una especie clave para el ecosistema de la región y para las cadenas alimenticias, que además fue declarada amenazada por organismos competentes, se vio alterada por los focos de incendio que se registran en la zona

El censo del yaguareté que se viene impulsando en la provincia de Jujuy, para conocer más sobre la especie y la funcionalidad del corredor que integra el Parque Nacional Calilegua y el Parque Nacional Baritú (Salta), se vio alterado por los focos de incendios que se registran en la zona de las Yungas, que obligaron al retiro de la mayoría de cámaras trampa que se habían colocado.

El proyecto, que es llevado adelante por la Fundación Biodiversidad, con el apoyo del ministerio de Ambiente provincial, a través de sus equipos técnicos, busca conocer cuáles son los sectores por dónde se desplaza y habita el yaguareté (panthera onca), considerado el felino más grande de Sudamérica.

Las fotografías: los registros más fiables

“No tenemos hasta el momento imágenes de la especie pero sí de tapires, corzuelas, pumas, algunos conejos de tapetí y coatíes”, dijo el guardaparque del ministerio de Ambiente de Jujuy, Juan Segovia, sobre el censo iniciado en septiembre.

Según señaló, el proceso se vio afectado por los incendios que se desataron en la zona que ya consumieron 36.714 hectáreas, incluyendo una importante zona del Parque Nacional Calilegua, de alto valor en biodiversidad.

“Tuvimos que retirar la gran mayoría de las cámaras cuando se habían llegado a colocar más de 30 para lo cual se trabajó cuatro meses en el terreno”, indicó Segovia en relación al proyecto Apoyando la consolidación del corredor Calilegua-Baritú para la conservación del yaguareté en las yungas argentinas.

Según describió, el territorio es de condiciones “variables”, inmerso principalmente en lo que se conoce como selva de las yungas, e incluye la totalidad de los pisos altitudinales comenzando por la selva de piedemonte pasando por lo que es la selva montaña, el bosque montano y terminando con los pastizales de altura.

Según el guardaparque, en la zona de estudio se colocaron cámaras fotográficas con una distancia de tres kilómetros entre una y otra “con el objeto de monitorear y conocer cuál es la población en la zona, área de prioridad de conservación y patrones de uso del espacio”.

“Pero al quemarse una superficie tan grande (de las 36 mil hectáreas afectadas, 9.295 están dentro del Parque Calilegua) es muy perjudicial tanto para el yaguareté como para cualquier especie que se encuentra habitando en esos espacios”, dijo.

Por otro lado, explicó que “las fotos son los registros más fiables con las que se puede saber si se trata del mismo yaguareté u otro ejemplar, dependiendo de las características de las manchas, que no son todas iguales”.

Apuntó que otra forma de registrar si hay un yaguareté en la zona es a través de las huellas y otros rastros que pudo haber llegado a dejar marcado el animal, por ejemplo en las orillas de los ríos o en algún arenal.

Yaguareté: especie clave en las cadenas alimenticias

En Argentina esta especie está categorizada como Monumento Natural Provincial y Nacional, y “en peligro crítico de extinción” según la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza, por lo que su caza se encuentra totalmente prohibida.

El yaguareté es el felino más grande del continente americano y una de las once especies de felinos que habitan en nuestro país, con una altura de entre 63 y 76 cm de alto y una longitud de 1,20 a 2 metros. Su peso varía entre 56 y 96 kilogramos, aproximadamente.

Sus manchas tienen un patrón único que permite identificarlos individualmente. Como carnívoro es “clave” en las cadenas alimenticias de los lugares en donde habita, porque controla las poblaciones de sus presas.

A la par del censo, el proyecto contempla el dictado de talleres de capacitación en la zona de Valle Colorado y El Bananal destinado a 30 personas, 15 por cada comunidad, para que puedan trabajar como “anfitriones locales” para lo que fueron becados.

En ese sentido, se busca que puedan adquirir conocimientos y capacidades para vincularse activamente en actividades de turismo de naturaleza, interpretación ambiental y/o investigación biológica.

Otras estrategias de conservación

En el Plan para la Conservación del Yaguareté en Yungas (elaborado en 2015), en el que participaron la Administración de Parques Nacionales; investigadores de biodiversidad del Conicet; y expertos latinoamericanos en Áreas Protegidas se lleva a cabo un diagnóstico y se apuntan las posibilidades de conservación de la especie como pieza constitutiva de un ecosistema cuya presencia o ausencia modifica sustancialmente su funcionamiento.

En algunos pasajes identifica las razones para su conservación: “El yaguareté (Panthera onca) constituye el mayor depredador de los bosques neotropicales. Como tal cumple un importante rol en el ecosistema, debido a que regula directamente las poblaciones de sus presas, e indirectamente su presencia afecta a la comunidad entera.

Requiere de grandes superficies en buen estado de conservación para desarrollar su ciclo de vida y en consecuencia para garantizar la conservación de poblaciones viables debe contemplar territorios extensos.

En general a lo largo de toda la distribución del yaguareté en Sudamérica, las áreas protegidas no resultan suficientes para asegurar que un número mínimo de individuos cumplan con su ciclo biológico y evolutivo, por lo que se requieren además de otras estrategias de conservación”.

La situación crítica del Yaguareté en Argentina

En el citado plan se considera que “en Argentina, la situación del yaguareté es crítica. Se encuentra categorizada como especie amenazada y en 2012 la Sociedad Argentina para el estudio de los Mamíferos la consideró en peligro crítico de extinción.

Actualmente ocupa menos del 15% de su distribución original y se restringe sólo a algunos sectores del norte del país en las Yungas, el Chaco y la Selva Paranaense.

En las Yungas el yaguareté habita en el 22% de la superficie original, habiéndose transformado o encontrándose el bosque seriamente degradado, por lo que la existencia de este gran felino no es posible”.

Este diagnóstico se vio agravado por las actuales condiciones de la región, sobre todo por los focos de incendios que se fueron dando en los últimos meses, lo que generó que los dispositivos para censar a la especie fueran erradicados de los lugares claves donde fueron emplazados y se suspendió una importante herramienta de estudio y análisis para evaluar el estado de situación del Yaguareté.

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