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Los jardines privados dicen que muchos papás no pueden pagar y que será dificil seguir subsistiendo

En Rosario hay 200 instituciones, que en general tienen que hacerle frente al pago de alquileres, servicios y sueldos docentes. "Nuestro trabajo es esencial y pedimos que el Estado esté presente", dijo Mayra Williams, presidenta de la asociación que los nuclea

En el marco de las medidas de aislamiento social, preventivo y obligatorio, los jardines de infantes privados de la ciudad siguen sin abrir sus puertas y son uno de los sectores más amenazados por la situación.

Mientras la cuarentena se extiende y  el gobierno nacional analiza exceptuar más actividades, desde el sector temen por la baja de matrículas y su continuidad laboral. Mayra Williams, presidenta de la organización, dijo a El Ciudadano: “Desde que nos formamos como asociación en 2009 pedimos ser reconocidos como parte del sistema educativo formal. Estamos habilitados bajo el rubro comercial. Nuestro servicio es esencial y por eso pedimos que el Estado esté presente”.

Hoy, frente al aislamiento social y preventivo, los jardines dependen de la voluntad de las familias para generar ingresos. Y así poder mantener sus puertas abiertas hasta retomar la actividad normal.

Williams advirtió que la problemática no sólo se da a nivel local, sino que es nacional. “Los jardines brindamos un servicio esencial; los chicos tienen donde quedarse cuando los padres trabajan, y están siendo educados. Pedimos un subsidio al Estado. Si no trabajamos no podemos pagarles los sueldos a los docentes, ni el alquiler, ni los servicios, entre otras cosas”, dijo. 

En Rosario hay 200 jardines de infantes particulares, de los cuales 160 son miembros de la asociación local. Las matrículas varían según la superficie de cada jardín (de 50 a 100), repartidos entre los turnos mañana y tarde. Los docentes que trabajan oscilan entre tres y ocho por jardín.

«Frente a esta pandemia no tenemos una respuesta del Estado. Estamos regulados por el área de la Secretaría de Desarrollo Humano y Hábitat municipal”, explicó la referente de la organización.

Williams contó que desde que el gobierno nacional anunció la cuarentena, les pidieron a los padres de los niños que concurren a los jardines que continúen pagando la cuota porque no tienen cómo sostener su estructura.

“Hay padres que respondieron ante esta difícil situación que estamos pasando todos. Pero otros ya nos avisaron que no pueden hacerle frente», relató.  

Y amplió: “Es una cadena de desarrollo que se va cortando. No podemos pagar si no podemos trabajar. No tenemos opción de sacar dinero de ningún lado. Para abrir o cerrar el jardín nos reconocen como escuela, pero no para subsidiarnos”.

La referente de la Asociación de Jardines local explicó que “muchos de los padres de los chicos que concurren viven de su oficio, como peluqueros, herreros y psicólogos. Y si no tienen ingresos tampoco pueden pagar la cuota del jardín de sus hijos”.

“Esta situación está pasando en todo el país. En Córdoba, Tucumán, Mendoza, San Juan y Ushuaia, entre otros lugares. Si nos reconocerían a los jardines como institución educativa entraríamos en el Ministerio de Educación. Eso significaría que tendrían que subvencionarnos”, remarcó Williams.

Clases virtuales

La docente detalló que desde que los chicos no asisten a las aulas por la cuarentena, pusieron en marcha un sistema de clases virtuales, a través de plataformas educativas, videollamadas y Whatsapp. 

“El contacto sigue estando. Los chicos tienen diferentes actividades como música y educación física, entre otras. Hacemos juegos de adivinanzas, obras con títeres y con los elementos que tengan cada uno en sus casas, pero algunos ya no tienen ni plasticola, ni ceritas, ni témperas.  Hacemos todo interactivo, según la edad. También hay para bebés.”, cerró Williams.

 

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