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Los límites de lo humano

El reconocido psicoanalista argentino y flamante Doctor Honoris Causa de la Universidad Nacional de Rosario, Jorge Alemán Lavigne realizó una conferencia sobre el concepto de subjetividad y sujeto en contextos de neoliberalismo.

Gonzalo García / UNR

El reconocido psicoanalista argentino y flamante Doctor Honoris Causa de la Universidad Nacional de Rosario, Jorge Alemán Lavigne realizó una conferencia sobre el concepto de subjetividad y sujeto en contextos de neoliberalismo. La misma se llevó a cabo en el SUM de la Facultad de Psicología.

La estadía del académico, se da en el marco del Programa Origen, una iniciativa de la Secretaría de Relaciones Internacionales a través de la cual se financia la visita de personalidades de renombre internacional a la UNR, con el objetivo de producir un encuentro de saberes como medio de construcción de conocimiento de manera colectiva.

“Es un orgullo que un argentino tan reconocido a nivel internacional haya accedido realizar una semana de actividades conjuntas en nuestra Universidad, ya que su trabajo sirve para traer aires nuevos al psicoanálisis y poder seguir profundizando conceptos que confluyen en nuestra realidad”, expresó la Secretaria de Relaciones Internacionales de la Facultad, Eugenia Piazza.

Alemán Levigne comenzó su disertación subrayando la importancia de poder entender la diferencia entre sujeto y subjetividad, como puntapié inicial para encarar cualquier análisis que se quiera hacer sobre el contexto neoliberal.

“Los términos de sujeto y subjetividad en muchos autores se terminan confundiendo, al punto de parecer sinónimos. Para distinguirlos, creo que hay que tomar como punto de partida el análisis que hace de las relaciones de poder Michel Foucault.”, manifestó.

Para Foucault, el poder no tenía solamente características represivas, sino que también tenía la propiedad de generar y promover. Es de los primeros filósofos que habló del pasaje de las sociedades disciplinarias a las de control, en la que el poder toma una faceta de productivo a diferencia de su antecesora. “El poder pensado desde la potencialidad productiva promueve subjetividades a partir de distintos dispositivos. He aquí donde a Foucault se le aparece el primer gran problema, ya que si el poder tiene la capacidad de producir subjetividades, ¿Dónde encuentra su resistencia?”, repensó.

El reciente homenajeado de la UNR planteó la importancia de encontrar esta respuesta en pensamientos de la antigua Grecia que puedan funcionar en la actualidad. Postuló que Foucault rescató la teoría del hombre como amo de sí mismo y que de esa manera el poder no lo afecta, construyendo así una nueva forma de vida. “Se busca en los pensamientos de los filósofos griegos sujetos capaces de ser dueños de su vida y transformarla. Si sólo pensamos que el mismo está compuesto por el poder, estaríamos viendo la ecuación incompleta. El sujeto que surge realmente pertenece al campo de la lengua y no al del poder. Como dijimos el poder tiene la virtud de producir subjetividades, pero Foucault no tiene en cuenta al sujeto del inconsciente y es por eso que sus fieles seguidores no pueden admitir que el poder no sea el motor absoluto”, planteó.

A su vez, el autor que escribe regularmente para el diario El País de España, argumentó que el sujeto siempre se constituye en el campo del otro, o sea fuera de sí mismo. “Creo que hay que indagar y pensar desde la psicología sobre la producción de las nuevas formas de odio, ya que responden a problemas que no estaban contemplados en épocas de Freud, y son muy importantes de analizar”, sostuvo.

Es así que los dispositivos con los que se maneja el neoliberalismo, se valen de producción de subjetividad y hacen confundir de manera intencionada a las terminologías, al punto de hacerlas parecer una sóla cosa. “El neoliberalismo termina con la clásica división marxista entre estructura e infraestructura, porque en el medio entran a jugar factores como la discriminación, el odio o la segregación. Gramsci fue el primero en entender que este modelo ya no funcionaba tan así. Podríamos decir que la verdadera matrix de la sociedad es lo discursivo, que la organiza de diferentes formas. El estado actual del neoliberalismo funciona bajo el lema “just do it” (simplemente hazlo), haciéndonos creer que no hay límites para el humano. Este parámetro lo lleva a querer siempre más, lo que lo lleva a un estado de insatisfacción constante”, finalizó.

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