La familia del expresidente Mauricio Macri sumó una nueva denuncia penal, esta vez por sus nexos con el banco austríaco Meinl Bank, una entidad acusada de presunto lavado de dinero y corrupción. La fiscal general Gabriela Boquin presentó este jueves un nuevo dictamen en el que analiza la relación de Correo Argentino SA y el banco con sede en Viena, y remite la documentación a la Justicia penal “a los fines de investigar la posible comisión de delitos”, según el escrito del expediente.
A estas sospechas, se suman más datos desconcertantes sobre el rol de este banco. Según Correo, la entidad bancaria apoyó el salvataje de la empresa prestando conformidad a la última oferta de la compañía para saldar sus deudas. Sin embargo, elDiarioAR reveló en abril que el banco está actualmente en bancarrota, según los registros públicos del Tribunal de Comercio de Viena.
Al estar en bancarrota, aquellos representantes de la entidad que habían apoyado a Correo en el pasado han perdido el poder de voto con el que contaban para salvar a la compañía, según explicó a este medio el abogado Cristóbal Von Der Fecht, exapoderado del banco en Argentina. El Meinl Bank, de hecho, quedó a cargo de dos liquidadores oficiales que nunca se presentaron en el expediente que tramita en la Justicia argentina.
Eso significa que la jueza Marta Cirulli, a cargo del caso, no podría avalar el apoyo del Meinl Bank a Correo. Sin ese apoyo (tiene el 38% de la deuda), la familia Macri no tiene los votos suficientes para lograr el salvataje.
Exhortos a Europa
El último dictamen de Boquin podría hacer todavía más difícil alcanzar el salvataje de la compañía.
Antes de quebrar, el Meinl Bank fue multado por el organismo de control del sistema financiero en Austria y el Banco Central Europeo le revocó su licencia por sus vínculos con lavado de dinero y corrupción en Europa del Este y Brasil.
Boquin solicitó a la jueza Cirulli que se ordene exhortos diplomáticos a la Justicia y la Procuración General con sede en Viena, a las autoridades austríacas y al Banco Central Europeo para requerir los antecedentes del retiro de la licencia al Meinl Bank, actualmente denominado Anglo Austrian Bank, y su posterior cierre. También pidió exhortos a los actuales responsables del banco, los liquidadores que administran sus bienes.
¿Cómo se convirtió este banco austríaco en el principal acreedor de Correo? Parte de las sospechas de la fiscal parten de que el Meinl Bank no es un acreedor original de la empresa de los Macri sino que decidió serlo. En 2006, adquirió las deudas de Correo con dos entidades internacionales: el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y la Corporación Financiera Internacional (CFI). Estos dos organismos de crédito, a los que Correo debía millones de dólares, cedieron sus créditos con la compañía al Meinl Bank, según confirma el dictamen de Boquin.
Entonces, el Meinl Bank absorbió las acreencias del BID y la CFI, que equivalen a un total de US$117.294.798.
En 2013, el banco austríaco acordó congelar esa deuda al valor del dólar de noviembre de ese año: costaba $6,525. Esa deuda de la compañía de los Macri con el Meinl Bank equivalía entonces a $765.348.560. Y así se quedó en el tiempo.
Nuevo peritaje
Boquin también solicitó que un equipo de peritos contables de la Corte Suprema analicen el acuerdo entre el banco austríaco y Correo. El acuerdo se reitera en los estados contables de 2014, 2015, 2016 y 2017, informó Boquin, mientras el dólar escalaba sin cesar.
Si el Meinl Bank no hubiese aceptado ese acuerdo, aquella deuda que se mantiene hasta la actualidad en unos $765.348.560 (con un dólar oficial a $6,525) hoy superaría los $11.582 millones (con un dólar oficial a $98,75), según el cálculo de elDiarioAR con base en los datos del dictamen fiscal. El banco austríaco resignó cobrar 15 veces el valor de la deuda real de Correo.
En ese sentido, Boquin también pidió a la jueza que solicite a periodistas de La Nación un informe de auditoría realizado en Europa sobre el Meinl Bank. El estudio fue elaborado por PriceWaterhouseCoopers (PwC) y obtenido por OCCRP (Organized Crime and Corruption Reporting Project) y la revista austríaca Profil, que luego se lo facilitaron a La Nación.
De dicho informe, que analiza las irregularidades cometidas por el banco, “surgiría información relativa a los antecedentes de la compra por parte del Meinl de los créditos verificados en el concurso de Correo a la Corporación Financiera Internacional (CFI) al Banco Interamericano de Desarrollo (BID)”, sostuvo la fiscal.
De la auditoría también surge que Franco Macri adquirió una sociedad constituida en Liechstentein, Mervet Establishment Ltd, y gestionó que el Meinl Bank le comprara los créditos al BID y la CFI, según La Nación. Eso, sería contrario a la Ley de Concursos y Quiebras.
Los votos y apoyos que Correo consiguió para evitar la quiebra deben cumplir ciertas normas legales: Correo no puede estar detrás de los acreedores que le prestan su apoyo, no puede ser accionista de esos acreedores o controlada por esos acreedores.
Si las mayorías no cumplen con la ley, la Justicia debe hacer caer el salvataje y decretar la quiebra. Por eso, los Macri se juegan mucho en esta etapa del proceso.
La quiebra, además, podría extenderse a Socma y Sideco, principales compañías del grupo.
Ante la consulta de elDiarioAR, fuentes directas de Socma y Sideco negaron tajantemente que el Meinl Bank haya mantenido una relación espuria con las compañías de los Macri. “La única relación es por acreencias con el banco”, sostuvieron.
La teoría de Mariano Macri
La relación de la familia con el banco austríaco va más allá de Correo. En 2013, Mariano Macri, hermano menor del expresidente y accionista de Socma, principal compañía del holding familiar, se opuso a que la compañía de su familia ceda el 60% de Sideco al Meinl Bank e impugnó en la Justicia la asamblea en la que se había votado la cesión.
Según el menor de los varones Macri, su impugnación se debió a que no tuvo acceso a la documentación que necesitaba para evaluar la propuesta del banco y, según le reveló al periodista Santiago O’Donnell en su libro Hermano, calificó esa operación con el banco austríaco como un “fraude”, una supuesta “venta simulada” de las acciones de Sideco con un objetivo “oculto”: vaciar la compañía y evitar el pago de una deuda de Socma con un banco de Brasil: el Banco de Desarrollo Nacional de Desarrollo Económico y Social (BNDES).
Fuentes directas de Socma y Sideco rechazaron las acusaciones de Mariano Macri ante la consulta.