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Los medios de comunicación y la ilusión de formar parte

Por Silvana Comba / Edgardo Toledo.- Hoy el lugar donde realizamos muchas de nuestras actividades se constituye en medio de flujos de comunicación.


Como es sabido, los medios de comunicación implican nuevos modos de vincularnos con el tiempo y con el espacio. Hoy asistimos al uso simultáneo de viejos y nuevos medios. Miramos televisión al mismo tiempo que estamos en internet y compartimos un espacio físico-social con otros miembros de la familia. Esto nos lleva a cuestionarnos la noción de espacio y la posibilidad de habitar distintos lugares a la vez. La luna dejó de ser ese otro espacio exclusivo del no estar aquí.

Hoy el lugar donde realizamos muchas de nuestras actividades cotidianas se constituye en medio de flujos de comunicación. El lugar que habitamos cuando estamos en internet, con el televisor en frente, ya no se corresponde solamente con el espacio físico. Por el contrario, estamos en una multiplicidad de lugares a la vez que son abiertos, porosos.

En el caso de medios masivos como la radio y la TV, se hablaba de una duplicación del espacio. Este fenómeno se potencia con la participación en la red, ya que las multipantallas que tenemos abiertas y las experiencias de interactividad aumentan la sensación de estar ahí, a la vez que cada usuario tiene un cuerpo físico vinculado a otras sensaciones corporales. Los jóvenes juegan, hablan, graban, se envían mensajes de texto (sms), escuchan música, tuitean, usan las redes sociales paralelamente, en síntesis, se genera una multiplicidad de consumos y producciones que determinan y son determinados por sus esquemas de percepción, pensamiento y acción.

Roxana Morduchowicz, directora del Programa Escuelas y Medios del Ministerio de Educación de la Nación, sostiene que “los chicos y jóvenes se mueven cómodos en este mundo de dinamismo, de fragmentación, de inmediatez; un mundo mosaico en el que todo es simultáneo”.

La construcción de los lugares que habitamos tiene siempre un vínculo con nuestra experiencia, emocional y social, tanto on line como off line. Los primeros estudios sobre los modos de comunicarnos en internet enfatizaban la presencia en los espacios virtuales –recordemos el chat, por ejemplo– como algo separado del resto de la vida social. No se pensaba la vida on line como un continuo con otros espacios sociales y como parte de la vida cotidiana. Actualmente, muchas de las actuaciones sociales de los jóvenes ocurren online como continuo de la vida off line, tanto que no estar un día – o unas horas– en Facebook puede significar, por ejemplo, no enterarse de una salida con amigos.

¿Por qué decidimos habitar esos otros lugares que nos proponen la radio, la TV, el cine, internet? Las respuestas pueden ser muchas y variadas pero, seguramente, en algo coincidirán: porque nos entretienen. El tema de la entretención no ha recibido mucha atención por parte de las investigaciones sobre el consumo y la recepción de medios. Se han privilegiado otras funciones para los medios, por ejemplo, la educativa que, por otro lado, no se debería oponer a la de entretener. No obstante, desde el punto de vista de las audiencias-los públicos y, ahora también, los usuarios, estar entretenidos es importante porque ese estado nos proporciona los principales tipos de gratificación que pretendemos de la mayoría de los medios.

La entretención pone en relieve el componente afectivo en la relación que establecemos con los medios al ofrecer descanso (físico, psicológico), compañía, estímulo y una combinación de relajación-energía. Por otro lado, cuando estamos entretenidos ingresamos a un mundo del como si, un mundo que es diferente del real, un área de fantasía y juego. Al salir del cine, cuando una película realmente nos mantuvo entretenidos y nos conmovió, todos reconocemos ese estado de seguir en ese otro mundo, que se prolonga en charlas y comentarios. Una conversación en Facebook, a la que se van agregando amigos también nos aísla de nuestro entorno inmediato y nos sumerge en ese otro espacio, el de una paradójica intimidad pública.

Estar entretenidos significa experimentar el placer de mirar y de estar expuestos a una mirada. Los conductores de radio y televisión lograron provocar esa sensación de cercanía, de estar dirigiéndose a cada uno de nosotros. En los nuevos medios, el valor de estar siempre visibles no hace más que profundizarse. El crecimiento del uso de las fotos en las diferentes redes sociales es una muestra de este fenómeno. Pero también el placer asociado a desplegar el conocimiento, el talento personal y el uso de capacidades intelectuales en comunidades definidas por intereses y saberes compartidos. Y, a la vez, los placeres de las emociones sociales, es decir, la habilidad de sentir una emoción con y por los otros, esos otros conocidos o conocidos de conocidos: los nuevos amigos.

Cada nuevo medio nos compromete de un modo nuevo, implica a diferentes sentidos o a una combinación de los mismos. La hegemonía del sentido de la vista es hoy indiscutible porque cada vez más nos relacionamos a través de pantallas. Comprender las características y la especificidad de cada tecnología nos ayudará a entender mejor las distintas relaciones y las complicidades que mantenemos con los medios. En definitiva, cada nuevo medio nos obliga a pensar más detalladamente qué es lo fundamental en cada proceso de comunicación.

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