A menudo sucede que luego de terminar un vínculo con una pareja estable, el hombre debe iniciar una relación con otra persona que conocerá su rendimiento sexual, tanto en lo positivo como en lo negativo.
Será alguien con quien tendrá que ingresar al mundo de las intimidades, descifrar lo que le agrada y lo que no, respetando los deseos del otro pero sin renunciar a los propios, y esto a veces trae inconvenientes en lo que refiere a los problemas sexuales masculinos.
“La consulta sexológica de hombres de todas las edades que están empezando una relación de pareja es muy frecuente”, indicó Néstor Daffinoti, asesor del Boston Medical Group en Argentina.
Uno de los problemas más frecuentes que deben afrontar los hombres que deben encarar una relación sexual con una nueva mujer tras muchos años de pareja estable es la eyaculación precoz, muchas veces por cuestiones vinculadas a lo psicológico.
“Muchos problemas sexuales surgen en estos casos porque son hombres que ya estaban acostumbrados a una mecánica sexual conocida y acordada durante largos períodos con sus parejas estables, y ahora deben enfrentarse a una situación nueva en cuanto a pudores, costumbres, periodicidad, frecuencia, escenarios, etc.”, explicó Daffinoti.
La situación de empezar a frecuentar una nueva persona puede tornarse compleja porque debe superarse el tiempo de “conocimiento” del otro, a sabiendas que al mismo tiempo lo están “conociendo” a uno.
En este marco, toda la relación sexual queda expuesta, tanto en los acuerdos como en los desacuerdos, y del resultado de esta ecuación se deducirá la “calidad” de la nueva relación.
Otro de los aspectos negativos que suelen atravesar los hombres son los riesgos de buscar ser un “gran” amante, algo que en general es contraproducente.
Muchos de los hombres que se sienten frustrados por no haber rendido como ellos querían en esa primera relación sexual con otra persona buscan “soluciones mágicas” para ser, en futuros encuentros, considerados “grandes amantes” y mejorar la imagen anterior.
“Lo curioso es que en muchos casos no hay problema alguno, y simplemente se autoimponen “metas” a veces imposibles de alcanzar. Algunos intentan solucionar estos problemas –reales o inventados por ellos mismos– tomando medicamentos no recetados, lo cual es absolutamente desaconsejable y puede tener graves consecuencias en la salud”, explicó.
En otros casos, hay quienes intentan lidiar con la cuestión sin ayuda alguna, y generalmente el resultado es que esta presión tiene efectos adversos que derivan en un “circulo vicioso”. Esto consiste, según explicó el especialista, en que “al haber tenido problemas en las primeras relaciones y no haber consultado con un especialista, al próximo encuentro se llega más presionado, al próximo más, y así se forma una cadena interminable que solo agrava las cosas”.
Otro inconveniente que puede presentarse es la disfunción erectil, por lo que Daffinoti afirmó que “este tipo de pacientes suelen llegar al consultorio ansiosos y con urgencia de soluciones farmacológicas, por un lado entusiasmados por la nueva relación, pero al mismo tiempo con la necesidad de “obtener altas calificaciones” en sus encuentros sexuales.
Así, se plantean “puntajes” en cuanto a la rigidez en la erección, al control de la eyaculación más allá de los límites fisiológicos, cuestionamientos sobre el tamaño de sus penes, e incluso temas como la calvicie, adiposidades, dentaduras imperfectas, entre otras”.
Estos auto-cuestionamientos terminan agravando un problema sexual que tal vez en la relación anterior no existía, pero que apareció con la nueva pareja.
Por último, Daffinoti aclaró que “estos problemas tienen solución, y deben ser abordados desde lo orgánico –sin descuidar el equilibrio con lo psico-emocional– por un médico especializado. Son pacientes a los cuales podemos ayudar para que disfruten de su nueva pareja plenamente en lo que al sexo respecta, y eso seguramente ayudará en otras áreas”.