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Los Monos, por primera vez en el banquillo por narcotráfico

Este jueves a las 9 comienza el juicio oral contra 39 personas que están procesadas por pertenecer a una banda que comercializaba, estiraba y traficaba droga en el sur de Rosario. La pesquisa empezó en 2014 con un punto de venta y terminó con la detención de los eslabones más altos del clan Cantero.

El Tribunal Oral Federal N° 3 de Rosario debutará este jueves a las 9 con el juicio oral contra 39 personas en la causa conocida como Los Patrones que tiene como líderes a uno de los jefes del clan Cantero, su lugarteniente, y sus respectivas esposas. La investigación empezó en 2014 con el seguimiento del personal de la Superintendencia de Drogas de la Policía Federal sobre un búnker de Laprida y Chávez, en el barrio de la Carne. Desde ese punto de venta, la Justicia federal estableció roles y responsabilidades en la cadena de abastecimiento y comercialización de estupefacientes que llegó hasta el proveedor de la marihuana en Corrientes y de la cocaína en Rosario.

Está previsto que en el debate oral declaren 269 testigos, de los cuales 70 son civiles. De los 39 acusados, 22 están alojados en el penal de Ezeiza, desde donde acondicionaron una sala exclusiva para que sigan las jornadas por videoconferencia. Los 17 restantes, que están en libertad al contar con la prisión condicional o domiciliaria, presenciarán las audiencias en la sala de los Tribunales Federales de bulevar Oroño al 900. El tribunal estará integrado por los magistrados Ricardo Vázquez (presidencia), Osvaldo Facciano y Eugenio Martínez. Vázquez ocupa el lugar del juez Mario Gambacorta, debido a que éste intervino como fiscal  en la pesquisa para desbaratar la banda. El fiscal de juicio será Federico Reynares Solari, quien resaltó la importancia de esta causa ya que, a través de un punto de venta, se llegó hasta los eslabones más altos de la organización delictiva dedicada al tráfico, producción y comercialización de estupefacientes.

A su vez, el camarista Germán Sutter Schneider estuvo involucrado en la coordinación del fuerte operativo de seguridad en Oroño al 900 que incluirá toda la logística desplegada por las cuatro fuerzas federales (Policía de Seguridad Aeroportuaria -PSA-, Gendarmería, Policía Federal y Prefectura). El primer juicio hecho y derecho contra Los Monos por narcotráfico se da en medio de una saga de ataques mafiosos sobre edificios de la Justicia y contra viviendas vinculadas con funcionarios judiciales y policiales que intervinieron en la causa provincial contra el clan Cantero.

La causa

El 19 de noviembre de 2014 la Fiscalía Federal N° 3 recibió un comunicación por parte de la Superintendencia de Drogas Peligrosas –sección Rosario– de la Policía Federal donde informaban que el día anterior habían observado la posible comercialización de estupefacientes en Laprida y Chávez. Desde entonces, la labor de la Fiscalía que comenzó con el entonces fiscal Mario Gambacorta y luego continuó con Marcelo De Giovanni y la fiscal Adriana Saccone con asistencia de Diego Iglesias de la Procuraduría de Narcocriminalidad (Procunar) apuntó a desentrañar a los responsables de los distintos roles y jerarquías en la banda.

La trama comenzó a esclarecerse la noche del 25 de noviembre cuando los investigadores vieron un camión Mercedes Benz azul que ya habían identificado frente a la casa baigorriense de Luis César Peñalba, a donde llegó un VW Fox Cross con los correntinos Elías Javier “Patrón” Sánchez y Elizabeth Cocimi. El camión, a cuyo mando iba un tal Gordo Babi, fue hasta Biedma al 200 de Rosario, luego de una parada a la altura del 1000 de la misma calle. Ya por la madrugada, en Ayolas y Beruti, hubo cambio de conductor y el camión salió de Rosario por la conexión a Victoria y enfiló al norte por la ruta nacional 12. A las cinco de la tarde, el camión entró a un galpón de Palermo y Frías, en la capital correntina. Veinticuatro horas después de haber salido de Rosario, a las seis de la mañana, cruzó el puente Corrientes-Resistencia, y fue por la ruta nacional 16 hasta Roque Sáenz Peña. Allí, en un galpón de calle Mustassio se le unió el mismo VW Cross Fox divisado en Baigorria y continuaron por ruta 16 para desviar por la 95 provincial hacia Villa Ángela.

Fue interceptado por los federales a la altura de la localidad chaqueña de Santa Sylvina a las tres de la tarde: llevaba 340 kilos de marihuana en un doble fondo en la parte trasera de la cabina. El Cross Fox que viajaba como barredor se dio cuenta del seguimiento y fue detenido el chofer, el rosarino Andrés Lasalle, y también Cocimi, luego de que los policías balearan el auto.

El 30 de noviembre, el titular del Juzgado Federal Nº 4, Marcelo Bailaque, firmó 47 órdenes de allanamiento para Rosario, Baigorria, Ibarlucea, Pueblo Esther, además de otros en Chaco y Corrientes y también en la cárcel de Piñero, donde se descubrió que Ariel “Guille” Cantero y Jorge “Ema” Chamorro –presos por asociación ilícita y homicidio, por lo cual serían condenados en abril pasado a penas de 22 y 9 años, respectivamente– daban las órdenes a través de un teléfono de línea.

En Corrientes, fue allanado el galpón de Palermo y Frías donde el camión recogió la carga. Allí fueron hallados otros 100 kilos de marihuana ocultos en la parte trasera y el techo de una Fiat Fiorino estacionada y 250 más que esperaban su turno de ser acondicionados. En el lugar fue apresado el correntino Cristian Torancio. Éste (quien era el cuidador del galpón), Cocimi y Lasalle fueron acusados, además de integrar la banda, por transporte de estupefacientes. Según Bailaque, la marihuana iba a ingresar al Gran Rosario por la ruta nacional 34 para ser descargada en Ibarlucea. Allí cayó semanas después Peñalba padre y ya en 2017 su hijo Luis Pedro (en Bustinza).

Tras el megaoperativo, las fuerzas federales se incautaron de 700 kilos de marihuana, cinco kilos de cocaína, precursores químicos, armas y vehículos.

El Patrón Sánchez

La causa fue bautizada por uno de los apodos del proveedor de la banda: Elías Javier Sánchez, de 39 años. Según las ciudades que visitaba a Sánchez lo conocían como Javi, Patrón, Rata o Paraguayo. Fue detenido el 15 de noviembre de 2016 en la capital correntina por orden de la Justicia federal de Campana. Lo tenían escuchado en tiempo real y esto permitió detener también en la terminal de la localidad entrerriana de Concepción del Uruguay a tres rosarinos –Brian Insaurralde, Jonatan Pavoni y Yamila Borda– quienes venían de Misiones con destino a Rosario con 50 kilos de marihuana en el equipaje.

Para esa época, Sánchez tenía un pedido de captura de la Justicia correntina ya que aprovechó una prisión domiciliaria para fugarse. Según el fiscal Flavio Ferrini, que tuvo a su cargo la pesquisa correntina de 2013, Sánchez no sólo proveía a distribuidores de drogas en la provincia del norte, sino que era la persona que “intercambiaba marihuana por cocaína y vehículos robados o adulterados” con la banda de los Monos.

Los autos de los Monos en Itatí

Según voceros federales tres de los vehículos incautados en Itatí, tras el procedimiento que a principios del año pasado mandó presos a la hija y al yerno del intendente, Roger Terán, se compraron en Rosario, donde vivía (en Cabín 9) Cirilo Saucedo, hermano del jefe de un grupo narco de Itatí: el empleado municipal Jorge “Gordo” Saucedo. Uno de esos vehículos es un BMW, cuyo boleto de compraventa estaba a nombre del Patrón Sánchez, que el propio Gordo se presentó a recuperar luego de ser demorado por la Policía correntina en 2014. La pesquisa sobre la hija y el yerno de Terán asegura que hay nexos entre Cirilo (aún prófugo) y Walter Jure, vinculado con los Monos y quien cayó preso unas semanas antes del operativo Los Patrones como líder de una banda que importaba cocaína desde Bolivia con la venia de policías. Jure sería condenado a cinco años de cárcel por asociación ilícita en abril pasado junto con Cantero y Chamorro.

Los jefes y los roles

Según la acusación, Guille y Ema contaban con la colaboración de sus respectivas parejas, Vanesa Barrios –acordó una probation en la causa Monos– y Jésica Lloan, para llevar adelante la actividad ilícita, por lo cual ambas mujeres también fueron procesadas en el rol de cabecillas.

La organización tenía a su cargo cuatro puntos de venta, dos de los cuales –en Platón al 1400 y Laprida y Chávez– eran manejados directamente por los Reyna, un clan familiar asentado en Estrella Federal al 1900, a pocos metros de la subcomisaría 19ª: Norma Bullón, sus cuñadas Patricia y Vilma Reyna y su concuñado Juan Carlos Sánchez, pareja de esta última. El esposo de Patricia, Mario Iramaz, fue detenido en abril de 2015 en San Lorenzo y también va a juicio.

Otro de los Reyna, Rubén Darío terminaría detenido en julio de ese año en otro caso narco, conocido como Corona Millonaria, que apuntó a desbaratar la banda de Andrés “Junior” Vivas. El mismo día que cayó Rubén fue detenida su hermana, Patricia Celestina Contreras, alias Cele y madre de Guille Cantero. La mujer –que firmó un abreviado en la causa Los Monos– también fue procesada en Los Patrones como integrante de la organización.

Para la acusación, Gonzalo Rodríguez y Eric Quintana eran los encargados de los puntos de venta mencionados, mientras que la seguridad de ambos búnkers corría por cuenta de Hernán Bustos –también firmó abreviado en el caso Los Monos–. Kevin y Alan, hermanos de Eric, oficiaban como soldaditos.

Otros dos búnkers estaban bajo la órbita directa de Jésica Lloan y Vanesa Barrios, a través de la tía de esta última, Gladis Barrios, y de su hija, Daiana Suárez. En la boca de expendio de Piedras al 2100 terminó detenida Jésica Lencinas, mientras que la restante funcionaba en Madre Cabrini al 2300, al lado de la casa de otro de los encausados, Daniel Monserrat, quien fue sindicado como un ayudante de quien se dedicaba a estirar el clorhidrato de cocaína en un departamento de Corrientes al 1900: Horacio Castagno, el cocinero.

Guille y Ema contaban con la colaboración de sus respectivas parejas.

 

Colaboraban en tareas de comercialización con Monserrat su pareja, Analía Menéndez y su suegro, Miguel Menéndez. En el centro de acopio de Melián y pasaje 509 quedó detenida Dora Insaurralde.

Uno de los proveedores del clan Cantero es un viejo conocido de las crónicas del crimen, Diego Cuello, dueño de la llamada Narcochacra de Alvear donde en abril de 2013 la Policía provincial dijo haber hallado armas y 19 kilos de droga. En 2015, un tribunal federal absolvió a Cuello y a otras tres personas luego de que el fiscal de juicio, Adolfo Villatte, desistiera de la acusación tras observar numerosas irregularidades en el video que filmó el procedimiento. Los jueces ordenaron investigar a los policías y al juez provincial que ordenó el procedimiento: Juan Carlos Vienna. Otro de los proveedores de Los Monos era Alejandro Flores, quien tenía vínculos con el cocinero Castagno, dice la investigación.

Hay una mujer llamada Gladys Corbera, con domicilio en barrio Tío Rolo y vinculada con Cuello, que se mantiene como fugitiva en esta causa.

Otras cuatro causas vinculadas en juicio

El expediente Los Patrones tiene a 32 procesados. A este se sumaron otras cuatro causas debido a que la Justicia federal entendió que había una conexión y este anexo sumó a otras siete personas, por lo que serán 39 los juzgados a partir de este jueves.

La causa Chamorro es por la detención en 2012 de Leandro Andrés Ramírez, Gustavo Daniel Duarte, Alan Daniel Coronel y Emanuel Chamorro, quienes fueron procesados por la ley de drogas.

La segunda es sobre Kevin Quintana: antes de ser sindicado en los Patrones como soldadito de los búnkers de Platón al 1400 y de Laprida y Chávez, contaba con un expediente por tenencia de estupefacientes.

La tercera tiene en la mira a Celestina Contreras. Es por la detención en mayo de 2013 de la Cele, madre de Guille y de Ramón “Monchi” Machuca –no está investigado en Los Patrones–, y de su hija Macarena Cantero con dos kilos de marihuana en el marco de los allanamientos que había ordenado el juez provincial Juan Carlos Vienna en la causa que terminó en abril pasado con altas condenas por asociación ilícita a los integrantes del clan Cantero.

La cuarta causa es la de Pavoni. Es por la detención en noviembre de 2016 de Jonatan Pavoni, Yamila Borda y Brian Insaurralde en la terminal de Concepción del Uruguay con 50 kilos de marihuana en el equipaje.