La situación deportiva genera siempre preocupación en el Parque, el fútbol aparece en primer plano y los hinchas cambian sus humores de acuerdo a los resultados. Pero a partir del salvataje judicial necesario al que tuvo que recurrir el club en 2009, lo económico no pasa desapercibido, y muchas veces termina repercutiendo en lo deportivo.
Hace un año, con un balance en discusión y una Asamblea que terminó a los sillazos, el juez Fabián Bellizia decidió tomar mayores controles sobre la caja, con una resolución que ordenó pasara pagos de sueldos, cobranzas y otros ingresos al Banco Municipal, en una cuenta corriente que tiene al contador Ricardo Schneir, del órgano Fiduciario, como uno de los firmantes.
No quedó allí, este año el magistrado ordenó un cambio en la tesorería, lo que provocó la salida de Alberto Sauro y Carlos Cantarelli, tesorero y protesorero.
Y en esa misma movida, la dirigencia designó como tesorero a Sebastián Orsini, pero se creó un comité de apoyo a la tesorería (con el aval judicial), compuesto por los contadores Natacha Juárez Roldán (gerenta financiera) y Marcelo Bengoa (encargado del presupuesto), y del vice Cristian D’Amico.
Los números mejoraron. El control judicial ayudó, los contratos bajaron, se priorizaron los pagos, y se consiguieron algunos recursos extras, entre ellos una mejora en el dinero de la TV y la venta de algunos porcentajes de jugadores, como Guillermo Ortiz y Lisandro Martínez.
También hubo un ajuste en el libro de pases. Bellizia estuvo estricto en cuanto al dinero que Newell’s puede pagar como préstamos o los montos de los contratos. Y si bien al final llegaron refuerzos, está claro que ese ajuste perjudicó de alguna manera a lo deportivo.
Pero los números mejoraron, incluso con el impacto que provocó un incremento en el valor del dólar tan significativo, con contratos que tienen una parte dolarizada y deuda que está verificada en moneda estadounidense.
Newell’s cerró un balance 2017/18 más aceptable. Si bien sigue la revisión judicial de los mutuos cuestionados en el balance anterior, el superávit de 5 millones era mejor que una pérdida de 41 palos. Y de acuerdo al informe trimestral presentado en estos días, la situación es aún más favorable.
Newell’s había presupuestado gastos por 150 millones de pesos, y el números fue superior (188 millones). Pero logró ingresos por 201.454.000 millones, lo que permitió cerrar el trimestre con un superávit de 33 millones de pesos.
Es cierto que muchas veces los números de un balance pueden tener situaciones patrimoniales, previsionales, o de otro tipo que no reflejen con exactitud lo que pudiera pasar en el resto del ejercicio, pero cumplir con el pago de 18 millones de pesos de la cuota concursal es todo un logro.
El aumento del dólar y otras cuestiones financieras generaron que este año la entidad del Parque tenga que pagar casi 35 millones de pesos de la deuda de la “era López”. Casi un millón de dólares. Y lo pudo hacer.
La dirigencia también informó que se saldó parte del pasivo pos concursal, en especial deuda con ART y obras sociales.
¿Cuánto debe Newell’s? Si el balance cerrara el 30 de septiembre el pasivo rondaría los 11 millones de dólares, 2,5 millones menos que el ejercicio aprobado en Asamblea que cerró el 30 de junio.
De esa deuda, el 43 por ciento corresponde el fideicomiso (4,724 millones de dólares) y el resto, 6,250 millones, a la deuda posterior al concurso, que se redujo de junio a septiembre en un poco más de dos millones de dólares.
Los números mejoran. Hubo un ajuste y se nota. Pero aún hay una deuda importante, un pasivo de unos 400 millones de pesos que difícilmente aflojará las restricciones del juez, e incluso obligará a la dirigencia a vender algún futbolista para poder reforzar el equipo. Se ganó un partido, el campeonato económico es largo.
