La Asociación de Industriales Panaderos de Rosario anunció que la semana que viene –desde el lunes hasta el jueves inclusive– las panaderías locales no le comprarán harina a los molinos a modo de protesta por la constante suba en los precios del producto. Si bien esto no significará que se produzca un desabastecimiento, principalmente del pan, pueden registrarse algunos faltantes de mercadería ya que todo dependerá del stock que tenga cada comercio. Además, junto a los fabricantes de galletitas, snacks y pastas frescas, harán una presentación en el Ministerio de Trabajo de la provincia para dar a conocer su grave situación y para anunciar la posible suspensión de personal por la abrupta caída en la rentabilidad durante el último tiempo.
El titular de la asociación de panaderos, Gerardo Di Cosco, contó a este diario que la decisión fue adoptada durante la última asamblea. “Lo que se buscó es apaciguar un poco el ánimo de la gente, que está bastante nerviosa. Por eso fue que en este momento optamos por estás medidas más moderadas. Pero si no hay respuesta vamos a estar ante una profundización de las protestas. El próximo 3 de julio se va a convocar a otra asamblea para ver qué ocurrió y si los molinos tomaron nota de nuestros reclamos”, añadió.
“Nosotros vemos que a futuro la situación se puede complicar más, por eso hemos llamado a una asamblea extraordinaria con todos los panaderos de Rosario y las localidades vecinas de la ciudad porque esto se complica día día”
El panadero explicó que en la asamblea la comisión directiva le planteó la situación a todos los panaderos. “Comunicamos lo que sabíamos, tanto a nivel provincial como nacional. El tema pasa no solamente por defender la industria panadera sino también a la gente ,porque lo que vemos es que cada vez alcanza menos el dinero para comprar un alimento tan vital como es el pan”, indicó.
“Esta semana el último precio que tenemos de la harina es de 258 pesos la bolsa y ya para la semana que viene no hay precio. Aparte, ahora vienen con que los pagos se acortaron, que no aceptan otra forma de pago que no sea efectivo, los cheques ya no los aceptan más, que la cantidad de harina que vos les pedís te la racionan y te entregan en menor cantidad y demás inconvenientes. Estamos en una situación que nunca ocurrió en nuestra industria”, continuó.
Según Di Cosco, “hoy el kilo de pan tendría que estar, con los costos que nosotros estamos manejando, alrededor de 18,70 pesos aproximadamente”. “Si vos vas afuera de los bulevares de la ciudad o en el mismo centro son pocas las panaderías que lo venden a ese precio. Ha perdido rentabilidad el negocio porque vemos que la gente no puede comprar pan. La premisa que tiene la cámara es que no puede faltar el pan en ninguna mesa argentina, eso es algo inconcebible y por eso evitamos aumentar”, sentenció.
“Yo creo que la única solución que puede existir es que el gobierno intervenga y controle a los acopiadores, ya que son pocos los que tienen el trigo, pocas corporaciones. Entonces el precio tiene que valer lo que ellos creen que vale y es por eso que se están pagando las consecuencias”, concluyó.