El Tribunal Constitucional alemán validó ayer la concesión de ayudas financieras de Berlín a Grecia y otros países de la zona euro a condición de implicar más al Parlamento en la aprobación de planes de rescate, dictamen recibido con alivio por los mercados. Por su parte, la Asamblea Nacional de Francia también dio luz verde a una ayuda económica a los países en dificultades a la vez que votó a favor de un plan de austeridad. Al mismo tiempo, el Parlamento italiano dio un paso importante para incluir un ajuste en sus leyes y el Senado español respaldó definitivamente dicha operación política.
Los jueces del Tribunal Constitucional de Karlsruhe, que debían pronunciarse sobre el primer paquete de ayuda concedido a Grecia en mayo de 2010 y sobre el establecimiento del Fondo Europeo de Estabilidad Financiera (Feef), estimaron que la jefa de gobierno Angela Merkel respetóla Constituciónal aprobarlos. El fallo era esperado con ansiedad, pues una condena de las ayudas hubiera precipitado a la zona euro en el caos al privarla del principal contribuyente financiero. Las bolsas acogieron con alivio la decisión y el euro también se fortaleció ligeramente frente al dólar. La presión de los mercados obligó en los últimos días a acelerar los planes de ajuste enla Eurozona.
En Francia, los diputados votaron ayer a favor de la ayuda a países en problema, a la vez que daban un primer paso para reglamentar ajustes. El Senado francés votará hoy por un plan para reducir el déficit presupuestario. Los economistas galos ven estas medidas como necesarias, ya que en la deuda griega están implicados los principales bancos franceses. Mientras la izquierda denunció que el costo que significa el rigor en las cuentas lo pagarán los sectores bajos de la sociedad.
Los senadores italianos adoptaron ayer el plan de austeridad del gobierno de Silvio Berlusconi, que también buscaba tranquilizar a los mercados. Ahora el plan deberá ser aprobado definitivamente por los diputados en los próximos días. De esa manera, el gobierno impuso la medida que consiste en aumentar un punto, al 21 por ciento, el impuesto al valor agregado (IVA), lo cual garantizará unos 4.000 millones de euros de ingresos adicionales. La medida es resistida por las centrales sindicales porque opinan que el costo de la crisis lo están pagando los trabajadores. Ante ello y para intentar calmar los ánimos, el gobierno repuso un impuesto a los más ricos que había sido retirado a pedido del premier Silvio Berlusconi, la tercera fortuna de Italia.
El Senado español votó ayer la “regla de oro” que controlará el déficit público en la Constitución, como resultado de un pacto entre el gobierno y la oposición. Esta aprobación, que también busca aplacar a los mercados, suscita un creciente rechazo de la opinión pública, que ve futuros achiques en empleo, sanidad, educación o vivienda.