Marcos Díaz lo hizo, atajó dos penales, el último a Encina. Ese que hizo campeón a Huracán, y frustró el postergado sueño canalla. Central fue culpable de su destino. Jugó mal, fue parecido al equipo que deambula en los últimos lugares de la tabla del torneo doméstico. Russo nunca le encontró la vuelta a su equipo. Y lo pagó demasiado caro.
Central fue Central, genuino, limitado, sin luces. Así empezó el partido, con los volantes perdiendo la posesión de la pelota, pero cuidando los espacios. Entonces, Huracán lució más tranquilo para tocar, pero no tuvo profundidad. En el equipo de Russo fallaron Becker, Encina y Barrientos, encargados de generar fútbol. En Huracán, poco de Toranzo y Martínez, y con eso se explica que el primer tiempo haya pasado sin situaciones de riesgo. Central abusó del pelotazo que viajaba de Caranta a Valencia, y Huracán se perdía en algún enganche del pibe Espinoza.
El segundo tiempo encontró un Central más activo, Valencia bien de punta, y Niell tratando de enganchar el fútbol con los volantes. La idea fue dejar el pelotazo y darle un poco más de volumen de juego, algo que en determinados momentos pasó.
Aunque estuvo lejos de molestar a Marcos Díaz. Huracán fue un tiro libre de Martínez que Caranta complicó, pero la jugada terminó en nada. Y tuvo la más clara con Abila, quien le ganó a Andrade, y definió débil ante el achique de Caranta.
Russo confió en Abreu, lesionado en el juego no la tocó, casi fue uno menos. Lo suyo, a esta altura de su carrera, pasa por los penales y ahí no falló.
El partido se fue sin pena ni gloria, quedaba espacio para definirlo por penales. Y en ese capítulo, Marcos Díaz fue héroe, Ferrari, Caranta y Encina los villanos de la historia.
La primera prueba de fuego (Por Enrique Genovar)
No es sencillo lo que le viene a la dirigencia canalla. Primero saber si Russo se va o no (da toda la sensación que si). Luego rearmarse para lo que viene. Sin dudas tras el cachetazo de ayer en San Juan, los nuevos dirigentes tendrán la primera gran prueba de fuego desde que asumieron.
La situación es, como mínimo, complicada. Pero el tiempo juega a favor. Tomar decisiones apuradas puede ser un pecado capital.
Los socios le dieron el aval en gran número. Y ahora son los dirigentes quienes deben devolverle esa confianza al pueblo canalla. Y la única forma es con hechos. Pero para eso tienen que analizar con mucho criterio los pasos a dar.
¿Cómo lo harán? ¿Quiénes serán los nombres a llamar? ¿Con qué recursos contarán? ¿Quiénes serán los consejeros? Todas esas preguntas y muchas más deberán hacerse los directivos. Y las respuestas, si bien hay tiempo, tendrán que llegar en el momento justo, ni antes ni después. Y por sobre todas las cosas es perentorio que consideren qué cosas están bien y cuáles no.
Se vienen momentos difíciles y a la vez importantes para el club. Y sin dudas llega el tiempo de mayor presión, y en el que será exigida la nueva dirigencia auriazul. Depende de ellos, la banca de los votos la tienen. Pero las decisiones que tomen marcarán el futuro de Central. La nueva directiva demostró con éxito que se prepararon para ganar las elecciones, ahora deberán demostrar que están preparados para gestionar.
Falleció Don Angel Tulio Zof
Y un día el Ángel se fue al cielo. Don Ángel Tulio Zof falleció ayer a la tarde, a los 86 años, y el fútbol de la ciudad se quedó sin una de sus mayores glorias.
El técnico más ganador de la historia canalla murió en el Hospital Español, tras soportar varios meses donde su salud se había deteriorado.
Don Ángel jugó como mediocampista en Central, además de pasar por Huracán, Quilmes y clubes de México, Canadá y Estados Unidos, pero su rica historia con el Canalla fue como entrenador, donde sumó tres títulos y es sin dudas el más ganador de la entidad de Arroyito.
Como técnico, debutó paradójicamente en Newell’s en 1965, pero a partir de 1970 comenzó un romance con Central que lo llevó a ser el máximo referente y el más exitoso de la historia auriazul.
En 1970 logró el subcampeonato en el Nacional y logró la clasificación a la Copa Libertadores. Pero la gloria llegaría en 1980, cuando llevó a Central a quedarse con el Campeonato Nacional, derrotando en la final a Racing de Córdoba. En la temporada 1986/87 consiguió el título, con el gol de Palma en aquella inolvidable tarde en cancha de Temperley.
Y si le quedaba algún logro condujo al Canalla a un título internacional al obtener de manera heroica la Copa Conmebol de 1995, revirtiendo un 0-4 ante Atlético Mineiro y definiendo la serie por penales. El pueblo canalla llora la perdida de Don Ángel, pero su legado permanecerá por siempre.