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Los pibes sin bandera política

Por Luciana Sosa. El comedor Cecilia Vive, de Campbell al 4300, pide ayuda y denuncia obstáculos de punteros políticos.

En la zona sudoeste de la ciudad hace tres años que se está trabajando por la instalación de una copa de leche que alimente a unos 180 chicos del barrio toba. El comedor comunitario Cecilia Vive, en honor a Cecilia Restovich, militante muerta en su dudoso accidente de tránsito en junio de 2008. El problema es que el responsable de esta iniciativa, Eduardo, hermano de Cecilia, denuncia no recibir la ayuda pedida al municipio “por no ser puntero político, o miembro de la CCC”.

“Hace casi tres años que estamos trabajando en el barrio delimitado por Camino de los Aborígenes, Roullón y Avenida de Circunvalación. Son más de cien manzanas de las cuales no podemos saber cuántas familias las habitan, pero sabemos que tienen muchas necesidades básicas y desde el municipio no se recibe ayuda, ni siquiera cuentan con los requisitos básicos para recibir una tarjeta de ciudadanía única y desde los centros de salud de la zona los echan como si fueran perros sarnosos”, señaló Eduardo Restovich a El Ciudadano.

Por su parte, el mentor de esta iniciativa social y solidaria ejerce como policía en una de las divisiones de la Unidad Regional II y en su tiempo libre trabaja para que unos 180 pibes de la zona tengan por lo menos una copa de leche y una factura como alimento diario, a veces único.

“La discriminación y el favoritismo político son las herramientas más peligrosas con las que vive esta zona de la ciudad. Acá se habla de una ciudad en progreso constante, de ayuda social para todos y yo tengo que luchar contra los punteros de la CCC para que me dejen tranquilo y no me persigan”.

Según explicó Restovich, entre los trámites realizados para instalar la copa de leche, se encontró con una respuesta favorable de parte de las reparticiones sociales del municipio, pero, a su vez, supo que al no pertenecer a la Corriente Clasista y Combativa la ayuda iba a llegar sólo un mes y el resto de los cheques quedarían en suspenso quién sabe dónde.

“Me dijeron muchos del barrio que el primer cheque me lo iban a entregar, y que el resto, como ocurrió, se lo iban a quedar los punteros. Hoy me avisan desde la Municipalidad que ya se emitieron cuatro cheques a mi nombre y que fueron cobrados, es una vergüenza”, sentenció.

Algunos casos que mencionó Restovich remitieron a la desnutrición infantil en la zona. Según explicó, han visto a niños y niñas de unos 8 años usando pañales y hace poco murió una nena por la misma razón, pero no hubo denuncia ni respuesta oficial alguna. “Los nenes con comen, por ende pesan mucho menos de lo que deberían y eso conlleva a efectos terribles en su salud. Por ejemplo, no pueden contener esfínteres”, dijo y agregó: “He comprado medicamento de mi propio bolsillo, lo ideal sería moler a palazos a los que nos niegan ayuda, en un centro de salud no pueden sacar corriendo a los chicos que tanto los necesitan”.

Quienes puedan ayudar con el comedor, pueden acercar sus donaciones a Campbell 4380, comunicarse al 153- 367876 o escribir a eduardorestovich@live.com.ar.

Denuncias y militancia eterna

Sobre los integrantes de la CCC, Restovich señaló que éstos, al recibir la ayuda social de cada uno de los ciudadanos “bajo su protección, se quedan con gran parte de la misma”. Es decir: “Cada vez que cobran la tarjeta de ciudadanía los beneficiados deben pagarle diez pesos a los punteros, mientras que los bolsones de comida se los cobran a 15 pesos”.

“Cada peso que recibo, cada factura que nos donan, cada remera que llega lo entrego sin diferenciar la bandera política que tiene su padre o no, trato, pero no logro entender cómo hay tanta política en el medio de tanta necesidad”, lamentó Restovich.

El comedor lleva el nombre de Cecilia Vive, en sentido homenaje a la militante política que tuvo un alto protagonismo en la lucha del Lavadero Virasoro, la obtención de la indemnización para cada uno de los cesanteados y también fue la impulsora y diseñadora de la Comisión de Escrache de Apdh Rosario, como así también del Museo de la Memoria.

“Cecilia era un inconveniente para todo el mundo –afirmó su hermano–,  ayudaba sin esperar nada a cambio y murió en lo que tildaron un accidente de tránsito que ya se sabe no fue así. Los policías, los jueces, escondieron evidencia fundamental y el sospechoso estuvo detenido sólo siete horas. Mi hermana hace tres años que fue asesinada y nadie nos da respuestas. Mientras las esperamos, Cecilia vive”.

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