En el básquet rosarino conviven diferentes realidades y esto no es nuevo; equipos que apuestan a un presupuesto alto para generar protagonismo comparten categoría con otros que deben agudizar el ingenio para competir y formar su plantel y con algunos que priorizan el proyecto de jugadores formados en casa a sabiendas que lo suyo será casi siempre tratar de mantenerse a flote en la categoría. Lo de pelear arriba con juventud y jugadores del club está reservado para situaciones muy especiales, porque lo bueno, lindo y barato no abunda.
Pero el básquet de pandemia trajo consigo una sumatoria de factores que modificaron el paradigma del básquet local en muchas instituciones, mientras que lo acentuaron en otras.
¿Una especie de sinceramiento? ¿Escasez de recursos? ¿Poca motivación? ¿Retroceder para tomar impulso? ¿Proyecto renovado? ¿Necesidad de mayor identificación con la camiseta?
El porqué estará en la cabeza de cada dirigente y de cada entrenador, pero lo cierto es que en las categorías superiores del básquet local empezaron a aparecer apellidos nuevos, caras de nene en los quintetos iniciales y se perdió un poco el miedo a la derrota o se encontró el gusto a disfrutar del trabajo de las formativas.
Así Francisco Dalpino se erigió como el conductor del joven Sportsmen Unidos, Lucas Herrera empezó a mostrar su talento en El Tala, Nicolás Marcucci lanza sus bombas en Náutico y Augusto Torres maneja los ataques de Temperley.
Saladillo puso un jardín de infantes para rodear a los Domínguez, en tanto que Echesortu es un grupo de jóvenes guiados por Sbarra.
En algunos casos la pandemia no hizo más que afirmar el camino, en otros fue la excusa ideal para apostar a una idea y tal vez a alguno no le haya quedado opción, pero en todos los elencos ya aparecen nombres nuevos con minutos en cancha, quizás no tan evidentes como en estos casos.
Y en el ascenso también se observa la tendencia, quizás con Estudiantil como uno de los que vivió este proceso con mayor firmeza, pero son muchos los que en A y B apostaron a lo hecho en casa.
La idea de BR fue escuchar opiniones de dirigentes y entrenadores para analizar, conocer y saber sus razones, si es algo de ocasión o forma parte de un plan, un proyecto. Cada uno con sus realidades, claro, y sin que signifique que los que no están en la nota no cuenten con proyectos valederos o jugadores de proyección.
Para Cristian Le Bihan jugar con jóvenes “es filosofía del club. En Sportsmen la inmensa mayoría son juveniles y juegan, es decir tienen minutos, no es testimonial. Es una decisión como club independiente del torneo que sea o época que se transite. Es como todo en Sportsmen, los chicos siempre tienen esa oportunidad, sabiendo que no sólo juegan por ser chicos, sino porque hacen las cosas por merecerlo, por la edad solamente no abre la posibilidad. Hay instituciones en las que el juego con pibes “es testimonial”, porque si mirás los minutitos que juegan o las circunstancias del partido, es una mentira romántica”.
El presidente del Verde resalta la importancia del entrenador en la idea. Diego Foradori lo explica: “Es un proyecto que más que nada va de la mano de Cristian en total concordancia con la comisión directiva. Y creo que este torneo es una oportunidad para que demuestren si realmente por la edad que tienen si están en condiciones de jugar en primera y defender la camiseta de la manera que lo exige la historia del club. Desde mi punto de vista y basándome en lo que propone Sportsmen en cada partido y cada entrenamiento, los chicos se mantienen jugando en la primera división si demuestran más que nada estar preparados mentalmente para tal exigencia”.
El Tala tuvo en los últimos años planteles muy competitivos y contó con jugadores de experiencia formados en el club, pero no siempre para los más jóvenes fue sencillo ganarse minutos ante consagrados. “La idea del club siempre fue poner chicos jóvenes, hay veces que han podido jugar más y veces menos pero siempre estuvo la idea. Las oportunidades siempre están y siempre estuvieron y no depende de la edad. Nosotros no dependemos de la edad sino de la capacidad y la proyección que tenga el jugador de lo que nosotros como club creemos que tienen que tener para jugar”, explica Gustavo Lalima.
“Eso intentaremos, que puedan jugar el mayor tiempo posible en el club aquellos jugadores que creemos que están capacitados para hacerlo no dependiendo de la edad”, reafirmó.
Por su parte, el presidente José Manuel Maldonado relata las prioridades del momento: “Yo creo que en parte pasa por un tema económico. La pandemia generó otras prioridades, como pagarle el salario a la gente que trabaja en el club. Hoy el equipo competitivo no pasa a ser prioritario. Hoy aparecen los chicos, pero mañana no sabemos que va a pasar, porque hay que tener claro que también los jugadores jóvenes después reciben ofertas y pueden cambiar de club como sucedió en su momento con Tato Chiana, Juampi Camino o Picha Borsellino”.
En su regreso a Temperley, Marcelo Roig apunta a un elenco joven e identificado con el Negro: “Es una idea del club, queremos que gran parte del plantel de primera sean Jugadores que hayan pasado por nuestras inferiores. Hoy de los 12 jugadores sólo 3 no jugaron en alguna categoría de las inferiores del club”.
“Es una buena oportunidad y sobre todo porque que la idea es que tenga continuidad, que se pueda afianzar en el tiempo para que ellos puedan hacer pie en la categoría y por qué no aspirar a jugar en otro escalón del básquet argentino. Lo más importante en esto, creemos en que haya coherencia entre lo que se plantea y lo que se lleva a la práctica y que un partido ganado o uno perdido no cambie el rumbo hacia el que se quiere ir”, añadió Roig.
El presidente Héctor Santoli refrenda la opinión de su técnico y resalta que el club también hace un esfuerzo para que el plantel sea competitivo y no exponer a los más jóvenes: “Es una muy buena oportunidad la que tienen en este torneo. Nuestra idea es siempre contar con cinco o seis chicos nuestros, pero lo que tratamos es de no exponerlos, armar un equipo competitivo para no ‘mandarlos al muere’ y llevarlos despacio, porque perder muy seguido los puede afectar. Buscamos un balance ya que al ser un club que genera basquetbolistas también nos sucede que a veces se llevan jugadores nuestros”.
Mientras tanto, Franco Sbarra es entrenador de inferiores y jugador de primera en un Echesortu que ya hace un tiempo que juega con una nueva camada de chicos en la primera. “En Echesortu ya hace varias temporadas que apostamos a jugar con los chicos del club. Yo creo que el formato de este torneo que se estaba jugando los beneficia porque no hay una presión de descenso. Se puede mantener siempre y cuando los objetivos estén claros por ambas partes. Tanto comisión como el equipo. Y por supuesto los chicos tengan compromiso con el proyecto”.
Náutico tiene doble objetivo y desafío, o al menos lo tenía antes del parate. Gustavo Móndolo le da minutos en el Federal a los jugadores jóvenes, pero también aprovechó el certamen de la Superliga para apostar de lleno a ese grupo que viene apareciendo y que tantas alegrías le está dando al club. «Es la filosofia del club, y en este caso decidimos jugar sólo con algunos mayores para no dejarlos tan expuestos en partidos como con América o Unión. Pero la idea es promover jugadores jóvenes. En el Federal es una temporada para adaptarse y ver que tipos de refuerzos se necesitan más adelante, pero siempre con base de inferiores. Es lo que nos caracterizó en los últimos años y queremos disfrutar a estos chicos un poco más, porque hay que recordar que se fueron muy jóvenes Mateo Pérez, los Garello, Bednarek, Mas», contó.
Antes de la pandemia, Saladillo había decidido a apostar por los jugadores del club casi como una declaración de principios. Todo lo que vino después no hizo más que apuntalar esa idea, a riesgo de sufrir derrotas, porque en el caso del elenco de zona sur fue a fondo con su plan. Su presidente Ignacio Mestre lo explica: “En principio claramente es una idea que parte del club. Nosotros habíamos apostado a esta idea previo a la pandemia y lo más importante es poder realizar un trabajo a largo plazo, entre 5 y 8 años para poder ver resultados. Sabemos que al estar en Superliga y tener un plantel tan joven es evidente que estamos en total desventaja, pero hay que insistir más en la idea del trabajo táctico, técnico y físico que poner el foco en los resultados de los partidos. Para nosotros no hay otra posibilidad, el éxito de estos proyectos está en sostenerlos en el tiempo más allá de la categoría que te toque competir”.
“No hay otros jugadores de afuera porque el club así lo determina, pero eso no hace que cualquiera pueda jugar. Para jugar habrá que cumplir y ser los mejores dentro de nuestra competencia interna. Después sólo queda trabajar mucho abajo, en las categorías de base para que esa competencia interna se cada vez más exigente y nivelada.
Quien agrega algunos datos interesantes sobre la necesaria apuesta a los jóvenes es Hugo Domínguez: “Si nosotros nos fijamos en los jugadores del club que trascendieron o jugaron mucho tiempo en primera, está Gabriel Domínguez que tiene 39 años, después aparece un grupo que debe andar en los 29 como Nico Domínguez, Yassogna o Barrios y después nos cuesta encontrar. La idea es apostar a que esas brechas no estén y que haya oportunidades”.
El entrenador es otra parte fundamental y Mauro Pérez tomó también esta idea: “Lo veo como una oportunidad también como entrenador para capacitarnos y ayudarlos. Acá hay que sostener un objetivo y una práctica deportiva pero también sostenerlos en este desafío de jugar la máxima categoría local que es competitiva. Queremos ser regulares y colaborar con ellos para que puedan mejorar, que el club y el equipo de trabajo les brinde las condiciones”.
La A2, terreno fértil para proyectar
La A2 es un terreno fértil para los proyectos a largo plazo, pero siempre manteniendo una base de competitividad. Allí son varios equipos los que eligen apostar a jugadores del club, darle minutos a jugadores jóvenes y en algunos casos tienen ambos, jóvenes y de la casa.
Federico Borgna es uno de los referentes del básquet del club de calle Iriondo y da su mirada: “En realidad, que los chicos del club jueguen en primera debiera ser el objetivo de todos los clubes. La pandemia lo que hizo es acelerar el proceso y la idea que tenemos hace un tiempo en Estudiantil. Esto es que los chicos del club jueguen y se mantengan en Primera. Dentro de todo lo negativo de esta situación de pandemia, positivo es que los jugadores jóvenes tienen una buena chance de mostrarse y sumar experiencia y roce en esta categoría”.
Y se ilusiona con el futuro: “A partir de ahora, la idea es continuar con esta metodología de trabajo con jóvenes en primera. Mantener a los chicos, ir sumando año a año a los más chicos y a ellos acompañarlos con algunos mayores. Y trataremos de que algunos de estos mayores sean también del club. Ver a los chicos del club jugando en primera es muy satisfactorio para los que estamos trabajando en el básquet de Estudiantil. El cuerpo técnico comparte y apoya y eso hace que todo sea más fácil. La sintonía del grupo es mejor cuando vienen jugando juntos desde chicos y eso ayuda mucho. Lo más importante es que todos los jugadores de inferiores que se esfuerzan durante tantos años vean que el club les da la posibilidad de llegar y no los tapa trayendo un plantel completo de afuera”.
Federico Sauro, el DT, rubrica las palabras de la dirigencia: “Desde el primer contacto que tuve con dirigentes en enero de 2020, dentro de los objetivos que se plantearon, estaba darle un lugar más preponderante a los chicos surgidos del club, porque el material estaba y consideramos que debían terminar de madurar con minutos reales de juego. Y dada las circunstancias de este primer semestre de 2021, estamos más convencidos de que es lo mejor para la institución”.
“Para los jóvenes es una oportunidad importante, porque su lugar se lo deben ganar cada día y en cada partido, tienen que ser competitivos entre ellos todo el tiempo, para demostrar que pueden estar en cancha. La idea de sostenerse en el tiempo es exclusivamente de ellos, el club y su cuerpo técnico estamos convencidos que debe ser así, tienen una buena formación, pero su lugar deben defenderlo día a día”, agregó.
En Arroyo Seco esta idea comenzó tiempo atrás y coincidió con la llegada de Luciano Martín a la primera. Martín trabajaba y trabaja en las formativas y creyó que era el momento para los jóvenes del club, que hoy ya son mayores, pero otros vienen apareciendo: “Una de las premisas desde que asumí en primera en 2016 nos propusimos que no haya más de cuatro jugadores de afuera y siempre contar con jugadores del club. Para los chicos es bueno saber que el esfuerzo que realizan se ve recompensando con la participación en el equipo superior, que tenga como perspectiva jugar en la primera, eso es fundamental para unir todo lo que se trabaja en formativas. No tengo dudas de que eso se puede sostener, más allá de poder tener un mal año en alguna temporada. Por ejemplo, Mengarelli e Isola tienen 23 pero hace seis que están en la máxima categoría”.
Otras dos instituciones que suelen darle mucho espacio a los jugadores jóvenes y hechos en casa son Regatas y Calzada, aunque sus entrenadores Germán Vitelli y Germán Andersen explican, algo lógico, que tienen que ver un potencial para que se ganen un lugar.
“Los jugadores de la primera de Regatas son en su mayoría del club, porque es algo que forma parte de la idea de la institución. Cuando aparecen chicos con la capacidad para jugar allí, se suman, como en este torneo, en el que contamos con dos U15 y dos U17 que tuvieron la oportunidad y la aprovecharon, la idea es que sigan trabajando con nosotros”, contó Vitelli, mientras que en Andersen lo analiza: “Siempre forma parte y está en la agenda que jueguen los chicos del club. Y si los jóvenes de las inferiores del club no están listos, también se apostó a jugadores jóvenes que no tenían la chance en otras instituciones. En un momento en Calzada jugamos con Colman, los Capra y Mauro Gómez, por ejemplo”.
El caso de Gimnasia es peculiar, porque cuenta con jugadores jóvenes muy talentosos, pero también con otros de experiencia. Mariano Junco debe administrar minutos para todos en la doble competencia pero tiene claro que una parte importante del proyecto de GER pasa por las categorías menores.
“La participación de jóvenes es una idea del club. En ciclos anteriores como cuerpo técnico, el poner a jóvenes fue una fortaleza tanto para nuestro equipo como para las distintas organizaciones donde nos tocó trabajar, por lo cual vimos con buenos ojos la idea”, explica el DT y brinda más detalles: “La participación de los chicos en Gimnasia y Esgrima es sostenible en el tiempo en cuanto podamos darles a los jóvenes de 18-19-20 años del plantel la posibilidad de jugar minutos reales. Por otra parte, a los más jóvenes de 18-17-16-15 años por el momento sólo los vamos a sumar a modo de estímulo, debido a que las divisiones inferiores del club necesitan un reordenamiento urgente en la forma de desarrollar jugadores porque estamos muy lejos de la media esperada. Va a llevar tiempo sumarlos”.
En el ascenso también
Por su parte, en el torneo de ascenso no sólo hay veteranos o jugadores de experiencia que no tienen tiempo para los compromisos de la Superliga, sino que varias instituciones también miran hacia abajo. En este caso, opinan dos de sus entrenadores, pero son varios más los que defienden la idea.
“Nosotros estamos jugando con muchos chicos, por ejemplo nuestros tres bases son del club, uno primer año de primera, otro U19 y otro U15. Esto estaba decidido más allá del formato del certamen. Queremos empezar a dar rodaje a nuestros chicos, tomamos la competencia de primera como una evaluación del progreso de ellos”, detalla Walter Pedemonte, la cabeza del trabajo en San Telmo de Funes. “Como idea del club y del cuerpo técnico, queremos elevar el nivel de nuestros chicos, potenciarlos y vamos viendo los primeros resultados del trabajo que se empezó hace 4 años ya. Forma parte de una convicción, pero también de entender que los esfuerzos están direccionados a mejorar la infraestructura del club, empezar la construcción de una nueva cancha, que nos permita tener más espacio para sumar más chicos, y que nuestros jugadores de inferiores, tengan más horas de entrenamiento”.
Las formativas de Atlantic son protagonista a nivel local y provincial y Leandro Tesido llegó a la primera para ayudar a afianzarlos: “Mi idea desde el año pasado era jugar con los chicos del club pero sumados a otros jugadores que podían aportar experiencia. Por la pandemia no pudimos hacerlo y este año estábamos en la misma situación, por ende debemos enfrentar el torneo con los chicos del club de intermedias más los jugadores de primera que están en el club desde mini básquet. El torneo nos permite poder enfrentarlo así, pero es complejo, porque lograr el equilibrio entre enfrentar los partidos de su categoría, más los de primera es muy difícil. Trabamos mucho para no sobrecargar a los chicos, para cuidarlos y evitar lesiones porque ellos quieren jugar siempre”.
“Son oportunidades que ellos saben aprovechar para crecer y si surge emigrar, hacerlo mejor formados y con rodaje, para no desentonar ante el desafío que se les presente. Y si no buscan emigrar jugar de la mejor manera en la división que sea. En nuestro caso es vital mantenerlos. Por eso hablaba de lo complejo que es encontrar el equilibrio entre la competencia de llevar dos o tres torneos a la vez (U17, U19 y primera) y cuidarlos física y mentalmente”, agregó.
A todos les gusta ganar. De eso no hay dudas. Pero en este tiempo quizás se haya comprendido mejor que cuando no hay presiones de descenso aparecen nuevas ideas y oportunidades. Y que cuando se pierde el miedo hay chicos que surgen. Estará en ellos mantenerse.