Alemania enfrenta la mayor huelga de pilotos de su historia, después de que se esfumaran las posibilidades de llegar a un acuerdo entre la directiva de la aerolínea de bandera, Lufthansa, y el sindicato de pilotos Cockpit.
La protesta se extiende durante 4 días, y regirá para vuelos de Lufthansa, Lufthansa Cargo y de la línea de bajo coste Germanwings, pero no los de las subsidiarias Swiss, Austrian Airlines, Brussels Airlines, British Midland, Eurowings, Air Dolomiti y Lufthansa Italia.
Se estima que 3.200 vuelos de Lufthansa, 2/3 del total programado de lunes a jueves, serán cancelados y 1/3 podrá ser operado con la ayuda de pilotos con cargos en la gerencia.
Los pilotos que se plegarán a la huelga operarán los vuelos programados desde el extranjero hacia Alemania, donde dejarán estacionadas las aeronaves.
En el caso de Germanwings no despegarán 1/3 de los aviones y los 2/3 restantes serán operados por naves y tripulaciones de otras empresas contratados para los días en cuestión.
La subsidiaria regional Cityline y la línea de bajo coste Eurowings tampoco se verán afectadas por la huelga.
Los 4.500 pilotos de Lufthansa exigen más participación en las decisiones de la empresa y salarios alemanes para sus compañeros de las subsidiarias extranjeras de la compañía.
El sindicato de pilotos teme que la aerolínea traslade progresivamente trayectos a las subsidiarias, cuyos empleados perciben sueldos menores, y demanda que las tripulaciones de todas las aeronaves que lleven el logotipo o la inscripción de Lufthansa sean pagados según el convenio tarifario en Alemania.
Así, el motivo de la huelga, convocada por el sindicato Cockpit, es que los pilotos ven en peligro sus puestos porque en los últimos años Lufthansa ha contratado cada vez más los servicios de compañías externas que remuneran peor a sus trabajadores. Según Cockpit, entre el 20 y el 25% de los vuelos los realizan empresas externas.
Una portavoz de la aerolínea ha explicado que la dirección ofreció este fin de semana una garantía laboral hasta finales de 2012 si los pilotos accedían a volver a la mesa de negociaciones, a lo que el sindicato contestó que sólo negociaría sin condicionamientos previos por parte de la dirección.
El presidente de Lufthansa, Wolfgang Mayrhuber, y el del Cockpit, Winfried Streicher, mantuvieron una conversación telefónica en la que el primero subrayó que la disposición al diálogo sigue en pie siempre y cuando el sindicato se abstenga de exigir cosas que limitan «la libertad empresarial, como el uso de marcas o la participación en compañías extranjeras». Con ello Mayrhuber rechazó en pleno una de las principales exigencias sindicales, la de no desplazar empleos a aerolíneas externas.
En los últimos 8 años, la flota de Lufthansa aumentó de 300 a 850 aeronaves, pero solo 2 han sido incorporadas al convenio tarifario en Alemania, alegó el portavoz de Cockpit, Jorg Handwerg.
La gerencia de Lufthansa se niega y ofrece, por su parte, garantías de trabajo hasta 2012.
«Podemos hablar inmediatamente sobre el tema de seguridad de puestos de trabajo para los pilotos de Lufthansa si retiran las demandas imposibles de satisfacer y legalmente inadmisibles de extender el derecho tarifario alemán al extranjero», sostuvo el vicepresidente de la empresa, Christoph Franz.
Las huelgas no cuentan con la simpatía de otros empleados de la compañía, que perciben sueldos mucho menores que los pilotos.
Un capitán de vuelo experimentado de Lufthansa gana entre €110.000 y €250.000 (US$150.000 y US$340.000) al año.
Lufthansa argumenta que se encuentra en una mala situación económica. Sus beneficios cayeron de un récord de €1.700 millones (US$2.300 millones) en 2007 a €600 millones (US$815 millones) en 2008.
La línea aérea ha visto desplomarse por la crisis económica la venta de pasajes caros en las clases primera y ejecutiva y enfrenta una mayor competencia de líneas de bajo coste en tramos nacionales en los que antes eran monopólica.
Fuente:Telam