Los precios de los combustibles bajarán 5 por ciento a partir del 1º de enero de 2015, en el marco de un “plan integral” anunciado por el gobierno para sostener la actividad petrolera, con el barril de crudo en un promedio de 70 dólares a nivel local.
Las petroleras serán beneficiadas con rebaja de impuestos y estímulos para la producción y exportación; también se reducirá el valor del barril que pagan refinerías y deberán trasladarlo a estaciones de servicio, y ningún sector podrá despedir trabajadores.
Esos estímulos serán financiados por el ahorro fiscal que le significará la baja internacional del petróleo, ya que la Argentina importa combustibles para satisfacer el 10 por ciento de su demanda, que alcanza los 20 mil millones de litros anuales entre nafta y gasoil.
El plan de contingencia coordinado por el gobierno, las provincias productoras de hidrocarburos que integran la Ofephi, las petroleras y las refinerías contempla una baja en el precio de naftas y gasoil “sin afectación de rentabilidad de estaciones de servicio”, aunque este sector salió a rechazar la iniciativa.
Así lo anunciaron ayer en una conferencia de prensa los ministros de Economía, Axel Kicillof, y de Planificación, Julio De Vido, y la secretaria de Energía, Mariana Matranga, en medio de la convulsión mundial que provoca la retracción del 46 por ciento en el precio internacional del crudo desde junio.
Kicillof advirtió incluso que la crisis mundial en este sector es tan fuerte que ha provocado que la moneda de Rusia (el rublo) cayera 69 por ciento en 2014 y el real brasileño, 12 por ciento; también devaluaron China, India, Sudáfrica, Turquía, Indonesia y México; el peso argentino, en paralelo, retrocedió 30 por ciento en lo que va del año respecto del dólar estadounidense.
“Esto se anuncia en un marco en el que esperamos noticias porque nadie sabe si el barril bajará hacia los 40 dólares o rebotará a 90 en los próximos meses. Estamos ante un shock petrolero mundial del cual se desconocen origen, profundidad y duración”, dijo Kicillof.
El plan consiste en una baja del 5 por ciento en los precios locales de las naftas y el gasoil en todas las empresas y un descenso de 7 dólares en el valor del barril de crudo pesado y liviano (que se ubicará en torno a los 70 dólares) lo cual impactará en toda la cadena.
Expendedores
Expendedores de combustibles recibieron en forma negativa la rebaja de precios anunciada por el gobierno y advirtieron que “perjudicará” la rentabilidad de las estaciones de servicio. Así lo alertó el secretario de la Federación de Expendedores de Combustibles, Raúl Castellano. Sostuvo que la baja en los precios de los combustibles tendrá “impacto directo” en la rentabilidad de las estaciones, y recordó que muchas están “cerrando sus puertas”. “Tenemos objeciones porque las petroleras obtendrán una compensación por el precio al cual van a vender y nosotros nada”, se quejó Castellano.