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Los “primera vez” de Rosario

Miguel Chiarpenello se apartó de las ciencias económicas para investigar y relatar historias de la ciudad, desde el origen de su nombre hasta la primera película que se exhibió la que, además, era la primera sala de cine de Sudamérica.

“Este libro tiene algo especial porque pensé mucho tiempo  cómo escribirlo. La historia de Rosario no llega a la gente con el interés que tiene que tener, y me interesa que conozcan la ciudad”, explica Miguel Chiarpenello, autor del libro “Historias Trascendentes de Rosario”, donde investigó y llegó al fondo para relatar, por ejemplo, quién fue el primer sacerdote que llegó a la capilla del Pago de los Arroyos, o el primer maestro, o la primera película que se exhibió para el público, entre muchas otros relatos que buscan despertar tanta curiosidad como para vencer la resistencia de cualquiera a zambullirse en el libro.

De modo que, cuando salga, lo hará conociendo a su ciudad mucho más que antes.

—¿Por qué Rosario se llama así?

—Rosario no tuvo fundador, ni es capital de provincia. Se llamó así porque el primer cura que vino trajo, una imagen de la Virgen del Rosario. En principio, el pueblo lo bautizó como Capilla de la Virgen de Rosario del Pago del los Arroyos; después se llamó Rosario. Relativamente, tiene un contenido religioso. Pero pudo haber pasado una carreta y se podría haber llamado “Carreta Rota”, porque en ese momento de Santa Fe a Buenos Aires, no había nada. Se llamó así porque se dio. El pueblo de Rosario le puso el nombre.

—¿Quién fue el primer sacerdote y el primer maestro?

—En mayo de 1731 designaron al padre Ambrosio Alzugaray: se hizo cargo de la primera iglesia y crea la primera escuela en Rosario. No sólo se constituye como primer párroco, sino también como primer maestro. El padre Alzugaray enseñaba a leer y a escribir, y lo básico de matemática, geografía e historia; y decía que estudiar catecismo ayudaba a la memoria.

—¿En Rosario se realizaron las primeras carreras de Fórmula 1?

—El primer lugar donde se corrió una carrera fuera de Europa fue Argentina. Durante cuatro años seguidos se realizaron las carreras de automovilismo: desde 1948 hasta 1951. Salían desde bulevar Oroño, pasaban por la cancha de Newell’s Old Boys, el Laguito y volvían al parque. El encanto automovilistico tuvo su lado risueño. Al dia siguiente de una de las carreras llego un grupo de vehiculos de carga y numerosos operarios, quienes retiraron los fardos de pasto que cubrian los arboles y otros lugares peligrosos para resguardar la seguridad de los conductores. Y todas las personas que pasaban por el parque quedaron asombradas por la rapidez y la eficacia con la que limpiaron todo. Pero la verdad fue otra. Los vehiculos y los operarios eran “amigos de lo ajeno”.

—¿Cómo fue el inicio del Monumento Nacional a la Bandera?

—Estuvo décadas para poder hacerse. El dinero tenía que venir de la Nación y siempre esquivaron para mandarlo. Comenzó en 1939 y se inauguró en 1957, pero todavía no está terminado: falta la Sala de las Provincias. En el proyecto original hay una sala prevista para que estén. Finalmente, el 20 de junio de 1957 quedó inaugurado oficialmente. En la inauguración hubo casi 600 mil personas que vinieron de todas partes del país. Fue un acto muy poderoso. Rosario, en 1900, tenía alrededor de 40 mil habitantes, y en 1925, tenía 350 mil. Ese cambio lo generó el ferrocarril, el puerto, y las inversiones que realizaban en la ciudad.

—¿Cómo nació el Hogar del Huérfano?

—En diciembre de 1879, a partir de un grupo de distinguidas mujeres rosarinas que se reunían para hacer beneficencia. La primera presidenta fue María de los Ángeles Rodríguez de Rozas. Las actividades crecían a pasos agigantados y fue necesario contar con una casa propia, y Juan Antonio Rozas, un acaudalado comerciante; y su mujer, María de los Ángeles, donaron a la institución un terreno ubicado en calle Laprida al 2100. El Hogar del Huérfano fue uno de los más importantes del país. Hace unos años cerró y actualmente la Municipalidad la usa para entidad de bien público.

—¿Cuál fue la primer película exhibida en el cine rosarino?

—Los hermanos Lumiere, nacidos en Francia, crearon una fábrica de placas fotográficas que dio origen a su creación. En 1898 se instaló el Cinematógrafo Lumiere en calle Rioja al 1100, que fue la primera sala en Sudamérica. En 1905 se inauguró en calle Santa Fe al 1200 el Salón Biógrafo, y se proyectó la primera película en la ciudad “La Pasión de Cristo”.

—¿Y la primera obra de teatro que se estrenó en la ciudad?

—En junio de 1904 se estrenó “Otello”, la ópera de Verdi, en la inauguración del teatro El Círculo, que siempre estuvo situado en Mendoza y Laprida. Los principales artistas actuaron en la sala, como por ejemplo, Enrico Caruso, tenor italiano, que comparo la acústica del teatro con la del Metropolitan Opera House de Nueva York.

Buceando en el pasado

Miguel Chiarpenello nació en Totoras, en el departamento Iriondo. Vive en Rosario y es doctor en ciencias ecónomicas. De su autoría fueron publicadas numerosas obras sobre temas económicos, como históricos: “Testimonios de una vida Centenaria, Colegio del Sagrado Corazón 1900-2000”, libro en el que reseña los 100 años de la institución educativa, “La imagen olvidada, Rosario antigua: algo para recordar”, una investigación histórica sobre la imagen original de la Virgen que diera su nombre a la ciudad; entre otros. Además es autor de poemas y de la letra del “Himno a la Universidad Nacional de Rosario”.

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