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Los problemas estructurales y los temas que distraen

Que Ricardo Echegaray haya faltado a la verdad sobre su viaje a Brasil no es un tema menor, pero no es el mayor del país.

El nacimiento de 2014 no modifica la fisonomía de la Argentina. Los problemas estructurales no sólo se mantienen sino que se profundizan y cual ola, a diario, esta problemática es surfeada por temas colaterales, no menores, que ayudan a la distracción masiva. Que el director general de la Afip haya supuestamente faltado a la verdad sobre su viaje a Brasil no es un tema menor, pero no es el mayor problema que hoy tenemos en Argentina. Que no quede claro en Santa Fe, pasados diez días, si la Justicia ordenó o no el desbloqueo de la computadora del supuesto narcotraficante Luis Medina a dos personas del poder político, no es para nada un tema menor, pero no es el mayor problema que hoy existe en Santa Fe. Para no alejarme de los dos ejemplos citados, en el primer caso  podemos asociar el tema de la Afip con las consecuencias de la  mala política económica que vivimos a diario: el no reconocimiento de la inflación trae aparejado el no ingreso de la inversión, y de esta manera en una enorme simplificación aparecen desde la maquinita de imprimir y el cepo cambiario hasta la amenaza de la importación del tomate. Sobre el segundo ejemplo en Santa Fe, el mayor problema es la presencia cotidiana en niveles que se ignoran de corrupción que facilita la presencia indeseada del narcotráfico. Corrupción e impunidad están ganando por goleada hasta hoy a las políticas que intenta aplicar el gobierno.

El economista Tomás Bulat me aseguró que estamos en estanflación, así como también que el problema de las reservas no es la plata que sale sino la que no entra. Le pregunté sobre el escenario económico que nos espera en este 2014, me dijo: más inflación y más impuestos. “Tributamos alrededor el 41,5% del PBI, es la mayor presión tributaria de América latina y la séptima del mundo”. No sale de su asombro sobre cómo senadores y diputados provinciales votan permitiendo que la nación le robe la plata a las provincias, “votan el impuesto al cheque y no piden coparticiparlo, y permiten que el 78 por ciento del subsidio de gas y electricidad se destine a Buenos Aires”

Contra todos los pronósticos, el gobierno santafesino de Antonio Bonfati no promulgó la ley de Seguridad. Tampoco la vetó, le  aplicó un veto propositivo. La primera sorpresa fue  para los legisladores porque fue votada por unanimidad. El bloque oficialista fue el encargado de acercar posiciones hasta lograr los acuerdos necesarios. La pregunta que surge inmediatamente es ¿qué pasó para que luego de consensuada y aprobada, el Ejecutivo descubra que la citada ley no cubre sus expectativas o necesidades? Básicamente la ley creaba originalmente un cuerpo de investigadores, civiles, empleados del Poder Judicial bajo la órbita del fiscal general de la provincia. Se encargarían de investigar dos tipos de delitos complejos: asociación ilícita y a funcionarios del Estado. Según el diputado Toniolli, “el corazón de la ley fue arrancado” y señala la modificación al artículo 3. El citado artículo establecía que el brazo investigativo de los fiscales era este cuerpo. Dice Toniolli, “con la modificación del Ejecutivo ya no quedará la investigación en la competencia del citado cuerpo, sino que su utilización será excepcional”. Sigue diciendo Toniolli, “es una enorme contradicción, poner en funcionamiento el nuevo Código Procesal Penal y utilizar la misma policía”, y me adelanta que va a militar el rechazo a la modificación planteada (si la Legislatura no lo acepta, la ley se cae). ¡Lo mencionado por Toniolli es clave dado que el quién y el cómo en este tipo de investigaciones es central!. Tampoco suena muy progresista que las mayores responsabilidades investigativas queden en manos de una fuerza con récord de homicidios y altísimas tasas de no esclarecimiento. Consultado sobre lo que se puede esperar ante el camino político elegido por el gobierno provincial, el criminólogo Enrique Font fue taxativo “sólo producirá más economía ilegal, más catástrofe, mayor criminalización y mucho descontento dentro de la fuerza, especialmente dentro de la tropa que ve cómo algunos comisarios se vuelven ricos”.

La molestia del Ejecutivo por el funcionamiento de la comisión de Seguridad de la Cámara de Diputados no debiera interrumpir el esclarecimiento sobre lo que aparece como una injerencia del poder político sobre la investigación judicial, y más aún, debe esclarecerse, si como dice el Ejecutivo el pedido de injerencia fue solicitado por un miembro de la Justicia.

La sensación de desamparo y miedo planteada la semana pasada sigue vigente. Las oposiciones tibiamente intentan hacerse visibles: el senador Sanz duplicando la apuesta del diputado Massa sobre un tema importante pero no central; y las cuatro entidades del campo más el Frente Renovador en General Madariaga, junto a Lavagna y Felipe Solá, aportarán proyectos para bajar las retenciones del trigo, del maíz y pedir la eliminación de las mismas de las economías regionales. Es hora que la agenda de las oposiciones aparezca explícita, que se hable de frente sin rodeos,  porque el cuerpo social viene con moretones, por eso los golpes duelen más.

La autora conduce “Convenio” por Radio del Plata 107.5 los sábados de 10 a 12

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