Tras la nota publicada en El Hincha del pasado viernes, basada en declaraciones de Agustín Pichot a una radio española sobre la posibilidad de que la Unión Argentina tenga un debate sobre el cambio de regla y poder citar a jugadores que militan en el extranjero, se desató en el mundo ovalado un cimbronazo.
Pichot horas después de que la nota se viralizara respondió a través de su cuenta de Facebook: “En mi opinión se debería debatir. Pero yo no soy parte de la UAR para asegurar que se va a debatir. Me parece que estaría bueno a dos años del comienzo en el Súper Rugby y su aprendizaje. Igual debería analizarse en profundidad y ver qué cosas buenas y qué cosas malas tiene cambiar la regla. Hay momentos. Tiempos para mirar y corregir. Nadie nace sabiendo. No sé qué posición tomará el Consejo de la Unión, pero estoy seguro de que quiere lo mejor para todo el rugby y que a Los Pumas les vaya bien”.
No había otra persona con más injerencia que pudiera instalar este tema tan sensible. Hoy Pichot, Vicepresidente de World Rugby, físicamente no está en la UAR pero sí es un hombre de consulta, es un dirigente con una visión global del rugby y al declarar sobre el tema allana el camino para que las nuevas autoridades puedan debatir y analizar qué costo político tendría la medida.
La idea de proteger a Los Pumas y Jaguares con la regla de no citar a los jugadores que militan en el extranjero no es mala y más en el momento en que se la instauró. Pero hoy el presente es otro y la necesidad de darle a Daniel Hourcade una base más amplia de jugadores para Japón 2019 es más que importante.
Hoy los jugadores son profesionales, se sobreentiende que vestir la camiseta de Los Pumas es un gran orgullo y que sólo unos pocos llegan a hacerlo, y en ese mundo manda el aspecto económico; ni siquiera las grandes potencias pueden retener a sus mejores hombres. Australia y Sudáfrica han tenido que cambiar la regla y establecer en el caso de los Wallabies un mínimo de 50 test y en los Springboks de 30, para jugar en el extranjero y poder ser elegible para el seleccionado nacional. En Sudáfrica hicieron la cuenta que hasta los 24 años los jugadores permanezcan en el país y luego pueden optar por emigrar pero durante cuatro o cinco años hasta sumar la cantidad de partidos internacionales se los puede disfrutar.
En tanto, en Nueva Zelanda siguen siendo estrictos, jugador que deja las islas no es citado, pero los contratos son más altos que en Argentina y además la competencia es mayor, los All Blacks pueden darse el lujo de dejar ir a Dan Carter y Aaron Cruden porque tienen como reemplazantes a Beauden Barrett y Lima Sopoaga.
Estrictos no se puede continuar, alguna variante para el futuro debería implementarse porque dejar a Los Pumas sin sus mejores hombres es un privilegio que hoy Argentina no puede darse.
Una de las razones por las que se debería cambiar, algo que muchos ya pedían que se debatiera, es porque las ofertas tentadoras de Europa van a seguir existiendo y la UAR tiene una política austera a la hora de hacer contratos, y como dice el refrán “el tren solo pasa una vez” y más en la vida de un deportista que es demasiado corta.
Reconocer errores, realizar autocriticas y cambiar por una idea superadora, más pensando en buscar la excelencia, no quiere decir que se modifique el camino para llegar a la meta, son atajos, desvíos. Lo único importante es la salud del rugby argentino y Los Pumas, todo lo que se haga en pos de ello es bienvenido. Sin olvidar que el debate de ideas fue, es y será siempre enriquecedor.
Encuesta: Juan Imhoff, el favorito
En una encuesta lanzada a través del sitio web “A Pleno Rugby” en las redes sociales, el rosarino Juan Imhoff fue el favorito de la gente a la hora de elegir un “europeo” que no debe faltar en el seleccionado argentino. En tanto, Juan Figallo, Facundo Isa, Facundo Bosch, el rosarino Patricio Fernández Fiant y Benjamín Urdapilleta fueron otros de los apellidos que picaron en punta. La noticia explotó en el cierre del año y abrió la ilusión de los hinchas que quieren ver a su seleccionado con sus mejores jugadores. Y a la hora de elegir a un indiscutido, el nombre de Imhoff flotó por encima del resto.