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Los Pumas patean otra vez el tablero del rugby mundial, semifinales y rival que todos quieren evitar

Contra todos los pronósticos, Los Pumas se meten por tercera vez entre los 4 mejores equipos del Mundo. El histórico 2007 que hizo un quiebre en todo sentido y el 2015 que provocó el ingreso al Súper Rugby. Una nueva generación de Pumas escribe su capítulo grande en la historia del rugby argentino

Los Pumas aun no tocaron su techo de rendimiento, todavía este equipo tiene mucho más para dar. El juramento interno del equipo para no repetir la actuación del debut, se cumplió. Argentina mejoró partido tras partido, tomó cada obstáculo y lo transformó en motivaciones para seguir adelante. Ese sacrificio que hicieron hoy pagó grandes dividendos. Los Pumas se meten entre los cuatro mejores por tercera vez en diez Copas del Mundo.

Perfil bajo, insistencia en el trabajo, expresar hasta el hartazgo que confiaban en la preparación que se hizo; y nunca dudaron en la estrategia planeada.

El primer obstáculo fue sobreponerse al traspié del debut. El velorio duró una semana, mucho más de lo adecuado, pero fue necesario para poder sacar fuera todo lo que negativo e imprimir a fuego que una performance como ante Inglaterra no podía repetirse.

Un mal paso y se terminaba el Mundial.

Llegó Samoa, se ganó pero aún había dudas. El equipo respondió, tuvo en los forwards un buen desempeño, se avanzó en cuanto al juego pero no se deslumbró.

Frente a Chile, se demostró la diferencia existente entre los dos seleccionados. Once cambios que pasaron desapercibidos, y que generaron ruido pero no presión a los entrenadores, que tenían las ideas claras.

Después Japón, una vez otro paso adelante. Se volvió a la formación inicial, se jugó bien pero se dieron ciertos errores en defensa y desatenciones, que a pesar del triunfo no le daban el crédito necesario para poder llegar como favorito a cuartos de final.

Tute de la gente. Moroni y un acto milagroso, un tackle que vale la clasificación a semifinales.

La clasificación le sacó presión al equipo. Objetivo de mínima logrado y en instancias de eliminación, comienza otro torneo.

Los Pumas regresaron a Marsella con una idea: jugar un buen partido de rugby, dejar todo sobre el campo de juego. En el deporte se puede ganar y perder, pero siempre con la frente en alto, dejando todo y cayendo con las botas puestas.

Este equipo jugó en su ley, eligió el camino de ir siempre en una línea y nunca se traicionó.

Cuando el rugby no logró el cien por ciento, la albiceleste tiene ese as de espadas, que otorga energías extras, no dar por perdida una pelota, como el tackle salvador de Moroni en el final cuando las piernas no responden pero ante un llamado del corazón hacen cosas que no tienen explicación.

Los Pumas vuelven a patear el tablero del rugby mundial, en un torneo en el que los equipos del Hemisferio Sur han sucumbido ante los del Norte, Argentina es el primero en derrotar a un candidato.

El equipo que ahora dirige el australiano Michael Chieka, se calzó el traje –para los más viejos- y el chip –para los más jóvenes- que mejor le calza que es el de cuco o de rival incómodo.

Esta historia puede tener muchos desenlaces, pero ya hay un hecho que no se puede evitar, Los Pumas están entre los cuatro mejores equipos del mundo y es motivo de festejo.

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