Con la victoria consumada y todavía unos segundos en el reloj de juego, Santiago Gómez Cora se emocionó hasta llorar. Los Pumas 7s llegaron a Londres sin nada por qué jugar: salieran como salieran, iban a terminar el Circuito Mundial de Seven 2022/23 en la segunda posición y tenían asegurado el pasaje a París 2024. Pero este equipo está más allá de los números. Las lágrimas del entrenador lo confirman. Tenían un objetivo, y lo consiguieron.
El seleccionado argentino de seven coronó una campaña memorable de manera acorde: campeón del seven de Londres, la última etapa del Circuito, un certamen donde nunca habían llegado siquiera a la final. Se trató del tercer título en la temporada, la misma cantidad que habían conseguido en toda su historia.
“El mejor año de la historia, por todo lo que vivimos, por todo lo que construimos, por este recorrido que fue de menos a más”, dijo Gómez Cora a ESPN, todavía emocionado. “Empezamos el año en Hong Kong en noviembre, con algunas dudas, nos propusimos ir aprendiendo de los errores, corregirlos y trabajar muy duro para mejorar. Terminar acá arriba habla mucho de este equipo. Habla de un proceso, de un compromiso, de un proceso, de un montón de cosas. La palabra equipo define un montón de cosas. Nos define la perfección. Que la gente se identifique por lo que uno ama, lo que uno hace, es un montón. Más allá de la medalla, los premios, todo lo que podamos”.
En la definición en el mítico estadio de Twickenham, los Pumas 7s derrotaron 35-14 a Fiji y se sacaron el gusto amargo que les había dejado una semana atrás la derrota en la definición del Seven de Toulouse ante Nueva Zelanda, bicampeón del gran circo. La conquista se suma a los éxitos en Hamilton y Vancouver. Además, ganaron la medalla de plata en Los Ángeles y Singapur. Los títulos anteriores fueron en Los Ángeles 2004, San Diego 2009 y Vancouver 2022.
Pero nada hubiera conformado a este equipo que parece alcanzar todo lo que se propone más que la dorada. Más allá de que haber jugado desde el minuto 2 con un jugador más por la expulsión de un fijiano, la conquista fue inapelable.
Lo más impactante de un seleccionado que desde que ganó la medalla de bronce en Tokio 2020 se acostumbró a emocionar fue lo hecho en semifinales. En el partido previo había quedado eliminado Australia y Samoa, su rival, necesitaba un triunfo para desplazarlo del quinto puesto y quedarse con la última plaza disponible de clasificación directa para los Juegos Olímpicos de París 2024. Fue un partido durísimo, jugado a máxima intensidad y con todo el rigor físico del que son capaces de imponer los samoanos. No obstante, el hambre de los Pumas 7s pudo más. Con un try a dos minutos del final y una gran defensa en la última acción, se impusieron 10-7 y se metieron en la definición.
La expulsión cuando todavía no se habían cumplido dos minutos de juego del fijiano Josese Batirerega por un tackle peligroso ante Luciano González (lo levantó y lo tiró de espaldas, impactando la nuca contra el suelo) signó la suerte del partido en la final con Fiji. Desde allí, tras un inicio desfavorable (0-7 a los 50 segundos) fue todo celeste y blanco. Germán Schulz, dos veces Marcos Moneta y dos Rodrigo Isgró (tras el empate transitorio 14-14 al inicio del segundo tiempo) marcaron los tries del equipo conducido por Gómez Cora.
Más temprano, en la madrugada argentina, habían vencido a Irlanda en cuartos (28-14), desquitándose de la única derrota que sufrieron en el certamen (14-12) el día anterior, que no les impidió ganar la zona luego de haber goleado a Japón (43-12) y Fiji (40-12).
La temporada próxima comenzará en diciembre, con siete etapas y el gran objetivo de los Juegos Olímpicos de París 2024. El objetivo es la medalla de oro. En Twickenham, los Pumas 7s demostraron que lo que se proponen, lo logran.