Un Mundial, cualquiera sea el deporte, tiene sus historias. Y esas las escriben también los que están fuera de la cancha. En esta ocasión, en Rosario, y gracias a la llegada de la Copa del Mundo femenina Sub 18 de vóley, decenas de espectadores llegaron desde diferentes lugares del planeta para alentar a sus seleccionados. Así, a lo largo de esta semana, ya se pudo ver en las tribunas a representantes de Italia, Colombia, Perú y hasta de Tailandia.
Hay historias interesantes, de viajes extensos, de otros que volvieron a la Argentina tras varios años en el exterior y de otros que por tener parientes fronteras afuera, están en la ciudad siguiendo los colores de sus antepasados.
Familia albiceleste y azzurra
El Mundial de vóley sub 18 también se vive en las tribunas y este es el caso de una familia ítalo argentina que se hizo presente en las gradas del Estadio Cubierto de Newell’s. Son los Di Virgilio Martínez que tienen su corazón dividido, y según quien responda van por Italia o Argentina.
Mario Di Virgilio Martínez es el padre de esta familia y contó cómo fue que su destino lo llevó con destino rumbo al Viejo Continente: “Hice prácticamente lo que hacen tantos argentinos que tienen el árbol genealógico italiano y aprovechamos la oportunidad tantos años atrás, nos casamos y nos fuimos a vivir con Sandra, que es mi señora, a Toscana. Allá crecimos como familia, vivimos casi 25 años y hace poco tiempo atrás retornamos”.
La pregunta obligada es por cuál selección simpatizan: “Vinimos con dos chicos nacidos y crecidos allá. Lógicamente como patria sienten bastante más Italia que Argentina por haber crecido y vivido todo el tiempo allá”.
Aunque no le esquivó al duelo y aclaró: “Por este momento sí (hinchan por la azzurra), cuando venga la Argentina, si Dios quiere a Rosario, mi corazón estará dividido entre Italia y Argentina”. Sobre el final intentó calmar las aguas de la familia: “La tierra tira más pero respeto la de mis hijos, que tirarán por Italia”.
“Más allá del sentimiento venimos porque seguíamos de cerca el vóley allá”, dijo Mario mientras su esposa Sandra recordaba a un amigo de la pareja que entrenaba vóley en el país europeo.
Además la pareja agregó: “Tuvimos la posibilidad de seguir equipos de primera, no sólo la selección sino también los equipos de ahí que jugaban la liga nacional, teníamos a Perugia y al Florencia Vóley que los íbamos a ver a menudo”.
“Vivirlo como hincha es una linda emoción”, cerró Sandra, mientras miraba la victoria italiana sobre Colombia por la fecha N° 4.
Mario, mientras tanto, analizó lo que se ve en Rosario: “Italia marca el camino, hasta ahora lo que hemos visto Italia y Polonia marcan el nivel de juego, más organización sobre todo, buen entrenamiento y están concentradas todo el partido las chicas a pesar de ser sub 18”. Y añadió: “No nos olvidemos que Italia se hizo grande gracias a Julio Velasco, con él ganaron todo”.
El hijo de la pareja, Mauro, también se metió en la charla y aclaró desde el principio: “Soy más italiano que argentino porque nací allá. Tengo sangre argentina pero me siento mucho más italiano porque nací allá, crecí y toda mi vida rodeada de amigos italianos”.
“La tierra tira más”, dijo Mario; y su hijo lo vive igual que él, y así lo demostró cuando fue consultado por qué seleccionado quería que gane: “Yo voy por Italia. Argentina o Italia, en cualquier deporte, voy por Italia, aunque sé que mis raíces son argentinas”.
La relación con el vóley es similar a la de sus padres y así lo manifestó: “Nunca lo jugué, vengo por la patria”.
En el final de la charla se dio una linda situación cuando padre e hijo se desafiaron. Mario tomó la iniciativa y dijo: “Le compro la play 4” si en un hipotético caso Italia y Argentina se vieran las caras y el ganador fuera el equipo visitante. Mauro no tardó en recoger el guante y retrucó: “Y yo te lavo el auto dos meses seguidos. Te lo aseguro”.
Incaicos en Rosario
El estadio cubierto de Newell’s estalla cada vez que las chicas de Perú juegan sus encuentros; el público peruano acompaña fielmente a sus jugadoras y alienta en cada punto.
Una de ellas es Ynes Quispe, mamá de Aixa Vigil (central de Perú), quien se encuentra en Rosario acompañando a su hija en la disputa del Mundial de vóley sub 18.
“Es la primera vez que vengo a Rosario, es una ciudad muy bonita, la verdad estamos muy agradecidos con la organización. Además es el primer Mundial de mi hija Aixa. Vinimos con toda la familia para acompañar a las chicas y que sientan nuestro apoyo en todos los partidos” afirmó.
También opinó acerca de la organización del torneo y resaltó que” la gente es muy cálida y amena”, y agregó: “Estoy muy agradecida a la organización y a la ciudad de Rosario por su hospitalidad”.
La hinchada cafetera
Carmen Lucía López Ruiz nació en Bogotá. Hace ocho años que vive en la ciudad de Rosario, donde estudia Periodismo Deportivo. Siempre que se presenta la oportunidad, va a ver a su selección en las competencias deportivas. “Donde está Colombia intento estar, para una que está lejos, venir a verla está bueno”, cuenta quien es hincha de Atlético Nacional de Medellín.
Sus hijos se acercaron también al “Claudio Newell’s” a ver a la selección cafetera en el Mundial U18. María Camila de 9 años y Santiago de 11, con camiseta de Colombia puesta y tomando mate con su papá, desean que gane Colombia “obviamente”.
A la hora de especular sobre un posible cruce entre Argentina y Colombia en el certamen, Lucía no duda y se tira por su país de origen. En cambio, los chicos no saben por cuál inclinarse. “El que gane está bien, si se puede, que empaten”, dice el mayor de los hermanos.