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Los realizadores del documental «Rey Tigre» afirmaron que «la verdad a veces supera a la ficción»

Eric Goode y Rebecca Chaiklin, creadores de la serie que es furor en Netflix, contaron detalles de esta inverosímil pero verdadera historia sobre un extravagante criador de tigres estadounidense envuelto en una delirante trama criminal de homicidios por encargo

Eric Goode y Rebecca Chaiklin, creadores de la serie documental de Netflix Rey Tigre, la inverosímil pero verdadera historia sobre un extravagante criador de tigres estadounidense envuelto en una delirante trama criminal de homicidio por encargo, aseguraron que la serie está en boca de todos porque «la verdad a veces supera a la ficción».

Estrenada hace diez días en la plataforma del gigante del streaming, los siete episodios de Rey Tigre produjeron una fascinación inesperada y en pocos tiempo figuras de la talla de Edward Norton, Jared Leto y Dax Shepard ya hicieron saber en sus redes que en el caso de que la trama llegue al cine estarían encantados de asumir el rol estelar.

Aunque parece que no tendrán suerte, dado que con más de 34 millones de visualizaciones en la primera semana de exhibición en Estados Unidos, un récord sólo superado por Stranger Things, Netflix ya puso al guionista Ryan Murphy a producir una serie en la que el rol del excéntrico «Tiger King» caerá en las manos de Rob Lowe.

«Si intentaras escribir esta historia los críticos dirían que es absolutamente inverosímil, pero la verdad a veces supera a la ficción», afirmó Chaiklin en una entrevista a la que accedió Télam como único medio argentino.

El Rey Tigre del título es Joseph Maldonado-Passage, aunque él prefiere el seudónimo Joe Exotic, quien supo ser el propietario del Greater Wynnewood Exotic Animal Park en Oklahoma, un zoológico privado con más de 200 tigres y grandes felinos.

Con cubanas platinadas sobre la nuca y camisas animal print de lentejuelas, Joe es un personaje que parece salido de la imaginación de un mal guionista: cantante de música country, amante de las armas y las explosiones, confeso polígamo gay con dos maridos, ex candidato a gobernador y dueño de una gran colección de grandes felinos.

Pintura de un Estados Unidos secreto, la serie desenvuelve con maestría un relato en el que emerge a la luz el universo poco publicitado de la red de zoos privados de ese país, sus estrafalarios dueños y los empleados que explotan a especies en extinción para el lucro personal.

Capítulo a capítulo Goode y Chaiklin sorprenden con un giro dramático detrás de otro, y van a construyendo una historia que pasa de pintoresca a turbia, con Joe investigado por el FBI por, presuntamente, haber contratado a un asesino a sueldo para deshacerse de su principal enemiga: la no menos colorida militante por los derechos de los animales Carole Baskin.

Goode y Chaiklin comenzaron el desarrollo de la serie en 2014 casi por casualidad, y a medida que acumulaban miles de horas de grabación empezó a armarse delante de sus ojos una trama tan o más jugosa que la de la mejor ficción de moda.

«Me encontré a Rebecca y le dije que estaba filmando el mundo de los animales exóticos y de los conservacionistas, y en 2014 comenzamos a filmar a un tipo que yo conozco desde hace 30 años, un vendedor de reptiles que aparece en el primer episodio, y ahí inició este viaje», recordó Goode sobre el puntapié del proyecto.

Estaban en el lugar del comerciante de reptiles, en medio del caluroso estado de Florida, cuando llegó un «tipo con un leopardo de las nieves», sumó Chaiklin, quien apuntó que eso los llevó a entrar en el «mundo de personajes increíblemente carismáticos y coloridos de los obsesionados por los grandes felinos».

Cuando conocieron a Joe Exotic, él y Carole Baskin «ya estaban en una batalla legal», fundamentalmente basada en los continuos ataques que el hombre lanzaba públicamente, desde su casero programa vía internet.

Exotic insultaba y acusaba a Baskin cotidianamente, y se grababa disparando o incluso haciendo volar por los aires a un maniquí con su cara.

«La obsesión de uno por el otro era de alguna manera divertida. Luego escaló y comenzó a ponerse más oscura, más loca y más retorcida», explicó la productora y directora, en referencia a cómo evolucionaría la historia.

Determinados a «exponer la explotación y el sufrimiento de los grandes felinos» en cautiverio en Estados Unidos, la dupla realizadora encontró en Joe Exotic y en el resto del los propietarios de los zoológicos privados una rica galería de personajes capaces de atrapar al público.

«Estos personajes se destacaron no sólo porque ya estaban embarcados en esta rivalidad, sino porque eran los jugadores más grandes de este mundo de zoológicos privados rurales, enfocados en criar tigres para que la gente se sacara selfies con ellos», manifestó Chaiklin, quien aseguró: «Un hilo conductor entre todos los personajes es el narcisismo y un deseo insaciable de ser famosos».

Es que entre su programa por internet, un reality show sobre su persona que nunca llegó al aire y su «obsesión por estar en cámara», Joe Exotic «tenía ya filmadas 30 mil horas de su vida», que abrió generosamente a los realizadores para enriquecer la serie documental.

«No es que cuando conocimos a Joe evolucionó hasta transformarse en el Rey Tigre; él ya se llamaba a sí mismo el Rey Tigre», finalizó Goode, respecto de la personalidad del malogrado Maldonado-Passage, hoy preso por conspirar para matar a Baskin.

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