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Los rivales le dieron otra vida a Newell’s, pero ya no puede fallar más

A pesar de sumar un punto en los dos últimos partidos y los fuertes cuestionamientos a Heinze y los jugadores, la Lepra aún sigue con chances reales de clasificar a cuartos de la Copa de la Liga y pelear por un título, lo que pone al partido ante Sarmiento como un choque decisivo

El empate de Newell’s ante Platense privó al equipo de Gabriel Heinze de quedar entre los cuatro mejores del grupo, aunque lo dejó con vida de cara al cierre del torneo a partir de los resultados de los otros equipos involucrados en la lucha por avanzar a cuartos. La Lepra está a un punto de la zona de clasificación cuando quedan tres fechas por delante. A pesar de sumar sólo un punto en los dos últimos partidos, la chance sigue vigente y la buena diferencia de gol es otro punto favorable en caso de una definición con igualdad de puntos.

Desde el juego, Newell’s transita por una irregularidad que está a la vista. Pasa de jugar un partidazo con San Lorenzo y ganar a pura efectividad con Tigre a perder con Godoy Cruz con un flojo rendimiento individual y empatar con un Platense que dio ventajas que el Rojinegro no supo aprovechar. Con esa impredecibilidad encara la Lepra los últimos tres partidos de la Copa de la Liga, donde puede estar en juego incluso la continuidad de Gabriel Heinze.

Hacer cuentas tiene poco sentido. Pero es difícil imaginar que Newell’s puede avanzar a cuartos de final si no consigue al menos siete de los nueve puntos que restan. Ni hablar del pasaje a la Sudamericana, que aún lo tiene a dos puntos del último equipo que conseguiría boleto si se tienen en cuenta los cupos extras que surgirían a partir de que el ganador de la Copa de la Liga y el de la Copa Argentina estén en la zona alta de la tabla general.

El próximo rival es Sarmiento, el domingo a las 21 en el Coloso. Y la obligación de victoria es impostergable. Si la Lepra quiere seguir con vida en ambos objetivos, necesita sumar de a tres con el Kiwi. No hacerlo, además de complicar las chances matemáticas, aumentarán el descontento del hincha y pondrán a Heinze en una situación complicada de continuidad el próximo año, ya que no conseguir ninguna de las metas deportivas sería un fracaso frente a la gran expectativa que generó su llegada en noviembre del año pasado.

El rival siguiente será Boca en la Bombonera, justamente el partido siguiente a la final del Xeneize por Copa Libertadores. Y el escenario es indescifrable. Si Boca se corona campeón de América ese día festejará el título y puede jugar más relajado. Si pierde, habrá descontento de los hinchas y obligación de ganar para conseguir el pasaje a la Libertadores 2024.

Y en la fecha final, luego del parate por Eliminatorias, la Lepra recibirá a Defensa y Justicia, que tal vez llegue con chances de avanzar a cuartos. No será un partido sencillo, pero estar con posibilidades reales en ese último cotejo hoy lo firmaría cualquiera en el mundo Newell’s.

No hay dudas que el año futbolístico leproso está lejos de ser el esperado. Eliminado de la Copa Argentina con Claypole; lejos de pelear en la Liga; con un Clásico perdido; y eliminado en octavos de la Sudamericana a pesar de una buena fase de grupos, no estaba en la cabeza de la dirigencia ni del propio Heinze, aunque el entrenador públicamente siempre se refiere a otros objetivos menos tangibles, como proyección de juveniles o valorización de algunos futbolistas.

Más allá de la idea de Heinze, es imposible no poner a los resultados como valoración del proceso. Y no clasificar a cuartos ni acceder a la Sudamericana sería un golpe final para un proceso que a pesar del apoyo de Ignacio Astore, será difícil de sostener.

Pero el fútbol argentino es tan inexplicable, que un Newell’s cuestionado y un proceso debilitado, con un par de victorias pueden estar con la posibilidad cierta de pelear un título y acceder con ello a la Copa Libertadores. Eso se definirá en un mes. La chance está, hay que ver si el equipo puede aprovecharla.

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