Los ocho rugbiers que quedan detenidos en Dolores por el asesinato de Fernando Báez Sosa fueron trasladados a Villa Gesell donde participarán de una audiencia, en la que podrán declarar antes de que el juez a cargo del caso, el doctor David Mancinelli, decida sobre las prisiones preventivas.
Custodiados por cuatro móviles de la policía bonaerense, en un micro policial, los rugbiers abandonaron poco después de las 6 el penal de Dolores para ir camino a Villa Gesell.
La audiencia oral y pública ante el juez de Garantías que fue convocada para este jueves 13 por el crimen de Fernando Báez Sosa, en Villa Gesell, tendrá como objetivo que tanto el fiscal, como los rugbiers imputados y la familia de Fernando puedan plantear su posición a favor o en contra del pedido de prisión preventiva.
En este caso, la querella planteará la inconformidad por la liberación de Juan Pedro Guarino y Alejo Milanesi, dos de los jóvenes sobre los que no habría elementos de prueba suficiente para mantener la detención.
«En nuestro criterio son todos coautores», indicó el abogado Fabián Améndola, que representa a la familia de la víctima. Los dos jóvenes de 19 y 20 años fueron liberados inmediatamente tras la solicitud de la fiscal Verónica Zambroni, quien pidió la prisión preventiva para los otro ocho acusados.
Cabe recordar que el abogado de la familia se manifestó en contra de la liberación de Guarino y Milanesi, ya que supone que los dos jóvenes, a pesar de que no habrían golpeado a la víctima, fueron parte también del crimen.
La defensa de los rugbiers
La defensa de los ocho rugbiers que continúan detenidos por el homicidio analiza pedir una morigeración de la prisión preventiva en caso de que el juez confirme la medida solicitada ayer por la fiscal del caso, informaron fuentes de la investigación.
El abogado defensor, Hugo Tomei, adelantará su intención de pedir que los rugbiers queden bajo arresto domiciliario en la audiencia pública que mantendrán este jueves las partes con el juez de Garantías, David Mancinelli.
Según publicó Télam, la defensa planteará una “anticipación” de la intención de la defensa, supeditada a la decisión que adopte finalmente el magistrado respecto del pedido de la fiscal Verónica Zamboni, titular de la Unidad Funcional de Instrucción 6 de Gesell.
¿Quién es «Salvi»?
Améndola comentó además ante la prensa que la sospecha comenzó luego de que se observara en las imágenes de las cámaras de seguridad la silueta de un joven que no coincidiría con ninguno de los detenidos.
«En los videos aparece un sujeto que no es ninguno de los diez imputados. Para nosotros es probable que haya una persona más, pero es materia de investigación. En los videos estaba vestido todo de negro. En los chats lo mencionan por su apodo. Claramente integraba el grupo y cumplía el mismo rol que el resto», explicó Améndola.
Uno de los datos determinantes es un correo enviado el 2 de octubre del año pasado por Enzo Comelli, uno de los diez imputados que está preso en Dolores acusado de ser un partícipe necesario del homicidio.
La destinataria es la dueña de la casa que alquilaron en enero para hospedarse con sus diez amigos en Villa Gesell, donde finalmente fueron detenidos.
En el mail, Comelli le comunica a la propietaria que “uno de los chicos” que “figura en el contrato” no podrá ir al viaje por temas familiares, que serán finalmente diez. Da un nombre, “Salvador”. Pertenece a un joven de Zárate de 20 años de edad.
Todos los imputados menos Ayrton Viollaz, que no tenía teléfono, conversaban en un grupo de WhatsApp administrado por Alejo Milanesi, llamado “LosDelBoca3”. A las 6.07 del 18 de enero, horas después del crimen, Matías Benicelli comenta en el grupo: “Están preguntando los otros pibes si nos peleamos… Santino preguntó qué onda que nos peleamos”. “Son re loros amigo”, continuó Benicelli, “dejen de flashar”, enojado por la filtración. Cuatro horas después, Ciro Pertossi escribió en el grupo: “Policía afuera. Salgamos». Fue previo a la detención.
Para la fiscal Zamboni, “Santino” y “Salvi” serían la misma persona. Fuentes en Zárate no aseguran lo mismo: “Santino” es otro, distinto a “Salvi”, un joven que conocía a uno de los imputados y que llegó a Villa Gesell horas después del crimen. Se enteró del ataque tras bajar del micro.