Los salarios de los argentinos van en caída libre y acumulan en 2018 una baja de hasta el 17% en términos reales, la peor desde 2002 cuando se registró una fuerte devaluación del peso por la salida de la convertibilidad.
Así lo informó el Observatorio del Derecho Social de la Central de Trabajadores de la Argentina (CTA Autónoma) tras analizar los acuerdos paritarios vigentes y aplicados entre enero y octubre de este año.
El Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec) reportó en septiembre una inflación del 32,5% para los primeros nueve meses del año y del 40,5% para los últimos doce meses.
No obstante, para hacer su análisis el Observatorio incluyó los aumentos salariales ya previstos para los próximos meses y la inflación estimada en el relevamiento de expectativas de mercado que hace el Banco Central.
Sobre la base de esos datos, el Observatorio indicó que los trabajadores de la alimentación han perdido hasta el momento el 17,3% de su poder adquisitivo y los del Sistema Nacional de Empleo Público un 17,2%.
A su vez, los trabajadores del transporte automotor de cargas registran una caída del salario del 15,2%; textiles, 15%; industria metalúrgica, 13,8%; construcción, 12,7%; entidades Deportivas y Civiles, 12,3%.
Otros sectores como el de la sanidad observan pérdidas de salarios del 11,3%; comercio, del 10,1%; aunque hay escenarios peores, como el de los trabajadores de prensa escrita en Capital Federal (Utpba), que registran una caída real de 21,8 puntos porcentuales sólo en 2018.
Si la comparación se realiza con el cuarto trimestre de 2015, los mayores retrocesos son en la industria textil y en la administración pública nacional, con caídas del 25% en términos reales, mientras que comercio y sanidad vuelven a registrar las menores caídas, en torno al 13%.
Aquí también se destaca la evolución de algunas actividades como transporte automotor de cargas (camioneros) e industria metalúrgica (UOM), que registran caídas acumuladas en tres años cercanas al 20%.
En todos los casos, de no mediar una reapertura generalizada de las negociaciones salariales, el retroceso de los ingresos de los trabajadores y las trabajadoras durante el 2018 será el más importante desde la crisis de 2002.