El temor casi irracional de que el mundo desarrollado vendría por el agua argentina comenzó a hacerse realidad en los últimos días: la empresa láctea Almarai Co., del reino de Arabia Saudita, pagó 85 millones de dólares para quedarse con la argentina Fondomonte.
Esta adquisición se enmarca en la política del reino de desterrar de su territorio todo cultivo que requiera un uso intensivo del agua antes de que termine 2016. La medida incluye el trigo, pero también los forrajes para el ganado. Ergo, el agua argentina se irá en barco rumbo al Golfo Pérsico, pero no en tanques, botellones o botellas, sino transformada en grano que alimentará a las vacas saudita.
Esta operación fue informada en Riad, capital saudí, por la compradora; y agrega que la transacción será abonada con fondos propios y un crédito otorgado por un banco de ese país.
La intención de Almarai con esta adquisición es expandir su cadena de abastecimiento de forrajes para su producción de carne y leche “en línea con la tendencia impuesta por el gobierno saudí de asegurar el abastecimiento y preservar los recursos locales”, agrega la carta enviada ala Bolsa.
Arabia Saudita, la mayor economía del mundo árabe, está alentando a sus empresas alimentarias para que inviertan en África y Asia con el fin de reducir la producción local de granos y conservar así su limitada reserva de agua. El gobierno busca cesar el cultivo de cosechas de uso intensivo de agua, incluyendo el trigo, antes de 2016.
Un grupo de inversores saudíes anunciaron en octubre de 2009 que planeaban establecer el International Agriculture and Food Investment Co. para invertir en proyectos agrícolas. Savola Al-Azizia United Co. reveló hace dos meses que había adquirido el 78 por ciento de dos alimentarias egipcias por 95 millones de dólares.
Por su parte, Almarai, que adquirió Fondomonte, también está embarcada en una agresiva expansión fuera de Arabia Saudita con el objetivo de satisfacer la creciente demanda en ese país –a caballo de las exportaciones de petróleo– de productos alimentarios, sobre todo lácteos y cárnicos.
Lo que vendió Fondomonte son tres campos con una superficie total de12.000 hectáreas, con su producción centrada en el maíz y la soja. Uno de ellos, Sandoval, está en Villaguay (Entre Ríos); otro, Descanso, en General Villegas (norte de Buenos Aires); el tercero, Tolderías, en el sur de Córdoba. Fondomonte fue creada en 2006 por los irlandeses Jim McCarthy y Mark McLornan, que compraron esos tres campos en 56 millones de dólares.
El agua de la pampa argentina –convertida en grano para forraje– cruzará el Atlántico para darle de comer a las vacas y las gallinas saudíes. El comunicado de Almarai reconoce que la compra se hizo “para garantizar la calidad y la abundancia de alimentos para ganado vacuno y aves de corral”.
En declaraciones a medios locales, Abdel Rahman al Fudli, CEO de la alimentaria saudita, dijo: “La compra está dentro de nuestros planes quinquenales, por lo que no podemos hablar ahora de ganancias, aunque somos optimistas”. El ejecutivo agregó quela Argentinaes uno de los más importantes productores y exportadores de maíz y de soja, que dispone, además, de mano de obra entrenada, tierras fértiles y –sobre todo– agua en abundancia.
Almarai, creada en 1991, es una de las mayores compañías de productos lácteos y derivados en el Golfo Pérsico, y sus exportaciones se extienden a los países árabes vecinos. La firma fue fundada por el príncipe Sultan bin Mohamed al Saud, que aún posee la mayor cuota de acciones desde que fueron puestas a la venta en el mercado saudita, en 2005.