Este miércoles a las 19 los socios de Newell’s tendrán la posibilidad de aprobar el Balance del ejercicio 2018/19, y de alguna manera convalidar una gestión que en los dos últimos años logró una estabilidad en los números, con ajustes que en algunos casos atentaron contra lo deportivo, pero ordenaron un club que estaba camino al abismo.
El ejercicio que concluyó el 30 de junio arrojó un superávit de 209 millones de pesos, una cifra más que interesante. Y un dato para destacar es la reducción del pasivo en casi un 20 por ciento. La deuda de Newell’s es de 11 millones de dólares, dos menos que el ejercicio anterior. Y esa cifra no refleja los ingresos por la venta de Enzo Barrenechea (2,5 millones de euros limpios) ni Ezequiel Ponce (800 mil euros).
“El horizonte se observa mejor que en otros años”, reza el encabezado el texto que aparece en la página oficial del club. Y está a la vista. Atrás quedó aquel 2016 conflictivo, con deuda a empleados, jugadores, atrasos en los pagos previsionales y de Afip.
“El análisis del año se puede cerrar con la referencia a dos puntos que en otros ejercicios eran de difícil control, que hoy están completamente estabilizados y que son un fiel reflejo del camino que transita la economía de la institución. Se trata del cumplimiento del pago de sueldos al personal, que está al día en tiempo y forma, tanto con los jugadores y cuerpo técnico, como exige Superliga, como con el personal estable de planta. Y el pago de las cuotas del fideicomiso, que actualmente tiene en depósito la reserva de fondos para el pago de la cuota de octubre y prevista con fondos de ingreso seguro a la próxima, correspondiente a abril 2020”, explica un informe del club, reflejando una realidad muy distinta a aquella que incluso llevó a Newell’s a ser sancionado por Superliga con quita de puntos.
“El período 2018-19 presenta resultados positivos sobre lo actuado e indicadores optimistas para el próximo, que son consecuencia de muchas buenas decisiones, algunas incluso tomadas en ejercicios anteriores. Unas fueron difíciles de aceptar en su momento, pero necesarias para avanzar y sacar al club del complejo terreno en el que estaba. Otras, que parecían poco relevantes en lo inmediato, cobraron dimensión y se convirtieron en importantes en el mediano plazo”, asevera la dirigencia, reconociendo que el proceso de cambio, con control del doctor Fabián Bellizia, generó inestabilidad deportiva, algo que cambió en este último receso con la llegada de refuerzos de jerarquía.
La escrituración del Complejo La Ilusión de Ricardone; las mejoras constantes en el Centro Deportivo Griffa, con el hotel funcionando, nuevos vestuarios para reserva y hockey, y en proceso de colocación de torres de iluminación para la cancha de sintético; la restructuración de inferiores con la llegada de Enrique Borrelli y el Maestro Griffa, que permiten tener en el plantel profesional y en la camada de juveniles jugadores cuya valoración provoca un posible bienestar económico; son algunos de los puntos que destaca el club en este ejercicio que hoy será evaluado por los socios en Asamblea.
Los concurrentes para la aprobación de la Memoria y Balance deben ser socios mayores de 21 años, con tres de antigüedad en cualquier categoría y la cuota de septiembre paga.
