La semana que pasó fue decisiva para los 180 trabajadores que construyen las viviendas del proyecto Sueños Compartidos de la Fundación Madres de Plaza de Mayo. La filial local de las Madres quedó en manos de la Federación de Cooperativas Todos Unidos, que depende del Movimiento Evita. Ahora, los trabajadores esperan que sus salarios se estabilicen aunque ven con optimismo el futuro, ya que en el convenio que firmaron con la nueva empleadora quedó en claro que serán los mismos trabajadores quienes construirán las viviendas de calle Sorrento, es decir la segunda etapa del proyecto y apuestan a seguir creciendo. El proceso va a ser lento, ya que primero tendrán que dejar de ser empleados de la Fundación para pasar a ser parte de la Federación. La expectativa crece, y los trabajadores apuestan a que puedan seguir construyendo viviendas en Rosario. En tanto, esperan que llegue una partida de dinero para darle el último toque a las primeras 36 viviendas que están a punto de ser inauguradas.
“No lo tomamos como una victoria, sino como un desafío”, explicó Rodolfo Fernández Bruera, el referente del proyecto en Rosario.
Según detalló, fue alentadora la firma de un convenio en Buenos Aires entre la Federación de Cooperativas Todos Unidos, mediante el cual la Fundación Madres de Plaza de Mayo le traspasa la obra y con ella a los trabajadores. “Hay que esperar ahora que la Fundación liquide la deuda a los trabajadores, y para la próxima semana empezarán a regularizar los salarios”, indicó Fernández Bruera. En rigor algunos pagos se hicieron el viernes.
Y agregó que la previsibilidad está dada por el propio desarrollo de las obras, ya que las mismas cumplimentaron los plazos y no presentan desfasajes económicos.
A fines de la semana pasada, los trabajadores fueron informados sobre las novedades. “Recién estamos digiriendo las novedades. Estuvimos con la Federación de Cooperativas y se los trasmitimos a los trabajadores”, destacó el referente de Sueños Compartidos.
En la reunión con la nueva empleadora se discutió la situación financiera, cómo iba a ser el traspaso y los detalles que hacen a la nueva situación.
Fernández Bruera explicó además cómo serán los pasos a seguir. “Primero tenemos que cortar la relación de dependencia con la Fundación Madres y después pasar a ser empleados de la Federación”, destacó.
Además, aseguró que la Federación “hace la gauchada” de emplearlos en relación de dependencia ya que no dan los tiempos para formar una cooperativa y de esa manera quedaron a nivel de la Uocra.
“Paso a paso, el cambio es mucho, vamos a resolver las cosas de a poco. La Fundación Madres tiene que pagar, porque continúa la relación de dependencia”, afirmó. Luego, tienen que recibir el telegrama de despido y el dinero adeudado. Es que la Uocra tiene un convenio por el cual cada trabajador aporta cada mes un porcentaje de su sueldo que al finalizar su relación de dependencia, ya sea por despido o por renuncia, recibe todo el dinero aportado.
Una vez que los trabajadores liquiden su relación con las Madres, deberán realizar sus exámenes preocupacionales y allí recibirán el alta en la nueva patronal.
“Apostamos a esta obra y a Sorrento. Cuando se hace la sesión se habla de que vamos a construir Sorrento. Hay que ponerse de acuerdo con la Municipalidad para trabajar juntos y hacer nuevos proyectos”, aseguró.
Mientras esta transición ocurre, 36 viviendas casi listas esperan ser inauguradas. “Nos falta un poquito de dinero para los servicios”, aseveró.
El proyecto habitacional ideado e iniciado por Madres de Plaza de Mayo que se realiza en Rosario había quedado paralizado luego de que las denuncias contra Sergio Schoklender sobre manejos irregulares pasaran al ámbito judicial.
A fines de julio, luego de que se profundizaran las acciones judiciales por presuntas maniobras fraudulentas de Schoklender, el Ejecutivo nacional decidió redireccionar la gestión del programa Sueños Compartidos de la Fundación Madres de Plaza de Mayo a las áreas de Vivienda de las provincias donde se levantaban los complejos habitacionales: Chaco, Misiones, Buenos Aires, Río Negro y Salta, todas ellas con gobiernos peronistas. Pero en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires y en Rosario quedó un vacío legal. Esta circunstancia puso en vilo a los trabajadores y beneficiarios finales del proyecto, ante el atraso en el cobro de sueldos y la incertidumbre sobre la continuidad de las obras.
Finalmente, la semana pasada se materializó una salida: la administración legal de los fondos del ambicioso plan de viviendas, en ambos distritos, fue asignada a la Federación de Cooperativas Todos Unidos Limitada.