Un pequeño movimiento, un paso al costado, apenas un saltito y el tiro se arma rápido, se carga la bala en la recámara de un gatillero que no tiene como costumbre fallar. Sebastián Pereira construyó a lo largo de décadas de carrera en el básquet rosarino una reputación merecida de lanzador sólido, constante, y se ganó el respeto de compañeros y rivales. Hoy esa historia de triples está muy cerca de terminar para dar paso a nuevos horizontes. Será el viernes en Villa Gobernador Gálvez y frente a Talleres en donde el bombardero de zona sur se despida de Náutico, de la ciudad, y del básquet.
“La decisión de dejar obviamente que no fue fácil, pasaron 32 años desde que me inicié, pero hay proyectos personales y familiares muy importantes que hoy por hoy están por delante del básquet. Si miro para atrás, nunca hubiese pensando poder seguir compitiendo a los 41 años”, le contó a El Ciudadano el escolta, que emprenderá un viaje deseado y un nuevo proyecto de vida familiar.
Aunque intente no tomarlo como un juego especial, el del viernes no será un partido más, y por eso eligió tener cerca a sus afectos.
“El viernes será mi último juego, tanto mi novia como mis viejos van a ir para hacer el aguante, intento pensarlo como un partido más, pero son tantos años que es imposible no ponerme sentimental. Los que me conocen saben la pasión y dedicación que le puse a esto”, explicó Pereira, de larga trayectoria, pero también de permanencia extendida en casi todos los clubes en los que le tocó jugar.
Al momento de elegir algunos recuerdos, tarea no muy sencilla, Seba repasó: “En todos estos años hay muchos momentos importantes que siempre los voy a recordar, mis inicios en Caova, mis años en Tiro Suizo con campeonato de juveniles, serie histórica con Saladillo, pero sobre todo Tiro Suizo me dio mis amigos (hoy la Banda de Bordi). Después recuerdo el campeonato del 2005 con Central en otra serie terrible con Sportsmen, y más cercano a estos años me quedo con todo lo vivido en el Estu, Ciclón, Caovita y hoy mi actualidad en Náutico, que es un club increíble, en el que me hacen sentir muy cómodo y me permiten seguir compitiendo”.
“De Tiro no quiero dejar de mencionar al Pochi (Jorge Leone), que fue y será el mejor técnico que tuve. En lo deportivo, pero también nos enseñó mucho como personas a toda esa camada de tiro”, agregó el escolta.
Sebastián también es entrenador y durante las últimas campañas trabajo en Caova. Esa despedida tampoco es fácil: “La despedida de mis alumnos de Caova fue brava sentimentalmente, son seis años trabajando en el club y pasaron muchos chicos. Gracias a Dios creamos un vínculo hermoso, recibí muchísimo cariño de partes de todos los chicos y de los padres. Soy un agradecido de poder haber trabajado tanto tiempo en el club en el que empecé mi recorrido en el básquet, en algún punto me siento identificado con mis alumnos”.
Rara cosa ser apreciado en dos de los rivales de zona sur, destinado a pocos que se lo ganaron en base a respeto y buenas actitudes dentro y fuera de la cancha. Serán los últimos tiros para Sebastián Pereira en una noche realmente especial.
