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«Los únicos que quisieron democratizar el rugby fueron los jugadores desaparecidos»

El abogado y escritor Julián Axat, hijo de un rugbier desaparecido por la última dictadura, ve un "tufillo a negacionismo, a negar lo masivo y popular y quedarse en la distinción de clase" en el gesto de Los Pumas frente al seleccionado de Nueva Zelanda, que homenajeó a Maradona con su haka

El abogado y escritor Julián Axat, hijo del ex rugbier desaparecido durante la última dictadura Rodolfo Jorge Axat, aseguró que en la ausencia de un homenaje a Diego Maradona por parte de Los Pumas y la dirigencia ante los All Blacks hubo «un tufillo a negacionismo, a negar lo masivo y popular y quedarse en la distinción de clase»; y que los únicos que quisieron democratizar el rugby fueron justamente los jugadores desaparecidos.

Axat, de 44 años, padre de dos hijas y que compitió en las divisiones juveniles de La Plata Rugby Club -en el que jugó su padre-, es funcionario de la Procuración General de la Nación, a cargo del programa Atajo, que lleva las fiscalías generales a las villas.

En diálogo con Télam, dijo también que la dirigencia y los jugadores de rugby argentinos están criados con valores «miserables y restrictivos»; y que en el ambiente de ese deporte hay una «microcultura» que se sostiene en «el patriarcado y la violencia revanchista».

¿Qué lectura tenés del «homenaje» de Los Pumas a Maradona en contraste con el que hicieron los All Blacks?

Los All Blacks entendieron perfectamente quién era Maradona y consideraron que aprovechar la apertura del partido y homenajearlo junto al tradicional haka era una manera también de hermanarse con los contrincantes argentinos; es decir, una forma más de caballerosidad en el gesto generoso de los All Blacks en las reglas del rugby. Creo que lo que ellos no se esperaban era que los Pumas se iban a quedar helados, sin hacer nada, vaciados de gesto y en el puro silencio. Porque, mas allá de las disculpas posteriores, en esa gestualidad se deja entrever como un tufillo a negacionismo por parte de Los Pumas y su dirigencia. Maradona, como ídolo popular masivo que trasciende incluso todos los deportes, es entendido mejor por los All Blacks que por la selección que lleva su camiseta, acostumbrada a negar lo masivo y lo popular y quedarse en lo elitista, en la distinción de clase.

¿Hay un hilo que conecta la visita de catorce All Blacks a la ex Esma en 2019 con el homenaje a Maradona?

Yo creo que sí, es el hilo invisible o ahora demasiado visible, que impide a esta altura a la UAR realizar un gran homenaje a sus 152 jugadores desaparecidos, después de 44 años del último golpe militar. Esa promesa surgió nuevamente gracias a la visita que hicieron los All Blacks a la ex ESMA y que motivó que con los organismos de derechos humanos y familiares le escribamos una carta a la dirigencia de la UAR, diciéndoles «como es esto que los All Blacks fueron a un CCD y ustedes nunca hicieron nada». La UAR nos recibió, prometió un partido homenaje, y todavía estamos esperando… Ese hilo invisible es llegar tarde o simplemente negar a esta altura la memoria de lo ocurrido. Como se niega la memoria de un ídolo popular, se niega la memoria de los 30.000 desaparecidos, entre los 152 que jugaron ese deporte.

¿Fue un ejemplo lo que hicieron los All Blacks?

Sí. Evidentemente los All Blacks y su dirigencia tienen muy claro el problema de la memoria, la verdad y la justicia. Quizá su proveniencia de otro ámbito social, su integridad ética y sus convicciones sea aquello que los diferencia de nuestra selección y su dirigencia, criada en otros valores sociales, mucho más miserables y restrictivos.

¿Cómo calificás o qué ocurre con la dirigencia del rugby local que aún no reconoce a los jugadores detenidos-desaparecidos?

En la dirigencia del rugby argentino hay de todo, pero lamentablemente hegemoniza una pertenencia de clase que busca la distinción a través de mecanismos que distancian, elitizan, cierran, reproducen valores de casta que se hereda de padres a hijos. Esto excede al juego que nada tiene que ver (lo que ocurre dentro de la cancha). Es lo que está por fuera. Hay dos valores muy jodidos de esa dirigencia: el patriarcado y la violencia revanchista. Ambos a veces se conjugan y producen una microcultura que sale hacia afuera y es escandalosa. Se traduce en actos de xenofobia, actos racistas, negacionistas o violencia brutal hacia otros sectores sociales como lo vimos en Villa Gesell con el asesinato del chico (Fernando) Báez Sosa.

¿Notás que a las estructuras del rugby no les interesa democratizar sus reglas?

Los únicos que intentaron abrir esas reglas o democratizarla son los jugadores de rugby que están desaparecidos, porque con su militancia en los 60/70 mostraban que afuera de la cancha era posible vincularse a otros valores. Exponían la identidad clase. Después hay intentos de democratizar esas reglas de casta o de pertenencia, y son experimentos geniales, como los de Club Virreyes, el rugby femenino, el rugby en las cárceles, Tobas Rugby, el rugby que la gente de Los Tilos lleva a los Institutos de Menores de La Plata, etc. Pero son experiencias marginales que no logran perforar las reglas de pertenencia miserabilista que rodean y hegemonizan por fuera al juego del rugby en Argentina.

¿Existe la cultura rugby? ¿Cuál es?

Existe algo así como la microcultura rugby, ese conjunto de reglas sociales que hacen a un microclima de pertenencia y posición, a un ethos de prestigio y también de socialización, que no logra construir una «cultura» en sentido general. Son sectores medios y medios altos, construyendo maneras de sociabilidad cerradas que aparentan ascenso, llevando a sus hijos los sábados y domingos a jugar en autos de alta gama, quedándose los padres a mirar el entrenamiento y hablando de negocios en el tercer tiempo; y las madres en un rol bastante sumiso y estereotipado que sostiene la mirada patriarcal de estar ahí tan pasiva.

La Plata RC puso una placa para homenajear a sus jugadores detenidos desaparecidos. ¿Por qué nunca se hizo un tributo merecido?

La placa de los desaparecidos de LPRC dice algo así como «a los desaparecidos y víctimas de los 70» y están sus nombres. La frase me parece un desastre, pero al menos la placa está allí, en el quincho del club, y eso fue un hecho importante. La frase muestra las contradicciones de la dirigencia. Estaría bien cambiar la placa algún día e incorporar los nombres de los jugadores que faltan y de paso cambiar la frase, poner algo así como «a los jugadores de rugby víctimas del terrorismo de Estado 1975/83 que pasaron por este club y a través de su compromiso revolucionario dieron el ejemplo y soñaron con un mundo mejor».

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