Bruno Cervino vivía en el Fonavi de Grandoli y Gutiérrez y buscaba un lugar más seguro para su familia. Arroyo Seco le pareció una buena opción y sacó un crédito Procrear para construir su casa y mudarse. Con esfuerzo compró un lote en Tierra de Sueños Boating en Arroyo Seco, a 30 kilómetros de Rosario. Era septiembre de 2014. Le habían prometido que podría escriturar en 60 días y entrar a construir en 120. Cinco años más tarde nada de eso pasó. No le entregaron el terreno y perdió el crédito. Hoy sigue viviendo en Rosario con su esposa y sus hijas de 6 y 2 años gracias a otro crédito que sacó y que aumenta con cada salto de la inflación.
Cervino se sumó a los más de 50 vecinos y vecinas que se sienten estafados por la firma Aldic, a cargo de la comercialización de los terrenos de Tierra de Sueños. Ese grupo presentó en 2016 una demanda colectiva en la Justicia contra los desarrolladores.
Desde entonces reclaman la escrituración de los terrenos y que la firma termine las obras de infraestructura que faltan. También que les den un resarcimiento por los daños ocasionados por incumplir y hacer publicidad engañosa.
La causa, que está a cargo del Juzgado de Distrito Civil y Comercial de la 10a Nominación, pasó este año a la etapa de mediación.
Los vecinos sueñan con una condena similar a la que la Justicia santafesina dio un grupo de desarrolladoras inmobiliarias por un caso similar en Casilda, donde tuvieron que resarcirlos con un millón de pesos.
De pesadilla
No contentos con el avance del caso en la Justicia este año los vecinos fueron a protestar a la apertura de sesiones del Concejo municipal de Arroyo Seco. Pedían que el Estado intervenga. Cada vez que pueden mantienen reuniones con funcionarios municipales, concejales y representantes de la empresa para buscar una solución.
“Queremos un marco legal para lo que compramos. Tenemos el boleto de compra venta, pero queremos escriturar y asegurarnos que las tierras son nuestras”, dijo Cervino a El Ciudadano.
Siete años después de que los terrenos salieran a la venta, un grupo de concejales presentó un proyecto para que la Municipalidad de Arroyo Seco haga una excepción en su normativa y les permita escriturar con el compromiso de la empresa de terminar las obras que adeudan. Luego de cuatro reuniones no lograron acordar cuál será la garantía que pondrá la firma. Quedan dudas sobre si la desarrolladora debe ceder parte de los terrenos como parte de una reserva fiscal.
Este debía ser el lugar
El predio tiene 55 hectáreas sobre la ribera del Paraná. Cuando salió a la venta, la empresa destacó que el desarrollo contaría con 1.300 lotes, 10 torres de departamentos –que según el proyecto tendrían entre 20 y 30 pisos– y 3 mil camas náuticas. A pesar de la promesa publicitaria de vivir en un lugar confortable y casi paradisíaco, nada de eso sucedió.
Como todos los Tierra de Sueños que se desarrollaron en la región, el loteo lo lleva adelante una firma presidida por Alberto Di Carlo, un pastor evangelista que supo convertirse en el referente inmobiliario más importante del sur santafesino.
De necesidad
Luciana es otra de las 50 demandantes. Compró un lote en 2015 cuando estaba embarazada de su hijo. Su marido trabaja cerca de Arroyo Seco y querían empezar una vida en esa ciudad. Hoy viven de prestado en una casa en Rosario y perdieron la inversión que habían hecho en el loteo.
«Depositamos todos nuestros ahorros y fuimos estafados. No hay avances de mi obra en el predio”, dijo Luciana y agregó que en otro sector un grupo de 30 familias pudo construir, pero vive solo con luz y agua de obra. Según ella, cada vez más vecinos se suman a la demanda colectiva.
Otro de los compradores contó que Aldic sólo entregó un tercio de los lotes vendidos. La gran mayoría aún no tiene la posesión de su parcela y no pudo escriturar.
Mal desde el inicio
La firma Tierra de Sueños comenzó a vender los terrenos en 2012. Pero ya desde un inicio el gobierno provincial le clausuró las obras.
Por entonces, la compañía no había presentado los estudios de impacto ambiental que deben ser aprobados por el Estado a todo desarrollador previo al inicio de cualquier obra. La firma logró levantar al poco tiempo la sanción y así pudo seguir adelante con la comercialización.
Casilda, el antecedente
A principios de abril la Justicia provincial condenó a la desarrolladora inmobiliaria Tierra de Sueños por no entregarles a compradores la posesión de un terreno en Casilda.
En el contrato que habían firmado la empresa se comprometía a hacerlo en 2012, pero siete años más tarde no había avance alguno. Por los daños ocasionados Tierra de Sueños y Aldic debieron pagarles a los inversores cerca de un millón de pesos, entre capital e intereses.
También tuvieron que devolverles las sumas abonadas y fueron condenados a pagar otros 500 mil pesos que iban a ser distribuidos en partes iguales entre el resto de los compradores del loteo.