La tregua que dio la pandemia en Argentina durante la última parte de 2020 posibilitó un nivel de actividad casi idéntico al que se registró previo a la llegada del coronavirus al país. Industria, comercio y construcción, lideraron la recuperación con un impacto favorable en el empleo. Hacia fin de año se recuperaron 2 de los 2,5 millones de pérdidas laborales en grandes aglomerados urbanos.
Pese a estos indicadores, en paralelo se mantuvo un ritmo inflacionario que impactó directamente en ingresos de trabajadoras y trabajadores. Esto generó una pérdida promedio del 27% en los ingresos del sector privado, no registrado y público.
Según el informe mensual del Mirador de la Actualidad Económica y del Trabajo (Mate) que encabeza Sergio Arelovich, en medio de fuertes retrasos salariales, sobre todo en el sector público, “el dólar pareciera comenzar a jugar un papel como ancla inflacionaria y la tasa de devaluación del peso se redujo”.
Teniendo en cuenta estas variables económicas y que se avecina un año electoral, desde el centro de estudios advirtieron que el componente inflacionario será “un tema crítico” a atender, dado los niveles que acumuló durante el último tiempo.
En los últimos siete meses (de agosto a febrero) la inflación mensual publicada por el Indec para todo el país superó el umbral del 3%. Durante ese período el promedio mensual fue de 3,4% y de esta manera el valor interanual trepó al 40,7% en febrero.
En el último trimestre (de diciembre a febrero) los precios mayoristas tuvieron un incremento del 17% mientras los minoristas sufrieron una suba del 12%. Preocupa que aún resta trasladar esos cinco puntos porcentuales a los consumidores.
Pérdidas
A propósito de los consumidores, el informe del Mate, expone las pérdidas sufridas a raíz del fenómeno inflacionario durante los últimos años y profundizada durante el año de pandemia.
Comparando con el mayor nivel alcanzado en 2015 el poder de compra de los salarios se redujo 27% en promedio. Este número se compone a partir de una pérdida del 23% para el sector privado registrado, del 30% para el privado no registrado y del 31% para el sector público.
Ante este escenario, queda de manifiesto que para recuperar el nivel de entonces (picos de 2015), los salarios deben comenzar a recorrer un sendero que aumente su poder adquisitivo un 36%.
Al observar este panorama, el gobierno decidió intervenir a través de “un ancla cambiaria” para frenar la devaluación del peso. En ese sentido, el informe del Mate expuso: “En los últimos meses se observa una importante reducción del ritmo de devaluación, que en marzo alcanzó el mínimo valor de todo un año”.
De enero a marzo de este año, la devaluación mensual bajó del 3,7% al 2,4%. En esa dirección va la principal estrategia del gobierno para frenar las tensiones inflacionarias en los próximos meses.
Mientras tanto, el Banco Central de la República Argentina (BCRA) comienza a mostrar una leve recomposición de sus reservas. Luego de meses de fuertes pérdidas (U$S 4.734 millones entre agosto y noviembre), en los últimos cuatro meses se recuperaron U$S 852 millones.
Si bien el dato marca un buen indicio, por el momento la economía sigue sin poder traducir el saldo comercial favorable en una mejora significativa del volumen de reservas. El desendeudamiento del sector privado es la principal razón.
Empleo
El primer semestre del año atravesado por la pandemia y las restricciones provocó una pérdida de 2,5 millones de empleos en Argentina. A partir del segundo semestre, y de la mano de la apertura paulatina de la actividad, para fin de año se recuperaron 2 millones de puestos laborales.
De esos datos se desprende que la recuperación parcial se dio a partir del empleo informal y cuentapropista. Si bien el empleo formal no tuvo pérdidas significativas durante ese proceso, fue un sector que no logró reincorporar a la masa trabajadora que perdió.
Al respecto, desde Mate indicaron: “La prohibición de despidos y el resto de las medidas para evitar la pérdida de puestos de trabajo permitió sostener el empleo registrado sin caídas significativas durante la pandemia. Las y los trabajadores informales, más desprotegidos, no sufrieron la misma suerte”.
Ya durante febrero, la economía alcanzó el 98,7% de la actividad que tenía durante el período pre pandemia, con algunos sectores operando casi de manera normal.
Algunos sectores como la industria, comercio y construcción se encuentran con niveles de actividad superiores al resto. Se trata de rubros con fuerte demanda de mano de obra: el 65% del empleo privado es generado en esas actividades que ya se recuperaron.