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Lucila De Ponti: “Lo que vemos dentro del frente de frentes son un montón de contradicciones”

“Lo único que los junta es la posibilidad de ganarle al peronismo”, disparó la diputada provincial del Movimiento Evita sobre la alianza Unidos para Cambiar Santa Fe. Pero también advirtió puertas adentro del PJ: “No alcanza con la unidad para poder gobernar transformándole la vida a la gente”

La diputada provincial Lucila De Ponti es una referenta del Movimiento Evita, uno de los integrantes de la alianza entre el peronismo y Ciudad Futura en la ciudad de Rosario. De Ponti acumula experiencia legislativa nacional y provincial, y todo hace prever que se encamina a integrar una lista de diputados provinciales en las próximas elecciones primarias. Tiene una mirada crítica sobre el gobierno provincial de Omar Perotti y repita la consigna de “un peronismo que no se resigne a convivir con los problemas”. Tampoco duda en cruzar al recientemente oficializado frente de frentes, al que le ve “un montón de contradicciones” y la única intención “de ganarle al peronismo”. Además, considera que la política en general está “yendo en un camino muy destructivo” y al peronismo le advierte: “No alcanza con la unidad para poder gobernar y transformarle la vida a la gente”.

—Se viven en el país momentos muy difíciles desde lo económico, con la inflación volando y las variables financieras por momentos desatadas. ¿Cómo repercute todo esto en los barrios, donde ustedes tienen la base de acción?

—Creo que la realidad de los barrios es que a lo largo de toda su historia muchas veces han transcurrido momentos críticos y hay como cierta sabiduría de cómo se atraviesan esas crisis y de cómo pelear el mango y arreglarse con lo que hay. Pero es indudable que hoy estamos en un momento muy difícil, donde estas cuestiones que se ven en términos de corridas bancarias, que parece se corresponden más al sistema financiero, van teniendo también un impacto en la vida cotidiana de los argentinos. Y para aquellas personas que tienen menos espalda para poder de alguna manera protegerse frente a lo que pasa, las consecuencias son más duras.

Creo que por suerte en la Argentina los últimos 20, 30 años se ha construido un tejido importante de organizaciones sociales, de instituciones religiosas, de un montón de organizaciones comunitarias que están en el territorio y que funcionan también como un refugio frente a estos momentos. Entonces, de alguna manera se buscan las estrategias para que no falte la comida o para ir resolviendo unas cuestiones muy básicas. Pero no hay que dejar de decir que estamos en un momento de muchísima preocupación con respecto a lo que va a pasar.

—¿Cómo ves que impacta esa realidad en la expectativa electoral? 

—A mí me parece que para transitar este proceso electoral lo primero que hay que hacer es tener desde la política mucha humildad y mucha responsabilidad, para poder entender y asumir la situación en la que estamos. Que quizás los dos principales problemas que tenemos desde la perspectiva de la ciudad de Rosario, que es la economía y la seguridad, no se han podido resolver o hemos llegado a esta situación por responsabilidad de todos los sectores de la política, de una generación que ha gobernado las distintas instancias en los últimos años.

Entonces me parece que lo que no hay que hacer es tomar este momento de campaña como un nuevo espacio para seguir profundizando consignas marquetineras, eslóganes que no tienen nada que ver con lo que después se puede hacer realmente desde el Estado, seguir profundizando la grieta, lo que de alguna manera nos pone en posiciones irreconciliables con otros sectores políticos.

Me parece que la responsabilidad y la humildad nos tienen que llevar a volver a construir un diálogo mucho más sincero y mucho más serio con la sociedad, que también nos permita ir acortando esa distancia tan grande que se fue creando y que fue creciendo, donde una gran parte de la sociedad ha quitado sus expectativas en la política, en términos de que efectivamente la política y la gestión sirvan para mejorarle la vida.

Entonces me parece que a mí me gustaría ver una campaña en la cual podamos efectivamente discutir propuestas, discutir programas, discutir cómo lo vamos a hacer, y no tanto una política en guerra, mucho más interesada en echarse culpas mutuamente, en generar impacto y show mediático. Asumir lo que está pasando y pensar cuáles son los acuerdos que necesitamos para poder resolverlo, sin mentir, sin decir cosas que después no van a tener nada que ver con lo que efectivamente podemos hacer. Y también creo que eso es un desafío muy importante para los que somos un poco más jóvenes, venimos como una nueva generación, pidiendo también más espacio y haciéndonos cargo de que creemos que podemos también aportar soluciones para que los gobiernos de nuestros territorios sean mucho mejores.

—¿Imaginás una campaña distinta a las anteriores?

—Eso es lo que yo quiero.

—¿Pensás que puede pasar, debido a la urgencia y a la gravedad de los problemas?

—Me parece que todo es posible. Lo que yo quiero y deseo que pase, y para lo que vamos a trabajar, es esto que te dije: una campaña en la cual discutamos ideas, en la cual discutamos programas, y cosas que efectivamente puedan suceder. La generación política que nos ha gobernado de los distintos lugares hasta hoy, la veo mucho más en esa sintonía de seguir tirando misiles, de seguir generando una guerra mediática, ese show que no redunda nunca en soluciones ni en propuestas. Y la verdad que me da mucha tristeza, porque veo a la política yendo en un camino muy destructivo con respecto a lo que puede pasar en el futuro.

—Esa actitud autodestructiva de la política está dando origen, vos ponías el acento en los jóvenes, a que muchos de ellos se vuelquen a propuestas de extrema derecha.

—Yo creo que la referencia o cierta identificación que genera Milei con los jóvenes tiene mucho más que ver con una actitud de rebeldía o de bronca que él expresa en su discurso, de enojo, con la cual buena parte de la sociedad puede identificarse, sobre todo lo juventud, que vive en una sociedad que le da pocas oportunidades, donde tiene muchísimos obstáculos para construir sus proyectos de vida. Podemos pensar desde la educación, el trabajo, la posibilidad de pagar un alquiler, bueno, en Rosario todas las dificultades que tenemos para transitar por el espacio público, con respecto al tema de la inseguridad. Creo que esos jóvenes lo que ven en Milei es alguien que grita fuerte ese enojo que ellos también tienen. Ahora, me parece que cuando vamos un poquito a fondo y pensamos en qué es lo que él está proponiendo, no es una salida. Es un estado de naturaleza y de guerra mucho peor del que tenemos ahora.

Lo que sí yo pondría la autocrítica o pondría un signo de pregunta respecto de qué hacemos los sectores históricos y clásicos de la política, los partidos tradicionales frente a esto. Porque también creo que los jóvenes ven a muchos políticos más interesados en conservar sus espacios de privilegio, en conservar una banca, un espacio desde el cual seguir formando parte del Estado, que en poder usar la política y la gestión para poder transformar la realidad. Entonces ahí nosotros tenemos un problema y me parece que el problema fundamental es el paradigma desde el cual nos plantamos para hacer y para relatar, en términos de convocar a través de un mensaje, qué es lo que entendemos por política y por qué queremos hacer política, y por qué queremos ser gobierno, por ejemplo, de esta ciudad y de esta provincia.

—¿Cómo imaginás en ese marco la propuesta del Frente de Todos?

—Nosotros hace mucho que tenemos la certeza de que lo que se construyó en 2019, tanto en Santa Fe como en la Argentina, fue un punto de partida. Fue un momento en el cual era necesario construir un marco de unidad para terminar con un ciclo de políticas neoliberales y de empobrecimiento que fue el gobierno de Macri. Eso de 2019 tiene que ser un piso para nosotros, no puede ser un punto de llegada.

Y la experiencia de estos cuatro años de gobierno, tanto de Alberto como de Perotti, nos señalan justamente que tenemos que poner más esfuerzo, más creatividad y más audacia en pensar cuál es la herramienta política y el programa político que tenemos para hacer gestión de gobierno en nuestros territorios. No alcanza con la unidad para poder gobernar transformándole la vida a la gente.

Necesitamos construir posibilidades de poner en el centro la agenda social, la agenda de problemáticas que todos los días aquejan a nuestro pueblo. Ese es el debate que nosotros queremos dar al interior del Frente de Todos. Yo no quiero hacer campaña diciendo lo malo que puede tener un compañero o compañera con quien compito en la interna. No me gusta ver al candidato a gobernador de Omar Perotti criticando sistemáticamente al gobierno nacional, no porque el gobierno nacional no tenga ninguna responsabilidad en los problemas que tenemos, sino porque el gobierno provincial ha dejado muchísimos déficits en lo que ha sido su gestión, y hay que hacerse cargo también de eso.

Hay que hacerse cargo de la imposibilidad de alcanzar determinados resultados, en las dos gestiones, porque si no seguimos repitiendo más de lo que ya vivimos y, para mí, recetas que ya han fracasado. Así que a mí lo que me parece es que necesitamos inaugurar una etapa en la que podamos dotar de calidad al debate, a las propuestas, y sobre todo a la práctica, a lo que después efectivamente se hace.

—Hablemos un poco de Rosario.

—En Rosario nosotros venimos acompañando la candidatura a intendente de Juan Monteverde, de Ciudad Futura, con quienes venimos llevando hace mucho tiempo un diálogo para construir esta posibilidad de encontrarnos en la concreción de un programa político electoral, porque tanto los compañeros de Ciudad Futura, como compañeros de otras organizaciones, son personas o fuerzas con las que desde hace mucho tiempo nos venimos encontrando en el territorio, en las luchas, en las construcciones colectivas, pero que no habíamos tenido hasta ahora la capacidad de poder construir un programa de gobierno conjunto.

Y ése es el paso que hemos dado, y que también, con mucha valentía, los compañeros de Ciudad Futura han decidido formar parte de un debate más amplio para las internas junto con otros sectores del Frente de Todos, para poder construir un nuevo movimiento, un nuevo frente, que tenga la potencia suficiente para gobernar la ciudad de Rosario. Que es algo que en la historia democrática no ha sucedido, porque siempre los gobiernos han sido de otro signo político.

Nosotros creemos que esta ciudad se puede gobernar de forma distinta, y se puede gobernar mejor. Lo principal es hacerse cargo de que Rosario tiene la capacidad, como gestión local, de resolver muchos de los problemas que la atraviesan. Que no todo lo que nos pasa en Rosario se resuelve solo por la acción o por la intervención de la provincia o de la Nación. Eso es un primer paso. Tenemos que hacernos cargo de toda la potencialidad que tiene un gobierno local y de todas las herramientas que tiene una sociedad tan grande y tan rica.

—¿Te referís al tema seguridad?

—En todo. Después sí, por supuesto, hay otros debates que tienen que ver, por ejemplo en seguridad, con una complejidad mayor, donde las fuerzas de seguridad tienen que ver con el orden provincial y también con el orden nacional. Pero necesitamos un liderazgo político que emerja desde lo local para poder ordenar eso, y poder construir ese tan mentado acuerdo entre los sectores políticos, entre los distintos poderes del Estado, para que podamos definir e implementar un plan de pacificación de Rosario a largo plazo, me refiero a 10 o 15 años, y que las distintas gestiones las puedan sostener. Y ese liderazgo tiene que surgir desde esta ciudad, porque somos los rosarinos los que todos los días vivimos con este problema, deteriorando nuestra calidad de vida.

Entonces, sobre la seguridad nosotros tenemos dos certezas: una es que hay que abordarla desde una mirada multidimensional, persiguiendo al delito complejo, fortaleciendo la acción de las fuerzas de seguridad en la persecución del delito, y una mirada muy fuerte de integración social, sobre todo en los territorios periféricos de la ciudad. Pero por otra parte esto tiene que estar sostenido en una política de seguridad de Estado, que se sostenga en el tiempo y que, sin eso, difícilmente podamos tener la capacidad de hacerle frente a un problema y a un enemigo como las mafias, como el narcotráfico, de una dimensión tan compleja y tan grande como el que enfrentamos en Rosario.

Y no solamente porque sean grandes estructuras delictivas, porque muchas veces no lo son, porque tenemos una situación en Rosario donde la violencia se ha entramado como práctica y como lenguaje en la vida de muchos de nuestros ciudadanos. Y eso hay que empezar a revertirlo haciendo muchas cosas al mismo tiempo, pero con mucha inversión y mucho respaldo político.

—¿Se puede agregar alguien al acuerdo entre Ciudad Futura y estos otros sectores del peronismo?

—Desde ya es un planteo que incorpora y convoca, por empezar, a todo el peronismo. A todos los sectores del peronismo, que es un sector muy representativo en la ciudad de Rosario, y que en las últimas elecciones fuimos segunda fuerza. Ese encuentro, esa unidad, con los compañeros de Ciudad Futura, y otros compañeros que vienen más de una tradición de centroizquierda, pueda incorporar a todos los actores y compañeros que forman parte de este gran abanico de la política. Pero también incorporando a actores del mundo de los trabajadores, del empresariado, de la cultura, del deporte, del emprendedurismo.

Nosotros pensamos que Rosario puede ser mejor, que puede ser distinta, una ciudad donde se viva sin miedo, sin miedo a la inseguridad, pero también sin miedo a la incertidumbre económica, a no poder pagar el alquiler, a no tener trabajo, a quedarte sin tomar el colectivo. Esto se puede hacer si los rosarinos podemos construir ese acuerdo que nos permita poner del otro lado a quienes vienes obstaculizando que esto suceda. Que pueden ser las mafias vinculadas a las organizaciones delictivas pero son también los actores económicos que crecen sobre la pobreza del resto de la ciudad. Una ciudad que urbanísticamente es absolutamente desigual y ese también es otro gran debate que tenemos que dar: cómo Rosario se construye en una ciudad moderna, una ciudad integrada, que garantice derechos y oportunidades para todos.

—¿Este armado local tiene réplica en la provincia?

—Sí, nosotros venimos trabajando con los compañeros una propuesta del orden provincial, acompañado la candidatura de Eduardo Toniolli (a gobernador) en la interna, con la misma idea de poder dar este debate al interior del peronismo, acerca de qué peronismo queremos. Nosotros queremos un peronismo transformador, un peronismo que no se resigne a convivir con los problemas. Un peronismo que no se resigne a gestionar los problemas.

—¿El desafío sería entonces recuperar para el peronismo las palabras rebeldía y revolución?

—Sí, efectivamente, el valor del concepto de la transformación. Lo que nosotros vimos en estos cuatro años de gestión es un peronismo edulcorado, un peronismo que se sentó a la mesa con los actores privilegiados de la provincia, sin plantearles una planificación de un proyecto de provincia que nos permita crecer de manera más equitativa. Santa Fe es uno de los motores productivos del país y encabeza los índices nacionales de crecimiento de la actividad económica.

Pero es una provincia rica con ciudadanos pobres, que tiene el 80 por ciento de la exportación del país, pero tiene territorios enteros sin acceso al agua potable y sin la posibilidad de generar puestos de trabajo, porque la infraestructura no está construida. Ese es el debate que creemos que hay que dar para que Santa Fe pueda ser realmente una provincia que lidere los índices en términos de desarrollo humano, en términos de desarrollo del conjunto, no solamente de los poderosos.

Y nos parece que en los cuatro años de gestión el peronismo renunció a esa agenda, por decisión o por incapacidad, pero nosotros queremos que esa sea la centralidad de un proyecto de gobierno, donde el peronismo forme parte con otros actores, porque con el peronismo solo no alcanza, pero que tengamos la claridad firme de que hay que gobernar para transformar Santa Fe.

—Hoy el frente de frentes ya es una realidad. ¿Cómo se enfrenta el peronismo a ese armado?

—Me parece que el frente de frentes es Juntos por el Cambio en la provincia, expresa ese modelo, que desde hace tanto tiempo vivimos a nivel nacional y ahora se vive también en Santa Fe, con la desaparición del Frente Progresista y la consolidación de este nuevo armado, que tiene un denominador común, que es ganarle al peronismo. Después, lo que vemos dentro ahí adentro son un montón de contradicciones. ¿Cuál es el modelo económico que van a llevar adelante? ¿El que tenían los gobiernos del Frente Progresista, de la producción y el trabajo, o el de Mauricio Macro, de la especulación financiera y de la bicicleta bancaria? ¿Cuáles son los derechos que se van a priorizar en ese gobierno? ¿Se van a destruir también ministerios o se va a buscar el achicamiento del Estado como vienen señalando los referentes de Juntos por el Cambio a nivel nacional, eliminando ministerios que para nosotros son muy importantes y tienen que ver con la ampliación de derechos para muchos sectores de la ciudadanía? Me parece que todas esas contradicciones las tendrán que resolver, pero lo único que los junta es la posibilidad de ganarle al peronismo. Y el peronismo va a dar pelea y todo este trabajo que estamos haciendo de ampliar la mirada y darle calidad a nuestra propuesta política tiene que ver también con eso.

—¿Qué lugar vas a ocupar en ese armado?

—La verdad es que toda mi energía está puesta en este desafío que hemos decidido transitar, este nuevo proyecto que tiene muchísimas posibilidades de ser victorioso en la ciudad de Rosario, pero que también tiene posibilidades de plantar una semilla importante a nivel provincial, pueda ser exitoso en términos de poder transmitir este mensaje a la sociedad, que la política es una herramienta para transformar, que la gestión es una herramienta para mejorarle la calidad de vida a la gente y que esto se hace con la gente siendo protagonista de los procesos de transformación y de los procesos políticos. Mi energía está puesta ahí y el lugar que ocuparé en las listas será una consecuencia de lo que vaya pasando.

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