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Luis Arce asumió la presidencia de Bolivia con un discurso conciliador sin mencionar a Evo Morales

"Gobernaremos con responsabilidad e inclusión afrontando los cambios para que Bolivia vuelva a la senda de la estabilidad. Venceremos a la pandemia y triunfaremos sobre la crisis porque somos un pueblo luchador", dijo el flamante mandatario en su mensaje de asunción ante el Parlamento

Luis Arce Catacora asumió este domingo al mediodía como presidente constitucional de Bolivia al prestar juramento ante la Asamblea Legislativa Plurinacional con un discurso de tono conciliador y sin aludir a su mentor político, el ex mandatario Evo Morales.

«Iniciamos una nueva etapa en nuestra historia y queremos hacerlo con un gobierno que sea para todos y todas sin discriminación de ninguna naturaleza. Nuestro gobierno buscará reconstruir nuestra patria en unidad para vivir en paz», remarcó el flamante mandatario boliviano.

«Gobernaremos con responsabilidad e inclusión afrontando los cambios para que Bolivia vuelva a la senda de la estabilidad en el menor tiempo. Venceremos a la pandemia y triunfaremos sobre la crisis porque somos un pueblo luchador», afirmó en su mensaje ante el Parlamento, de unos 30 minutos.

Arce evitó referirse a su padrino político y jefe de su partido, el Movimiento al Socialismo (MAS), Evo Morales, quien tiene previsto retornar a Bolivia este lunes desde su exilio en la Argentina, al cumplirse un año de su abrupta salida del poder.

Vestido con traje azul y camisa clara, sin corbata, Arce puso su mano derecha sobre el corazón para jurar «por los próceres de la independencia, por nuestra Madre Tierra, por los dioses de nuestros ancestros, por nuestras hermanas y hermanos que dieron la vida por la democracia y por la igualdad entre todos los seres, desempeñar las altas funciones como presidente del Estado Plurinacional de Bolivia, en estricto cumplimiento de la Constitución Política del Estado y las leyes del Estado Plurinacional de Bolivia».

El «sí, juro» con que respondió a la extensa fórmula desató un ola de aplausos y gritos de «jallalla» (viva en idioma aimara), mientras el vicepresidente David Choquehuanca, quien asumió minutos antes y condujo la Asamblea Legislativa, completaba el juramento.

«Si así lo hace, que nuestros próceres de la liberación, que nuestros héroes contra el Estado colonial y el pueblo boliviano lo premie, caso contrario lo castigue. Queda, hermano, usted posesionado como presidente del Estado Plurinacional de Bolivia», completó Choquehuanca entre los aplausos de todo el recinto.

En los balcones estaban el presidente Alberto Fernández, el rey de España, Felipe VI, junto al vicepresidente de su país, Pablo Iglesias; el presidente paraguayo Mario Abdo Benítez, y de Colombia, Iván Duque, entre otras delegaciones internacionales.

Tras la jura, Choquehuanca le colocó la banda presidencial tricolor y la medalla de presidente, con una cinta con los mismos colores de la bandera de Bolivia, y todos cantaron el himno, en un clima de emoción, con el puño izquierdo en alto.

El flamante mandatario se mostró muy emocionado en algunos momentos de su discurso, cuando se le quebró la voz. La televisión mostró las lágrimas que corrían por el rostro de Arce mientras entonaba el himno nacional tras haber recibido el mando de la nación.

Pese al discurso conciliador, criticó brevemente a la ex presidenta de facto, la derechista Jeanine Añez, a quien responsabilizó de haber promovido la persecución política y provocado la crisis económica tras una deficiente gestión de la pandemia, reseñó la agencia de noticias AFP.

«Vamos a recuperar los niveles de crecimiento que el gobierno de facto hizo añicos y lo haremos reduciendo la pobreza y las desigualdades económico y sociales», remarcó Arce, tras sostener que repondrá el modelo económico implantado durante los 14 años de gobierno de Evo Morales (2006-2019), el cual en casi 12 años fue ministro de Economía.

En primer término, Choquehuanca -indígena, al igual que Morales- hizo un emotivo discurso en el que tampoco mencionó al líder cocalero forzado a renunciar hace un año luego de haber ganado una elección presidencial con un resultado que fue rechazado por una auditoría de la Organización de Estados Americanos (OEA) en un polémico pronunciamiento, ya que nunca probó el fraude electoral que denunció. Por el contrario, estudios académicos hechos en Estados Unidos demostraron que la victoria de Morales había sido limpia.

Morales felicitó desde la Argentina a su delfín: «Junto al pueblo, cuidaremos al gobierno, a nuestro proceso de cambio, trabajaremos por la unidad y saldremos de la crisis económica por el bien de próximas generaciones», escribió en su cuenta de Twitter.

El ex mandatario retornará este lunes desde la frontera con la Argentina, donde se refugió tras un breve asilo en México, para recorrer unos 1.110 kilómetros por tierra hasta la región cocalera del Chapare, donde lo aguardarán sus bases campesinas.

La jornada de asunción del nuevo gobierno había comenzado a las 7 con una ceremonia ancestral en la plaza Murillo, en La Paz, de la que participaron Arce y Choquehuanca, en la que se recordó a los muertos en las masacres de Sacaba (Cochabamba) y Senkata (El Alto), tras la destitución de Morales.

El Consejo Nacional de Amautas y Guías Espirituales inició los actos protocolares de posesión pidiéndole a la Pachamama y al Tata Inti unidad, reconciliación entre los bolivianos y sabiduría a los nuevos gobernantes para sacar adelante al país y recuperarlo de la crisis que se encuentra sumido en la actualidad.

«Jamás será pisado el poncho, somos dueños legítimos de la Patria, los inquilinos nos quisieron engañar pero no somos vengativos, los perdonamos, pero debemos reconciliarnos y espero que reflexionen», manifestó el Abuelo Lucas, presidente vitalicio del Consejo de Amautas Ancestrales de Tiwanaku.

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