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Luis Lamas en la ciudad

Por: Ernesto Del Gesso

Concluimos la primera parte señalando que luego de su paso por la presidencia interina del Uruguay y la senaduría por el departamento de Canelones, encontramos a don Luis Lamas con su nueva familia constituida con Ana Hunt y el hijo de ambos, Luis Lamas Hunt, establecidos en Rosario. La radicación fue definitiva y raíz de un árbol genealógico que llega hasta nuestros días, pero cuyas primeras ramas exhiben nombres que, además de arraigarse social y económicamente en la ciudad, se destacaron en la política local. Cada uno en su tiempo, él, su hijo y el nieto, llegaron a gobernar Rosario. Los dos primeros desde la jefatura política, que comprendía la función de intendente y, como tal, el nieto.

Las razón de su partida de Montevideo ha quedado envuelta en un misterio que, por lógica, generaron distintas versiones sin asidero documental, razón por lo cual la omitiremos hasta que las investigaciones permitan conocerlas con certeza. Diferentes son las especulaciones que pueden hacerse sobre el porqué de venir a Rosario. Algunas opiniones asignan a la decisión de establecerse aquí por cuestiones de índole económicas, no desechables, dado que la plaza era óptima, máxime que era el principal puerto de la Confederación y don Lamas no era ajeno a los negocios, quizás tampoco lo era doña Ana Hunt, perteneciente a una familia de hacendados. Otros historiadores consideran que el motivo tiene su explicación en una estrategia política planificada a futuro.

El siguiente desarrollo de la nota describe la actuación de don Luis Lamas en la ciudad a partir de su llegada en 1858, y los acontecimientos venideros que se producirán en el ámbito local. Después de conocerlos se podrá tomar posición con respecto a esta última opinión sobre la presencia del uruguayo en Rosario. Mientras sea coherente, toda deducción será válida, por cuanto hasta el momento no hay documentos que avalen la idea de plan y no los habrá, si no existió.

Al margen de las causas de su asentamiento en Rosario, don Luis Lamas tenía una trayectoria política conocida y no les faltarían relaciones en este ámbito y tampoco en las económicas.

En 1860 la ciudad creó su municipalidad y para tal efecto en enero de ese año se eligieron 10 municipales para la Corporación Municipal. A sólo dos años de su establecimiento en la ciudad, don Luis será electo vicepresidente del cuerpo, pero deberá renunciar por cuestiones de salud. Repuesto, a mediados del año se hará cargo de la Policía del Departamento Rosario, función que cumplió con gran eficacia debido a la experiencia obtenida en Montevideo como inspector de Policía, según vimos en la primera parte.

En la Confederación se vivía el triunfo de Cepeda en octubre de 1859, pero el 11 de septiembre de 1861 en Pavón empieza otra etapa en la historia argentina. El vencedor, por obsequio de Urquiza al retirarse estando en situación ventajosa, fue el general don Bartolomé Mitre, nuevo hombre fuerte del país, a quien a pesar de muchas críticas se le debe la organización definitiva del estado argentino. Al día siguiente de la batalla estaba en Arroyo Seco, a pocas leguas de Rosario, la primera ciudad de importancia y puerto principal de la Confederación. Un detalle que puede ser de interés para la historia local es la presencia de militares uruguayos en el ejército victorioso, entre ellos Venancio Flores.

En la ciudad estaba acampado parte del ejército de la Confederación que la evacuó entre los días 7 y 9 de octubre. El 11 estaba en ella la avanzada del de Buenos Aires y al día siguiente el general Mitre designa a don Luis Lamas Regueira como jefe político interino de Rosario. Las instrucciones escritas otorgaban amplios poderes para actuar en las contingencias que se detallan en la misma. El documento es suficientemente demostrativo de la difícil circunstancia de gobernar en una ciudad en medio de dos ejércitos, uno en avance y otro en retirada.

Todavía no se había producido el golpe definitivo al poder militar e institucional de la Confederación. La noche del 22 de noviembre estando parte de su ejército acampado en Cañada de Gómez, sufrió un ataque sorpresivo que lo dispersó. El cuerpo principal, Urquiza lo había cruzado a Entre Ríos y no se movería de allí.

La designación de Lamas fue confirmada por el gobernador interino Domingo Crespo el 4 de enero de 1862. Las atribuciones de jefe político incluían ser presidente de la Corporación Municipal, función que fue superada ampliamente en las cuestiones de seguridad para lo que redactó el Reglamento Policial de Campaña rescatando todo lo abandonado, principalmente armas, para evitar el bandolerismo. Aumentó la vigilancia interna con más serenos y fundamentalmente evitó el saqueo. Muchas de las personas que huyeron de la ciudad por el peligro de la guerra regresaron alentadas por las medidas tomadas. Además, se cumplió con la acción humanitaria en la atención de más de medio millar de heridos. Debe incluirse el saneamiento de las finanzas.

Pero todo esto no fue suficiente mérito para el nuevo gobernador de Santa Fe, Patricio Cullen, quien el 1º de marzo de 1862 designa como jefe político de Rosario a don Pedro Benegas sin aviso previo ni pedido de renuncia a quien desempeñaba el cargo.

Lamas no discutió el derecho del nombramiento por parte del gobernador como legalmente estaba establecido, ni nada tenía con el señor Benegas, sino la falta de ética por la forma con que actuó. Si bien fueron factor de este hecho las insidias del ministro de gobierno Joaquín Granel, no debe desecharse la presencia de Venancio Flores en la ciudad capital de la provincia a la que había ocupado militarmente y nombrado jefe político a Cullen en aquel momento, quedando este jefe político muy supeditado al jefe militar. La razón por la que se agregó en líneas anteriores la presencia del uruguayo Flores en el ejército de Mitre se debió a que podría haber sido un obstáculo para la posición de Lamas en la nueva situación, que en general le era muy favorable por su vinculación con Mitre. Esto lo hemos visto en la primera parte, donde también leímos los enfrentamientos en la política oriental.

Recordemos que Flores perdió su poder a manos de los mismos colorados, entre ellos Lamas, y principistas blancos que estaban cansados de la prepotencia caudillista, siendo muy posible una actitud de resentimiento por parte del militar uruguayo que haya tenido influencia en la decisión de Cullen de efectuarla en forma tan desmedida. De todos modos, la participación de don Luis en la política local no termina con este hecho. Además, esa última etapa de su historia se prolonga más allá de su muerte. Singular situación que veremos en la tercera y última parte de esta breve historia de don Luis Lamas Regueira.

Historiador

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