El fiscal federal que investiga al empresario rosarino Luis Alberto Paz como jefe de una organización dedicada a la venta de estupefacientes, además de lavado de dinero proveniente de esos ilícitos, pidió que la causa sea elevada a juicio oral. En un extenso escrito, Walter Rodríguez detalló que la banda comenzó a operar en 2012 y continuó hasta fines de 2018, con los allanamientos del 10 de diciembre que terminaron con Paz y otras cinco personas detenidas y procesadas como integrantes de la organización dedicada a comercializar drogas ilegales. Se trata del arquitecto santafesino Andrés Fernando Cantelli, considerado su mano derecha, Hugo Omar Díaz, Alejandra Urunde, Claudia López y Carlos Suárez.
El fiscal le atribuye a Paz haber “organizado actividades ilícitas vinculadas al narcotráfico interjurisdiccional, con esporádicos aportes de financiamiento, encabezando una estructura jerárquica caracterizada por la división de funciones y alternancia de algunos de sus miembros ejecutores”. Y a los cinco restantes “haber tenido en su poder de manera conjunta y organizada, con fines de comercialización, los estupefacientes secuestrados” en sus viviendas durante los allanamientos, tenencia agravada por la intervención de dos o más personas.
A modo de introducción, Rodríguez delimita el inicio de la banda en 2012, año “donde encontramos los primeros episodios concretos reveladores del conflicto narcocriminal en Rosario y alrededores”, lo que el fiscal atribuye a los vínculos entre Paz y el clan Cantero de la banda Los Monos.
Para el fiscal, “tal relación quedó al descubierto a partir de un hecho trascendente para entender la trama de conflictos interpersonales que potenciaron la ocurrencia de los acontecimientos”: El crimen de Martín “Fantasma” Paz el 8 de septiembre de 2012 y la posterior investigación que puso la mira en los integrantes de Los Monos. Si bien esa pesquisa nunca esclareció quién mató al Fantasma, terminó en una megacausa por asociación ilícita con duras condenas a los cabecillas del clan que tenía asiento en zona sur.
Rodríguez recordó que al momento del crimen de Martín Paz, su hermana Mercedes “tenía un vínculo sentimental” con el líder de Los Monos Claudio “Pájaro” Cantero, asesinado meses después, en mayo de 2013.
“Dadas las circunstancias referidas, no es posible descartar que tales episodios hayan obedecido a disputas relativas al control territorial del mercado ilegal de drogas”, argumenta Rodríguez.
El señor de los cielos
El fiscal hace referencias a escuchas telefónicas realizadas por fuerzas provinciales y federales. De esas conversaciones resalta el modo en que mencionan a Paz: “Yo para avisarle al jefe”, o “¿Usted le dijo al señor de los cielos los costos?”. El fiscal aclara que “es de público conocimiento que tal apodo fue otorgado a Amado Carrillo Fuentes, quien fuera líder del Cartel de Juárez en México a razón de la flota de aeronaves con las que contaba para traficar estupefacientes”.
Pero se basa en tres hechos concretos para atribuirle el liderazgo de la banda narco.
El primero es la “operación autopista” por la que “no hubo imputación pero se reconstruyó con escuchas”. Según la acusación, la operación fue desplegada en la madrugada del 4 de septiembre de 2018 y su objetivo era trasladar droga desde Santa Fe a Rosario. Las escuchas revelaron que participaron tres vehículos, uno conducido por Luis Paz cuya función era generar alertas a favor de los ocupantes que trasladaban la mercadería. Y un segundo vehículo conducido por el arquitecto Cantelli, posiblemente acompañado por una mujer, que cumplía la función de enlace comunicacional entre Paz y el resto de la maniobra, cuyo tercer auto conducía Hugo Omar Díaz: “Paz protagonizó y direccionó la conducción del resto como nexo común entre todos ellos”.
El segundo elemento de prueba son los allanamientos del 10 de diciembre de 2018 con secuestro de estupefacientes y la detención de los seis acusados.
Y la tercera es “la camioneta de calle Godoy”, como el fiscal se refiere a otra causa judicial que se acumuló iniciada un día después, el 11 de diciembre, contra Paz y Cantelli, por tenencia con fines de comercialización.
Según explica, se encontró una camioneta estacionada cerca de la casa del arquitecto, en Santa Fe, con varios trozos compactos de marihuana que sumaban casi 150 kilos.
El proveedor
Un inconveniente con la calidad de la mercancía le sirvió al fiscal para confirmar que Paz era el jefe, ya que debió ocuparse de resolver el problema. “Paz diagramó la logística para que el estupefaciente provisto por Germán Exequiel Velázquez llegue a su destinatario, Hugo Díaz, y que luego, en torno a inconvenientes suscitados en torno a la mala calidad del producto, haya sido el mismo Paz la persona encargada de canalizar los reclamos y proponer soluciones”.
Así menciona varias escuchas donde hablan de “papeles que están mal”, y “paquetes” para revisar. Además advierte que varias conversaciones entre Paz y Velázquez, apuntado como proveedor de la banda desde Paraguay, lo captan en Clorinda, Formosa, Margarita Belén, Chaco, Paso de los Libres y Corrientes.
Voluminoso
En relación al lavado de activos, para el fiscal es inexplicable el patrimonio voluminoso que posee el empresario integrado por inmuebles, vehículos y dinero. “Paz puso en circulación en el mercado bienes provenientes del comercio ilícito”, dice, para que adquieran “apariencia lícita”. Y agrega que mucho de esos bienes ni siquiera están a su nombre, sino que figuran testaferros o sociedades. Así, en un análisis de la evolución patrimonial del empresario analiza los rubros en los que inscribió sus empresas en la Afip y las declaraciones juradas, cuya mayor parte “fueron presentadas sin actividad o con movimientos menores.
Entre ellas su relación con el ex sargento de policía Edgardo Baigoría, hermano de un ex jefe de Drogas Peligrosas de Santa Fe, quien cayó en abril último junto su socio Emanuel González, hijastro de Paz.
En relación a los vehículos que figuran a nombre Paz, o de empresas que él manejaba, menciona autorizaciones para conducir un mismo vehículo a nombre de Baigoría y González. Su relación con el policía aparece también reflejada en comunicaciones telefónicas.