Por Juana Rams
El juez federal de Santa Fe Francisco Miño amplió el procesamiento al ex mánager de box Luis Paz y su sindicada mano derecha, el arquitecto Andrés Fernando Canteli, por los casi 147 kilos de marihuana que los investigadores encontraron, un día después de la detención de ambos, en el interior de una camioneta en la capital provincial. La droga fue hallada a metros de la casa del arquitecto. La ampliación había sido solicitada por el fiscal federal de la causa, Walter Rodríguez, quien a la vez solicitó la captura internacional de Gabriel Exequiel Velázquez, de 24 años, a quien considera el proveedor de drogas desde Paraguay del ex empresario pugilístico. Paz, enfrentado con el clan Cantero luego de que asesinaran a su hijo Martín en septiembre de 2012, ya había sido procesado por el magistrado Miño en diciembre pasado como jefe de una asociación ilícita dedicada al narcotráfico y por lavado de activos.
El 10 de diciembre pasado, Paz fue detenido junto con el arquitecto santafesino Canteli, Hugo Omar «Gali» Díaz, Alejandra Urunde, Claudia López y Carlos Suárez, durante 24 allanamientos realizados en las ciudades de Rosario, Santa Fe y Villa Constitución. Como resultado de los procedimientos, los policías secuestraron en algunos de los domicilios 800 gramos de cocaína y una cantidad similar de marihuana.
El 26 de ese mes, el titular del Juzgado Federal N° 2 procesó a Paz como organizador de una asociación ilícita que tenía por fin la comercialización de estupefacientes, y a los demás como integrantes de la misma banda. También formalizó la acusación para el empresario, a quien en las escuchas de la causa lo llaman El Señor de los Cielos –en referencia a Armando Carrillo Fuentes, líder del cártel de Juárez, México–, el Tío o el Jefe, por presunto lavado de activos de origen ilícito.
Esta resolución fue apelada por el abogado de Paz y el 14 de junio pasado los jueces de la Sala B de la Cámara Federal de Rosario, Élida Vidal y Guillermo Toledo, resolvieron que las pruebas existentes en el expediente eran suficientes para establecer el grado de sospecha que requiere el procesamiento.
A 24 horas de los allanamientos en los que detuvieron a Paz y las otras seis personas, un llamado anónimo alertó a la Policía sobre un utilitario Peugeot Boxer abandonado con las ruedas pinchadas y la puerta trasera abierta en la cuadra de Godoy al 4500, del barrio 7 Jefes de Santa Fe.
Los uniformados llegaron pasadas las 23 y encontraron casi dos centenares de envoltorios de diferentes tamaños que tenían un fuerte olor a cannabis. Por eso, llamaron al personal de la Brigada Antinarcóticos de la capital provincial, quienes comprobaron que se trataba de marihuana, cuyo cargamento llegó a un peso total de 146,800 kilogramos. Lo curioso de este secuestro fue que el utilitario estaba a metros de la vivienda de la sindicada mano derecha de Paz, el arquitecto Canteli, quien había sido apresado un día antes.
Fue en ese marco, y tras contar con los resultados de los peritajes realizados a los celulares incautados y la declaración de los vecinos de la cuadra donde hallaron el cargamento, que el fiscal Rodríguez solicitó la ampliación de la acusación para Paz y Canteli.
“Luis Alberto Paz junto a Andrés Fernando Canteli tenían poder de disposición sobre el rodado mencionado y el material estupefaciente incautado en su interior; el cual, conforme a las circunstancias de modo, tiempo y lugar del hallazgo, estaba destinado a su comercialización, actividad que los nombrados desplegarían juntos”, describe el fallo del juez Miño para agregar que sospechan que la droga había sido proveída por Velázquez, con quien Paz tuvo una reunión el 12 de noviembre de 2018, en la estación de servicios de la firma Axion Energy Argentina, ubicada en el kilómetro 6 sobre la ruta nacional 168 frente a un supermercado de la red Walmart, según la pesquisa.
El 2 de junio pasado, se realizaron dos allanamientos en Paraná para dar con Velázquez, los cuales dieron resultado negativos. En ese marco, el fiscal Rodríguez solicitó el pedido de captura internacional para el joven, sindicado como proveedor de drogas de Paz.
En el fallo, que se dio a conocer este martes, se describió que tanto Canteli como Paz dijeron en esta última indagatoria desconocer la procedencia de la camioneta y negaron cualquier vínculo con el cargamento de marihuana. Con respecto a Velázquez, el empresario indicó que lo conoce por ser el padrino de su nieta y que mantuvo reuniones con él, debido a que tenían un negocio que no prosperó.
Sin embargo, el juez federal consideró que las declaraciones de los dos hombres carecían de respaldo y resolvió ampliar el procesamiento a Paz y Canteli por el delito de tenencia de estupefacientes con fines de comercialización, agravado por la intervención de tres o más personas en forma organizada en relación con los casi 147 kilos de marihuana incautados en Santa Fe. Además, el juez Miño ordenó que continúen en prisión preventiva y subió el embargo de Paz a un millón y medio de pesos y para Canteli a 300 mil.
La investigación
El fiscal federal Rodríguez comenzó la pesquisa sobre el ex empresario pugilístico como desprendimiento de la “causa de Edgardo Baigoría”. Este último hombre es sargento y hermano de un ex jefe de Drogas Peligrosas de Santa Fe, quien cayó en abril último junto su socio Emanuel González, hijastro de Paz, acusados de ser los organizadores de una banda dedicada al narcotráfico y lavado de activos.
De acuerdo con la información del Registro de Comercio santafesino, Baigoría y González comparten la sociedad Distinción SRL, que presta servicios de grúas y remolques. A su vez, su hijastro también aparece en la sociedad Paz SRL, en la que integra el directorio con las hijas de Luis, Belinda y Mercedes Paz (ésta fue pareja durante del asesinado líder de Los Monos Claudio «Pájaro» Cantero durante cinco años), junto con la ex esposa de Luis Paz, Ana María Ferrari.
Para la acusación, Paz, de 63 años, posee “un patrimonio voluminoso” que está compuesto por inmuebles, vehículos, dinero y empresas, lo que le valió el primero de los procesamientos como organizador de tráfico de estupefacientes y lavado de activos.
El acusado, que se definió en la indagatoria como un empresario polirrubro, es dueño de una firma de transporte y un negocio de venta de electrodomésticos, entre otras actividades comerciales. Vivía desde hace unos años –luego del crimen de Cantero, que estuvo sospechado de instigar– en una casa en el country Los Molinos, entre la ciudad de Santa Fe y la localidad de Rincón, desde donde comandaba las operaciones ilícitas, según sospechas de las pesquisas.
El 28 de diciembre pasado, el juez Miño consideró que “es posible afirmar con suficiente verosimilitud que desde tiempo indeterminado y cuanto menos a partir del mes de abril de 2014 y hasta el 10 de diciembre del corriente año, el nombrado (por Paz) llevó a cabo comportamientos compatibles con el de organizador de actividades de tráfico ilícito de estupefacientes, caracterizada por la división de funciones y alternancia de algunos de sus miembros ejecutores”. Y agregó que “contribuyó con esporádicos aportes de financiamiento de actividades ilícitas vinculadas al narcotráfico, aportando los medios económicos imprescindibles para su despliegue”.