Una misa convertida en acto político respaldando al ex presidente Luiz Inácio Lula da Silva se inició pasadas las 11 en las afueras de San Pablo a cargo del obispo emérito de la ciudad de Blumenau, Angélico Bernardino, quien convocó a la «resistencia pero en la lucha pacífica y dándonos las manos contra el arbitrio».
Las versiones indican que el ex ministro de Justicia José Eduardo Cardozo comanda las negociaciones para que Lula se entregue después de la misa en homenaje a la ex primera dama Marisa Leticia Rocco, quien hoy cumpliría 68 años.
Lula pasó la segunda noche en el Sindictao de Metalúrgicos de Sao Bernardo do Campo, Gran San Pablo y después de 48 hora salió a la calle para participar del acto, subido a un escenario, luego de que ayer a las 17 venciera el plazo que le había otorgado el juez Sérgio Moro para entregarse a la policía.
«Nuestro hermano Lula, un hombre que surgió de las entrañas del pueblo y logró ser presidente, reelegirse y nombrar a su sucesora, reelecta también», dijo el obispo.
Al lado de Lula se encontraban la ex presidenta Dilma Rousseff, el ex canciller Celso Amorim y el acto fue abierto por el ex secretario general de la presidencia, Gilberto Carvalho, el principal nexo con los movimientos de base de la Iglesia Católica con el Partido de los Trabajadores, con llegada al papa Francisco.
Lula tiene una historia vinculada a los movimientos católicos de base, al punto que en 1980, cuando fue detenido por 31 días por la dictadura militar, se celebraron misas en las fábricas para pedir su liberación.
Miles de personas gritaban «Lula Libre», «Lula no se entrega» y «Resistencia» en una misa que contó con cantos populares como «María María» y «O que é, o que è», un clásico samba de Gonzaguinha que hizo famoso Maria Bethania, la hermana de Caetano Veloso.
#AHORA Lula Da Silva llega a la misa en honor de Marisa Letícia Rocco, su difunta esposa que este sábado habría cumplido 68 años. pic.twitter.com/bgnDMQIxLb
— C5N (@C5N) 7 de abril de 2018