El presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula Da Silva, aclaró que no conversó aún con su par argentino, Javier Milei, ni lo hará hasta que el libertario «pida disculpas» al país vecino por las “tonterías” que dijo cuando era candidato. Además, le aconsejó: “Que no quiera gobernar el mundo”. Tras conocerse las declaraciones del fundador del PT durante una entrevista de la cadena UOL, el vocero presidencial Manuel Adorni intentó bajarle el precio al encono entre ambos jefes de Estado, con rara aclaración: «(Milei) no ha cometido nada de lo que tenga que arrepentirse, al menos por ahora”, dijo.
“El presidente (Milei) tiene que pedir disculpas a Brasil y a mí. Él dijo muchas tonterías. Sólo quiero que pida disculpas”, afirmó Lula. En campaña, lo había tildado de “comunista” y “corrupto” numerosas veces. Hasta amenazó, coo también hizo con China en dos casos en los que tuvo que volver sobre sus pasos, con romper relaciones diplomáticas.
El líder brasileño aludió al mandatario argentino cuando le preguntaron por el extraño ingreso a la Argentina de partidarios de Jair Bolsonaro condenados por el asalto a la Cámara de Diputados y al Palacio del Planalto de Brasilia el 8 de enero de 2023, lo que fue calificado por la justicia brasileña como un intento de alzamiento inconstitucional. Ahí fue cuando Lula señaló que no conversó con Milei sobre ese tema porque aún esperaba el pedido de retracción por sus insultos. “Sólo quiero que pida disculpas. Argentina es un país que me gusta mucho, es importante para Brasil y Brasil es muy importante para Argentina”, aclaró que el entuerto no es entre los respectivos pueblos.
“El pueblo brasileño y el pueblo argentino son más importantes que los presidentes”, insistió el fundador del Partido de los Trabajadores. Y envió un mensaje alusivo a las pretenciones de grandeza del libertario: “Si el presidente de Argentina quiere gobernar Argentina, está bien. Pero que no intente gobernar el mundo”.
Los dichos del brasileño se colaron este miércoles en la conferencia de prensa de Adorni. El vocero respondió a la consulta sobre el particular, pero con un agregado que hizo aún más ruido: “Todo lo que el presidente Lula pretenda, está bien, está dentro de sus deseos y se los respetamos, pero el presidente no ha cometido nada de lo que tenga que arrepentirse, al menos por ahora”.
Adorni buscó desactivar el evidente malestar brasileño con una anécdota: “En el G7 con Lula no han hablado de manera bilateral, se han encontrado de forma casual y se han saludado cordialmente como deben hacer dos presidentes de dos naciones”, dijo.