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Lula recuperó la libertad tras estar preso 580 días y fue ovacionado

En su primer discurso tras la liberación, el ex presidente brasileño denunció que “sectores podridos del Estado, la Fiscalía, la policía y el Poder Judicial han actuado para criminalizar a la izquierda, al Partido de los Trabajadores y a su propia figura"

El ex presidente brasileño Luiz Inácio Lula  da Silva abandonó este viernes la prisión de Curitiba donde se encontraba recluido desde abril de 2018 por delitos de corrupción, en medio de una ovación de cientos de sus seguidores.

Lula cruzó las puertas de la Superintendencia Regional de la Policía Federal de Pará a las 17.40 de este viernes (hora local), siendo recibido por una multitud de simpatizantes que coreaban su nombre.

La excarcelación fue decretada por la Justicia a pedido de la defensa, luego de que el Supremo Tribunal Federal decidió anteayer por mayoría considerar inconstitucional la prisión de una persona condenada en segunda instancia y con recursos de apelación pendientes.

Lula, presidente brasileño entre 2003 y 2010, fue aclamado por cientos de seguidores e integrantes del campamento “Lula libre”, que permanecían a las puertas de la cárcel exigiendo la libertad desde el día en que entró en prisión.

También estaban presentes la presidenta del Partido de los Trabajadores (PT), Gleisi Hoffman, el diputado Paulo Pimenta y el ex senador Lindbergh Farias, entre otros políticos.

Pocos metros después de atravesar el recinto policial, el ex presidente fue rodeado por la multitud; dirigentes del PT informaron que la primera intención de Lula era agradecer su apoyo a esos simpatizantes.

 

“Sectores podridos”

En su primer discurso tras la liberación y arriba de un escenario improvisado, Lula  denunció que “sectores podridos del Estado, la Fiscalía, la Policía y el Poder Judicial han actuado para criminalizar a la izquierda, al Partido de los Trabajadores” y a su propia figura, ante cientos de dirigentes políticos, sindicales y militantes.

“Mucho tiempo pensé en el día de hoy, en que no podría estar aquí con ustedes”, confesó el ex presidente ante los militantes que mantuvieron la campaña por la libertad del líder político frente a la Superintendencia de la Policía Federal de Curitiba, en el sur de Brasil, desde el primer día de su encarcelamiento.

“Ustedes fueron el alimento de la democracia”, agradeció y aseguró que eso le permitió “resistir la canallada que el Estado brasileño hizo conmigo y con el pueblo brasileño”.

Se aguardaba que Lula se desplazara hasta Sao Bernardo do Campo, en el estado de San Pablo, concretamente al sindicato de los metalúrgicos, el mismo lugar donde se despidió antes de entregarse a la policía; se esperaba que allí haga otro pronunciamiento público.

Lula salió en libertad ayer a partir de una decisión del Supremo Tribunal Federal de Brasil en el marco de un proceso de persecución político-judicial que es considerado testigo en la región.

 

De firmes convicciones

“No cambio mi dignidad por mi libertad”, clamaba con su voz ronca y afónica Lula da Silva, el primer presidente obrero de Brasil, quien ayer abrazó su libertad después de un año y siete meses entre rejas condenado por corrupción en un juicio carente de pruebas.

Lula, de 74 años, siempre fue un animal político, un hábil estratega. “Ellos tienen que saber que no detuvieron a Lula, intentaron matar una idea; una idea no desaparece”, expresó el líder del PT al recuperar su libertad.

 

 

 

 

 

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