José Odisio
Ricardo Lunari disfruta de una semana tranquila. El DT interino de Newell’s sabe que la victoria ante Tigre trajo algo de paz por el Parque, y le sumó crédito a su ilusión de ser confirmado como entrenador oficial de la Lepra, aunque para eso deberá pasar un tiempo e hilvanar buenos resultados.
“Sabía que lo de Newell’s pasaba por un tema psicológico, anímico. Había que ganar un partido para romper esa racha y dejar la mochila que arrastraban los jugadores. Por eso se festejó tanto la victoria”, detalló el DT en diálogo con el programa “Ni más ni menos”, en radio La Red.
En cuanto a lo futbolístico, el entrenador dio algunas pautas sobre la modificación del esquema, que fue un 4-4-2 con doble nueve. “La idea del doble nueve fue una idea en conjunto. Queríamos tener presencia en el área rival sin desordenarnos tanto. Había una desesperación por ganar como sea. A mí me gusta jugar con 4-3-3 o 4-2-3-1 o 4-3-1-2, pero consideramos que este esquema nos iba a dar más seguridad”, confió.
La alegría por la victoria y cortar la racha histórica sin anotar goles no sólo fue un festejo de los hinchas, sino de todos. “Cuando el árbitro confirmó el gol de Newell’s fue el momento más lindo. No veía la hora de gritar un gol de Newell’s. No es un partido más, no es que hoy ganamos y mañana perdemos. Le cambia el presente o la semana a un montón de gente que se sacrifica y junta peso por peso para ir a la cancha, ¿cómo no vamos a entender esa alegría?”, confió el Cadi.
El segundo examen será Riestra, un rival complejo en especial en su cancha. “Con la pelota podemos empezar a parecernos al Newell’s que yo quiero. Entendemos que Riestra nos la va a ceder. Imagino un partido muy físico y luchado. Tenemos que equivocarnos poco y lejos de nuestro arco”, señaló.
En cuanto a sus aspiraciones, cuando aún quedan 12 partidos de la Liga, Lunari fue claro: “A corto plazo mi objetivo es sacar un buen resultado en Riestra y seguir; a mediano plazo es dirigir varios partidos; y a largo plazo ser el DT oficial de Newell’s”.
Y agregó: “Queremos que los rivales vuelvan a sentir lo que sentían en años anteriores cuando venían a Rosario. Sentían que era imposible ganar en cancha nuestra, los pasábamos por arriba jugando bien”.
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