Este lunes el mercado cambiario local volvió a sufrir fuertes tensiones en el marco de un contexto internacional hostil. El dólar blue sufrió un aumento equivalente al que tuvo durante toda la semana pasada. En las casas de cambio se ofreció a 215 pesos y de esa manera volvió a un valor que no había alcanzado en los últimos cuatro meses. Por su parte, el dólar contado con liquidación (CCL) subió 4,3%, y se ofreció a 237,32; mientras que el MEP marcó un incremento de 3,3% y llegó a 228,28, en el tramo final de la rueda.
En paralelo, los índices bursátiles registraron fuertes pérdidas continuando las mermas del viernes, jornada en la que se conoció el índice inflacionario de mayo en Estados Unidos. El dato significó el mayor récord de los últimos 40 años y estuvo por encima del pico de marzo. Se espera el Banco Central estadounidense (FED) anuncie un endurecimiento de la política monetaria.
El viento norte profundizó las complejidades de la economía y la política local. Durante los últimos días y de acá en más el gobierno nacional se enfrenta al desafío de renovar un importante volumen de títulos locales en pesos, con la particularidad de que buena parte de ellos tienen una renovación de aquí a un año, momento signado por las elecciones presidenciales.
Un considerable porcentaje de esos bonos dejaron de significar una refugio para inversionistas locales. Por desconfianza o por creer que en este contexto el dólar resulta un mejor negocio, fueron abandonando esa herramienta durante los últimos días, y se espera que algo similar ocurra en las próximas semanas.
Como si fuera poco, el ministro de Economía, Martín Guzmán, tuvo que salir este lunes al cruce de versiones opositoras off the record, e incluso publicadas en el diario Clarín, que hablaban de un posible default en pesos. El rumor difundido por referentes de la oposición, hablaba de que ante un eventual cambio de gobierno, no se harían cargo de dicha deuda, sembrando así mayor incertidumbre para quienes pretenden cobrar esos títulos.
Este martes tendrá continuidad una semana más que compleja para el gobierno nacional, en el que se conocerá el índice de inflación de mayo, referencia que determinará el rumbo que adopte el titular del Palacio de Hacienda en relación a la tasa de interés y por ende de la actividad económica durante los próximos meses. Esta alternativa le permite al gobierno ofrecer a los ahorristas una herramienta que intente competir con el dólar, con el riesgo de poner otro palo en la rueda para el acceso a crédito destinado a consumidores o productores. Es decir, una dificultad más para la reactivación.
Suba de tasas
Respecto al tema de fondo, en diálogo con El Ciudadano, el analista financiero, Federico Fiscella, explicó: «La agenda de suba de tasas es el tema estructural. Hoy particularmente y estructuralmente desde hace un tiempo que la FED anuncio una actitud más agresiva, los activos se están pinchando después de tener dólares baratos para vender».
La suba de tasas en Estados Unidos tuvo una repercusión inmediata a nivel local, donde también se da una situación delicada respecto a los vencimientos de deuda en pesos que se le aproximan al gobierno.
En ese sentido, Fiscella detalló: «Esta semana hay una renovación importante de bonos que ajustan por inflación, y el hecho de que la inflación sea alta la obliga a pagar más intereses. Ahora el mismo mercado muestra falta de credibilidad y empiezan los rumores, incluso de funcionarios de la oposición que dijeron que en caso de ser oficialismo no pagarían la renovación».
El clima de incertidumbre provocó un importante desprendimiento de bonos por parte de inversores en los últimos días. En parte por considerar al dólar como inversión más segura pero también al atender las versiones opositoras que rechazan el pago de esos títulos en caso de llegar al gobierno.
«La renovación de deuda a un año, ya entra en terreno político, es cercana a una fecha electoral. Ya tuvo que salir Guzmán a decir que no va a haber problemas para pagar, pero todos saben que la deuda en pesos es muy alta», sostuvo el especialista en finanzas.
Blue por las nubes
En medio de la crisis internacional, el sacudón se hizo sentir en Argentina. Con el aumento registrado durante este lunes, la divisa paralela equiparó el aumento acumulado durante toda la semana pasada, cuando escaló cinco pesos. De esta forma, en pocas horas revirtió la tendencia a la baja que mostró los últimos meses y ahora ya se ubica siete pesos por encima de los valores que mostró en el inicio de 2022.
Con este fuerte incremento, el dólar blue volvió a ampliar la brecha con el tipo de cambio oficial y llegó hasta el 70%.
Si bien esa brecha se volvió a ampliar, no mostró un registro tan importante como el tiene el dólar oficial respecto a los dólares financieros, que sobre la semana pasada también se dispararon y llegaron a los 230 pesos.
Durante este lunes, el dólar contado con liquidación (CCL) subió 4,3%, y se ofreció a 237,32; mientras que el MEP marcó un incremento de 3,3% y llegó a 228,28, en el tramo final de la rueda.
La cotización del dólar oficial cerró hoy en 127,60, con una suba de 51 centavos en relación al viernes pasado. En el segmento mayorista, la cotización de la divisa estadounidense registró un incremento de 51 centavos respecto al cierre previo, en un promedio de 122,30.
Así, el dólar con el recargo de 30% -contemplado en el impuesto PAÍS-, marcó un promedio de 165,88 por unidad, y con el anticipo a cuenta del Impuesto a las Ganancias de 35% sobre la compra de divisas, 210,54.
Mercados en llamas
Mucho de lo que sucede en el mercado cambiario argentino responde a las turbulencias que registra el mercado internacional. El índice inflacionario histórico que sufre Estados Unidos volvió a marcar una nueva jornada negra para la bolsa de ese país y por ende para la cotización de bonos de todo el mundo, incluso argentinos.
En nueve de las últimas diez semanas, las operaciones en Wall Street fueron a la baja. Esto no ocurría desde el año 2011.
El Comité de Política Monetaria del Banco Central estadounidense (FED), se reunirá El martes y el miércoles, y se espera que anuncie un nuevo aumento de medio punto en las tasas, tras la suba de igual tenor del mes pasado y de un cuarto de punto en marzo.
No obstante, algunos economistas incluso prevén que la FED vaya más allá y que en algunas de las próximas reuniones anuncie una suba de 0,75% junto con dos de 0,50%, un ritmo cuya agresividad sería inédita desde 1994.
La situación no era diferente en los índices europeos, sumándose allí como factor la decisión del jueves último del Banco Central Europeo (BCE) de incrementar sus tasas de interés en 25 puntos básicos en su reunión de julio, con otra suba prevista para septiembre que dependerá de la evolución de la inflación.
Otro signo de temor en los mercados es la inversión -por momentos durante la jornada- de los retornos de los bonos del Tesoro estadounidense, con el papel a dos años llegando a máximos desde la crisis de 2008 y otorgando más intereses que el de diez años, un comportamiento que se considera como signo de una futura recesión.